Muchos dicen que las amistades no pueden durar para siempre y que todo en la vida tiene fecha de caducidad. Parece verdad, pero es la mentira más grande que podemos escuchar. En kinder, Álvaro “Ava” Casas, Italo Pizzolante y Armando Áñez se unieron y esa conexión pasó a la historia como una banda con canciones que fueron hechas para representar sus heridas más profundas, en forma de risas y sonidos que hoy han marcado a generaciones musicales venezolanas.

Después de diez años del estreno de su último disco al que titularon La Fiesta del Rey Drama (2013), Americania se une no solo para tocar por primera vez desde el anuncio de su separación, escogiendo como lugar el CUSICA FEST 2023, sino para contarnos esos secretos, sensaciones y lo que han vivido desde esa noche en la que los perdimos.

Si Americania fuese una película, ¿quién la dirigiría?

[Risas]

Ítalo: Yo. Yo voy. Eeh… Armando, porque estudió Cine, básicamente.

Ava: En eso estoy de acuerdo con Ítalo, pero yo creo que sí, probablemente Armando sería el director porque es como que el más… no sé. Yo siempre digo que Armando, cuando me preguntan por él, digo que es un artista en todo el sentido de la palabra. Creo que Armando es el más artista de los tres, aunque no esté aquí en esta entrevista [Risas]. Pero sí creo que sería él, e igual sería un equipo, probablemente Armando sea el director e Ítalo y yo estamos más en logística [Risas]. Pero no, es algo bonito de Americania, que los tres de verdad tenemos como bastante criterio y los tres aportamos partes iguales, los tres cantamos, componemos… entonces es un equipo que funciona a partes iguales.

¿Cómo comenzó la banda?

Ava: Nosotros teníamos otra banda anteriormente. Yo siempre echo este cuento largo, corto, que es que en primer año empezamos y éramos cinco. Yo tocaba percusión, Ítalo y Armando sí tocaban guitarra y bajo. Había dos amigos más un baterista y un guitarrista. Nosotros en esa época participamos en el Intercolegial Nuevas bandas, cuando estábamos en primer año, no recuerdo qué año fue, y llegamos a la final de esa edición con otros dos finalistas, que uno era La Vida Bohème, que ellos estaban en tercer año del colegio, nosotros en primero y había una banda virtuosa, creo que de cuarto año del Emil Friedman, que se llamaba Cirrus, que fue la banda ganadora. 

Entonces como que en ese intercolegial caímos derrotados nosotros y La Vida Bohème e hicimos como un pacto de amistad ahí, desde ese momento que desde chiquitos hemos estado como compartiendo tarima y siempre nos hemos cruzado, los caminos como que se han cruzado mucho, y somos muy, muy amigos. Entonces teníamos esa banda que se llamaba Cabeza y en tercer año como pusimos eso un poco en pausa Ítalo, Armando y yo veíamos la música como algo más serio, también queríamos expresarnos de manera distinta. Estábamos escuchando otras cosas y decidimos seguir adelante nosotros con un proyecto nuevo que es lo que derivó en Americania.

¿Se llamó siempre Americania?

Ava: Sí, a ver, pasamos a trío y me acuerdo que fue una búsqueda de nombres extensa. ¿Te acuerdas, Ítalo?

Ítalo: Sí, claro.

Ava: Yo me acuerdo cuando me dijeron el nombre de Americania. Estaba en tu casa, en Santa Fe, en tu cuarto, que dijimos como que «ese es… ese es el nombre». Pero había varias opciones. Me acuerdo que había uno que nos gustaba mucho, que era Teresita Delfino. Americania, que casi se llama Teresita Delfino, también nos gustaba otro que era Jóvenes Pilotos. Había varias opciones por ahí.

Ítalo: Exacto, yo recuerdo como cuatro opciones. Además de Teresita Delfino estaba Abre.

Ava: M¡erda, esa no lo tenía.

Ítalo: Yo recuerdo Abre. Se consideró seriamente, así como Jóvenes Pilotos y Young Pilots, en inglés, y Americana fue la que terminó obteniendo el consenso. Y hay una opción más, muy buena también, que era robarnos el nombre de una banda que había tenido el papá de Álvaro en un momento que se llamaba Mujeres y Niños Primero.

Ava: Sí, es verdad.

[Llegó Armando a la llamada]

Armando: ¿Qué tal? ¿Cómo? ¿Cómo va la cosa?

Ava: Nada. Diciendo que si Americania fuera una película, tú fueras el director.

[Risas]

Armando: Está bien.

Ítalo: Porque estudiaste cine pues. Eres el más capacitado.

Armando: Okay. Bueno, ¿de qué más han hablado?

Ítalo: Hablamos de los de del origen de la banda y de los nombres que fueron opciones en cuando estábamos buscando nombres y nos acordamos de Teresita Delfino, Jóvenes Pilotos, Mujeres y Niños Primero. 

Armando: Jóvenes Pilotos era porque nos sonaba bien inglés, ¿no? 

Ava: Sí. Sí.

Ítalo: Young Pilots.

[Risas]

Armando: Y Teresita Delfino, casi llega. 

Ítalo: Casi, casi.

¿Y ese por qué era?

Ava: Es el nombre de la abuela de Armando.

Armando: Eso, es el nombre de mi abuela. Tremendo.

Ava: [Risas] Buen nombre.

¿Cuál era su sueño cuando todo inició a finales de la década del 2000?

Ava: Yo creo que la evolución de Cabeza a Americania fue como que queríamos ponerlo un poco más serio. Sabíamos que queríamos hacer música, que queríamos comunicar algo, que queríamos contar historias a través de la música. Era importante para nosotros y queríamos darle como más seriedad a todo el proyecto.

¿Cuál sienten que es el elemento que siempre se ha mantenido con ustedes desde el inicio?

Ítalo: Yo creo que Americania siempre fue una banda, y quizás ahorita que hablamos de los nombres, conecta bien que buscaba hacer las cosas sin importarnos mucho lo que estuviera pasando a nuestro alrededor, como muy desde la propia búsqueda e introspección de cada uno de nosotros y dónde estaban esos puntos de conexión entre la la introspección de los tres. Y yo creo que incluso no sólo en los orígenes, sino en este, en este nuevo reencuentro que estamos teniendo entre nosotros tres, está siendo la misma filosofía de que cada uno ponga un poco de lo que es y una vez que se pone eso sobre la mesa, pues ver cómo eso conecta con lo de los otros dos, y en esos puntos de encuentro creo que es donde está Americania. Desde el principio fue así, por eso los nombres quizás podrían ser un poco raros o alternativos. Yo creo que la idea era esa, que fue un statement de que estábamos haciendo lo que sentimos y lo que lo que siempre hemos querido hacer y no dejarnos llevar por la moda del momento, ni por las tendencias del momento, sino por nuestros propios sentimientos.

Esa es una manera honesta de decirlo, como que conservamos eso de no mirar alrededor sino mirar primero dentro nosotros. Y si no nos llama, si no nos gusta, no. Siempre hemos tenido esa regla y recuerdo a Armando decir cómo con las letras de Rey Drama que hay veces que sonaban hasta medio ridículas y era como que, si nos da risa o de que se llamara así, esa era. Siempre hemos hecho un poco lo que queremos, sin pretensiones y sin mirar alrededor en realidad. Creo que también por eso hemos logrado conectar, porque al final ahí reside como que toda la honestidad y la sinceridad de la música y el proyecto.

¿Qué sienten que aporta cada uno al mix de la banda?

Ava: Yo creo que Americania es una banda particular porque los tres aportamos casi que en partes iguales. Obviamente cada quien tiene un rol y eso, pero es una banda en que los tres componemos y era desde chiquitos. Al principio Ítalo cantaba más, pero siempre hemos estado como muy involucrados en todo el proceso desde cero, desde que se empieza a hacer la canción hasta el final. Siempre estamos muy involucrados en cómo va a terminar el producto.

¿Qué es lo que realmente los impulsó a cambiar el sonido de la banda después de Sigo (2011)? ¿Querían diferenciarse de las demás?

Armando: Mmm… no sé. O sea, creo que nunca hubo una intención como tan, tan directa de vamos a hacer algo para diferenciarnos de los demás. Era un poco nuestra propia inquietud con la música, nuestra propia búsqueda de «mira, queremos usar más instrumentos, queremos hacer una broma como más enriquecida, con más tonos». Venía de nuestra propia inquietud y búsqueda. Y creo que eso es lo que pasa siempre. No estábamos tan pendientes de «Queremos hacer esto», sino que la propia búsqueda te lleva a lo que a lo que terminaba siendo, que fue en este caso La Fiesta del Rey Drama Que es como que de Sigo a La Fiesta del Rey Drama hay un cambio que suena muy, muy radical, pero para nosotros fue como bien natural, se fue haciendo poco a poco. Fuimos explorando nuevos sonidos, nuevos instrumentos y salió lo que salió.

Eso es algo natural en cualquier artista en general. Siempre están buscando expresarse y encontrar una voz distinta para cada momento y cada era

Ítalo: El contexto contribuyó a ese cambio. En la época en la que empezamos a componer La Fiesta del Rey Drama, Armando y yo estábamos viviendo en Madrid y hace poco recordábamos que parte de lo que hizo que el disco sonara diferente fue que Sigo fue un disco que se hizo en una sala de ensayo donde nosotros empezamos a tocar y a volúmenes mucho más altos porque lo permitía el cuarto, mientras que en Europa vivíamos en apartamentos chiquiticos donde teníamos que tocar muy bajito y donde todo era casi susurrado y por lo tanto generaba un grado de intimidad mucho mayor porque literalmente no podíamos hacer más ruido, porque teníamos los vecinos en la ventana al lado. Y entonces, lo cuento como una anécdota porque fue parte de lo que también fue parte de lo que dio forma a ese sonido distinto que se escucha en La Fiesta del Rey Drama

Armando: Sí, y es eso, cómo que el contexto y las circunstancias marcan el sonido también, tal como cuenta Ítalo, más que veníamos de hacer El concierto en la sala con las canciones de Sigo, que era más una cosa en donde empezamos a explorar también otros instrumentos y a salirnos de lo que era la formación a trío, de guitarra, bajo y batería. Dijimos “Bueno, aquí suena a que puede venir bien un piano, una percusión, un cello. Entonces veníamos también de eso, se combinaron varias cosas y salió el sonido nuevo.

Ava: Recuerdo que Armando hace poco mencionaba que también es como un respeto hacia las canciones y lo que piden. Si una canción pedía ukelele y un sintetizador pequeño y tal, era como que “bueno, vámonos por ahí”, como un poco la intuición de lo que lo que mandaba la canción y no como que querer llevarlas, por llevarlas a otro lado; eso también creo que influyó.

Armando: Sí, y eso me hace pensar, entonces, en que El Rey Drama termina siendo un disco en el que cada canción es un mundo diferente de instrumentos y creo que ninguna se parece a la otra. Hay como una esencia ahí que las une, obviamente. 

Ava: Sí, son distintas formaciones.

Armando: Están construidas muy diferentes, son muy libres en sonido y creo que es por eso que dice Ava.

¿De qué manera ha influido el Universo en el proyecto?

Ava: Sí, yo pienso que eso sin duda, un poco por lo que comenta Ítalo. 

De hecho, yo como era el que estaba acá en Caracas, recuerdo perfecto y nunca se me va a olvidar el día que ellos me mandaron las primeras maquetas porque veníamos de hacer otra cosa. Obviamente, como dice Armando, el cambio fue natural y estábamos veníamos a hacer El concierto en la sala. También influye bastante un poco lo que escuchábamos en ese momento. Recuerdo que estábamos descubriendo The National… proyectos que eran como que menos formación a trío y más proyectos como de muchos músicos tipo LCD Soundsystem, Broken Social Scene, Arcade Fire que son como bandas que tienen muchos músicos a la vez y fue como descubrir como que «Wow, yo creo que esto es más como que hacia dónde vamos». Pero sí, sin duda también nuestro entorno influyó pues, lo que estábamos viviendo como mudanzas.

Ítalo: Yo creo que hay como varias formas de verlo y ese lado que decía Álvaro: Mudanzas, de vivir en un país solo, como desde el punto de vista de las letras y desde el punto de vista del proceso como más personal y emocional de cada uno está ahí plasmado. Hay una influencia de las circunstancias que expliqué antes y también del medio. 

En ese momento yo estaba estudiando Ingeniería de audio, teníamos montado en la casa un home studio y estábamos también mientras estábamos grabando algunas de las primeras maquetas, sobre todo las primeras, explorando también con el ProTools, con el software que usábamos en ese momento y lo que escuchábamos era música que no era, generalmente, tocada en una sala de ensayo con la banda completa, no necesariamente, sino también otras propuestas. Recuerdo que estábamos escuchando James Blake, en ese momento mucho, y nos encantaba que era algo mucho más producido y hecho más en la computadora, por decirlo de una forma. 

También, nos estábamos abriendo a no limitarnos por aquello que podíamos tocar nosotros tres con bajo, guitarra y batería, sino abriendo el abanico a lo que la canción, como decía Álvaro, pidiera. Si la canción pedía un piano y, luego, decíamos: «Bueno, pero, ¿cómo vamos a montar un piano en una tarima?» que hasta el día de hoy es un reto, era como «bueno, ya resolveremos».

Para ustedes, ¿qué significa ese disco?

Ava: Yo creo que mucho.

Armando: Mucho y nada.

[Risas]

Ava: Cuando los diez años, comentábamos que yo siento que es un disco que nos cambió en el proceso porque hacerlo fue una escuela. Ir a Nueva York por tantos días, los tres juntos, éramos muy chamos, ya eso nos cambió la vida. Hace poco lo comentábamos los tres. Pero no sólo eso, sino que yo siento que ese disco nos dictaminó un poco y nos enseñó lo que queremos en la música, cómo queremos contar las cosas, ser fieles a cómo queremos comunicarlo, siempre mantener una honestidad en las letras; lo mismo que decíamos antes de cuando formamos la banda, no mirar alrededor, divertirnos. Son cosas que creo que hasta el día de hoy, Armando en su proyecto, yo en el mío y todos en la música mantenemos y eso surge a partir de ahí, creo. Entonces creo que eso fue lo que nos marcó. No sé qué dicen ustedes también.

Ítalo: Bueno, yo me aventuro.

[Risas]

Armando: ¡Dale!

Ítalo: Para mí, fue un aprendizaje increíble. Un mes que pudo haber sido un año de todo lo que vivimos en Nueva York, específicamente, ¿no? Porque estoy también hablando del momento de la producción. Pero ya había obviamente un camino andado desde que Armando y yo compusimos Emilia y alguna otra canción que no quedó en el disco también y que empezó como a trazar un camino estético y una exploración que luego seguimos desarrollando, ¿no? Pero específicamente en Nueva York, para mí, fue un aprendizaje gigante.

Estábamos trabajando con un muy buen productor venezolano que se llama Héctor Castillo y fue a aprender lo que era la producción de un disco profesional. Éramos unos chamos de 20, 21 años en Nueva York, con todo lo que ello implica. Pero muy inspirador, estando en estudios que tenían unos instrumentos que nunca pensamos que íbamos a poder tener al alcance. Unos músicos de apoyo del nivel de una ciudad como Nueva York.

En general fue eso, en mi caso, un aprendizaje grande. Yo estaba apenas terminando la carrera de Ingeniería de Audio y fue como mi tesis. De cierta forma, para mí fue ver todo eso que había aprendido en el salón, llevado la realidad en un estudio de grabación en Nueva York.

Armando: Me cuesta decir como… “Puntualizar”, ¿existe esa palabra? Puntualizar en plan «bueno, que, que, ¿qué aprendiste?». No sé. ¿O qué significa? Mmm. Significa… 

Ítalo: Mucho y nada. 

Armando: Sí… Sí… En momentos, significa muchísimo por el recuerdo que tengo sobre todo de esos primeros momentos.

Ítalo hablaba de la grabación que también es un recuerdo y un aprendizaje demasiado fino. Pero entonces voy a también a hacerle un guiño al proceso de gestación y de nacimiento de lo que fueron esas canciones. No sé. No recuerdo quizás más nunca haber tenido como esa emoción con algo como con lo que estábamos haciendo. Sabíamos intuitivamente que era especial para nosotros. Y entonces, ahora que la gente lo haya tomado así y que sea como un disco tan especial para tanta gente y que con el tiempo, ha ido como agarrándonos ¿sabes? Es fino y es especial.

Es indescriptible

Armando: Es que es que tiene tanto, que no es indescriptible, pero es como tan amplio, que es como elegir una cosita y hablar de eso. Como eso: hablar de de lo que fue el proceso de de componerlo, de maquetarlo, de compartir con las nuevas ideas, esa emoción, ese pulso que se sentía en ese momento. Es muy especial y lo recuerdo siempre y lo tengo siempre presente, como algo que forma parte de mí.

Ítalo: Sí, como Armando quería hacerle ese guiño, quería aportar también porque de verdad que fue muy especial. Recuerdo mucho que en un parque que teníamos cerca de cara, Ar y yo, de alguna manera era el lugar donde nos gustaba ir a tocar las canciones nuevas, con el frío, íbamos y nos sentábamos en el parque Eva Perón en Madrid.

Armando: Sí, era como que íbamos a probarlas ahí.

[Risas]

Ítalo: Exacto. Y tal cual, con la guitarra nos poníamos y casi siempre a dos voces, muy susurrado en la noche con una botellita de vino, escuchando mucho The National en ese momento.

[Risas]

Buscando ver cómo sonaban esas dos voces casi casi al unísono, pero con dos tesituras e intenciones distintas y cómo eso se amalgamaban y se convertían casi que en una sola voz. Simplemente explorando, entre nosotros, el cómo se sentía eso y nada, nos divertimos muchísimo y nos reímos muchísimo también. Y eso fue el inicio y nosotros. 

Tú preguntabas un poquito antes de cómo es el proceso y demás y yo te decía que a veces es como que venimos y uno pone algo sobre la mesa y sí conecta con los otros dos, sabemos que eso es. Una de las formas en las que naturalmente conectamos nosotros es riéndonos y cuando los tres nos reímos de algo, sabemos que esa línea de la letra va o cuando los tres también sentimos un acorde o una progresión de acordes, sabemos que va.  Ava y Ar, han trabajado mucho solos; yo no, o bueno sí, pero no he publicado nada, ¿no? Y en verdad el trabajo de tres es muy, muy divertido, porque estás buscando ver qué resuena en los otros también.

Armando: Sí, donde coincide la cosa y es hermoso cuando pasa.

¿Cuál es el recuerdo que más les gusta de la producción de ese disco?

Ava: Yo creo que lo más lindo puede ser ese proceso de gestación de escribir. Siempre recuerdo cuando recibí el correo con las canciones nuevas y fue como que un shock y como que “Qué vaina tan arrecha”, como que no lo puede creer. Igual después yo como que empecé a maquetear con ellos a distancia. Me acuerdo que le mandé a Armando como una maquetica de Silencio y era como que «Me imagino un piano que haga el tan, tan» y Armando me mandó una maqueta hecha y yo como que «Ah, bueno, que grabe, pues». Esos momentos fueron muy especiales y de mucha diversión, como dicen ellos. Creo que capaz tal vez es lo que más nos gusta en la música. Pero bueno, igual también un poco después ya elegir las canciones, grabarlas. Tal vez, Nueva York fue duro para nosotros, pero hoy en día en perspectiva lo vemos con mucho cariño. Yo lo recuerdo como un momento también súper, súper especial, como recuerdo ya yéndonos que se acabó, fue como: «Wow, qué bolas esto que que vivimos y que acabamos de hacer» también, lo recuerdo como algo especial.

Ítalo: Sí, yo tengo muchos recuerdos; dos recuerdos así que me vienen a la cabeza, uno es componiendo Emilia en nuestro apartamento en Madrid y empezando a introducir justamente esa idea del humor, riéndonos de la idea “de tenemos un hijo, Emilia” y no necesariamente significaba algo, ¿no? 

[Risas]

Y eso nos partía de la risa y así decidíamos qué poner. Y era como «En verdad, ¿vamos a poner eso?» y era como «bueno, claro que sí, vamos a ponerlo, ¿por qué no?» Y eso… recuerdo perfecto a Armando sentado frente a la televisión en el piso y yo sentado en el home studio pequeñito que tenía con una Digi 002 en el momento, que era una de las mejores tarjetas de sonido y entonces podíamos grabar buena calidad y explorando ahí con la producción con el ProTools. 

Recuerdo perfectamente ese momento. Álvaro pasando temas de Caracas y Armando y yo escuchándolos y muy, muy probablemente los momentos más bonitos de mi carrera musical, el cómo Álvaro iba entendiendo lo que estábamos proponiendo y subiéndolo también de nivel,  trayendo su propio sabor a la composición y En La Noche Te Perdí y Silencio fueron canciones que Armando y yo recuerdo perfecto como: «Escuchaste el nuevo tema de Ava, me morí, no entiendo nada» y esa sensación era única pues porque es lo bonito de que a la distancia se pueda seguir trabajando, que mandabas esas perlitas, esas joyitas y era como «Guau, aquí hay algo».

O sea, ¿ustedes hacían las canciones riéndose y nosotros nos lo tomamos muy en serio?

Ava: Creo que yo lo puedo explicar. Yo lo puedo explicar bien. Yo creo que sí es así, o sea, sí es así y se hablan temas fuertes y son canciones introspectivas, melancólicas, pero lo que nos da risa es porque cuando leímos una frase que, de repente, es una frase tan fuerte y que habla tanto de algún sentimiento que es como que «Maric*, ¿será too much?» y eso nos da risa. Pero no es risa de comedia, sino es risa de «¿Será que vamos a comunicar esto de esta manera tan cabilla? Qué risa». Pero precisamente eso es lo que nos lleva decir como que «Vamos, arriesguémonos». 

Armando: Es como entre una risa, como hasta nerviosa o como de complicidad entre nosotros. Hay varias cosas que pasan ahí que a veces la cosa explota en carcajadas pues, pero no significa que estemos pa’ la j*da.

[Risas]

Ítalo: Esa risa es porque no solamente es por alguna vez hemos hecho algún guiño donde sí es más j*da, ¿no? Pero también es de que nos gusta mucho lo que estamos haciendo ahí y nos reímos del propio proceso.

Armando: Incluso la propia sanación por ponerlo así con con una palabrota que puede traer dar con una frase que que dice la verdad, ¿sabes? Ese release a veces te da risa. 

Ava: Claro.

Ítalo: Exacto, exacto.

Ava: Y una cosa más es que también al final estamos haciendo algo que nos divierte. Entonces, como decía Italo hace poco, también es que a nosotros, y ahorita Ítalo lo mencionó, me da risa a mí, y es que a veces nos reímos por un acorde, como que estamos trabados buscando algo y de pronto alguien propone un acorde, lo escuchamos y nos vamos al piso de la risa y es como que «¡Maricoooo!» porque lo logramos, como que «Ese es, ¿sabes?» Y en verdad no es más nada, sino que nos estamos divirtiendo y eso es especial. 

Creo que ahí deriva también como que la seriedad del producto, como que es súper sincero. A veces las letras suelen ser un poco ese plan que la gente se pregunta como que “Guau. Pero, ¿qué están diciendo?”. Y sí, es más por eso, por decirlo sin tapujos y, a veces, eso deriva como en nerviosismo.

Armando: Y es un juego, también. Un juego serio, como decían, ¿no? En el campamento, Ítalo.

[Risas]

Ítalo: Parte seria y parte no seria, y yo creo que es un buen punto, porque hay una parte seria que en este disco de La Fiesta del Rey Drama hubo mucha co-composición, o como dicen los gringos, “cowriting”. Pero también hubo mucho trabajo de escribir por su lado, cada quien, personal, y luego traerlo a la banda y yo creo que aquí recordamos mucho del proceso entre los tres, porque en el momento en el que compones algo muy íntimo, muy personal, y lo traes a dos de tus mejores amigos hay una sanación y esta sanación a veces se refleja y se manifiesta en forma de risa. Pero eso no quiere decir que en la parte más íntima aún de cada quien cuando compuso esa canción, no hubiera un sentimiento muy real de que en este disco en particular haya nostalgia, o en muchos casos, de “guayabo”, también, como decimos en Venezuela. Es una combinación de una parte seria.

Armando: “De guayabo como dicen en mi pueblo”.

[Risas] 

¿Hay alguna narrativa detrás del disco?

Ava: No, o sea, son micro historias, porque además son tres personas componiendo y como hablan ahorita del guayabo, siento que también hay como distintas historias que contar de lo que le está pasando a cada uno. Lo que lo une un poco en narrativa es que hay una melancolía y eso también se refleja en la parte musical. Yo creo que nosotros también a veces jugamos como un poco al misterio, eso siempre nos ha gustado. Recuerdo cuando Armando hizo la portada de Sigo escribimos como una cosa ahí de como “matar al animal”, entonces la gente, me acuerdo que en ese momento, escribía en blogs que «¿Qué querrán decir?» y después como que «No sé qué vaina, a Emilia la mataron» y unas teorías…

Armando: Pero eso es parte, de qué chimbo decir «No, no es así. Lo que quisimos decir fue esto» 

Ítalo: Exacto.

Armando: Que cada quien haga su cosa y lo lleve a su mundo. Creo que cuando los músicos o compositores empiezan a explicar la broma, ya cambia algo.

Ava: Sí,  como se pierde algo.

Armando: A veces está bueno como decir por dónde va la cosa, pero también tienes que saber callarte y dejar que que la cosa tenga vida propia.

Ítalo: Yo pienso que la obra de verdad, verdad, en el momento en el que se convierte en algo tangible, bien sea una canción o una parte, incluso de una canción, la obra no es tuya. El momento en el que la obra está ahí, esa narrativa no te pertenece. Entonces, es una pregunta que no es para nosotros responder. La pregunta es si hay o no hay una historia detrás, no es nuestra realmente. Y así lo vemos, así lo vimos y lo hemos visto.

Armando: Bellísimo.

¿Cómo es la relación amor y dolor en el disco?

Ava: Guao.

Ítalo: Bueno, yo me voy a aventurar. Pero porque va muy alineado con lo que acabamos de decir, tal cual. Hemos hablado todo el tiempo de esa intimidad y de ese momento personal de cada uno y ese momento de risa, ¿no? Y yo creo que eso es en gran medida dolor y amor. Yo creo que, en Americania, el amor se manifiesta en esas risas de entre nosotros tres cuando nos gusta algo y el dolor lo vive cada quien por su lado. Pero sabiendo que tiene a alguien a quien venir a traerle canciones, entonces yo veo ese, ese amor y ese dolor, como esa parte seria y esa parte no seria de la que hablábamos.

¿Dirían que sus proyectos están interconectados medio creando un Americania Multiuniverse?

Ava: Siento que nos gusta contar las cosas desde la honestidad y desde la sinceridad. Tal vez por eso en nuestros proyectos pueden haber similitudes pues, como que ya sabemos lo que nos gusta en la música y por eso te decía que también es un poco la importancia de este segundo disco que nos marcó como un poco cómo queremos hacer las cosas, pues puede ser. Pero no sé si somos multiuniverse. Yo no.

[Risas]

Armando: Yo no sé qué significa eso.

Ítalo: Yo tampoco.

Es como Marvel, por ejemplo. Todo está en un mismo universo, pero son como historias o están pasando cosas en distintos momentos, en distintos lugares.

Ava: Armando, como la peli que a ti te gustó, que ganó Mejor película, ¿sabes? Ah, eso es bueno. Pero nos vamos.

Armando: ¿Y cómo sería un no-multiuniverse?

[Risas]

Ava: Estás aquí ahora.

Ítalo: Que eres un ente independiente, que estás tirando flecha, pues.

[Risas]

Ava: Ay, c*ño.

Armando:  Bueno, no, sí. Supongo que todos somos multiuniverse, ¿no?

¿Qué recuerdan del día en el que anunciaron su separación?

Ava: Yo sólo recuerdo que cuando lanzamos la noticia, que ya, nosotros obviamente ya habíamos hablado y era lo que queríamos, y recuerdo que yo estaba saliendo del trabajo en La Tahona y ya como que empezó como que toda la vaina en Twitter y me acuerdo de algo: yo no fumo cigarros, pero me acuerdo que ese día y quería un cigarro.

[Risas]

Ítalo: Qué buena frase.

[Risas]

Ítalo: Yo creo que a Armando se le van a quemar las hamburguesas.

Ava: Sí, sí, sí… anda volteándolas.

Ítalo: Ajá, yo creo que lo bonito es que eso es lo que hace que hoy podamos revisitar La Fiesta del Rey Drama el 16 de diciembre. Eso es todo lo que puedo decir.

Ava: Eso que dice Ítalo me encanta porque siento que al final fue algo bonito, como saber que en ese momento era lo que queríamos y seguir como nuestro camino y mantener lo más importante que nosotros tenemos que es nuestra amistad y nuestra historia juntos, que nos encanta y que, como dice Ítalo, somos mejores amigos.

¿Por qué decidieron separarse?

Ava: Siento que fue como la decisión en su momento, a pesar de que éramos tan chamos y hoy en día la vemos en retrospectiva, fue como decir entre nosotros que era lo mejor como para seguir en muchas cosas que estaban pasando. Recuerdo que Ítalo se iba afuera, que a pesar de que acabábamos de hacer el disco, no estábamos disfrutando todo lo que estaba alrededor de eso. O sea, disfrutamos mucho hacer el disco, pero ya después lo que venía no lo empezamos a disfrutar tanto y fue como una decisión natural y muy madura en ese momento de decir como que «bueno, vamos a pausar esto y ya… hasta ahí».

¿Qué han sentido al estar todo este tiempo separados? 

Ava: Hoy lo veo en retrospectiva y me parece hasta la decisión madura, inteligente y bonita, porque literal seguimos siempre, a pesar de estar separados y en tres países distintos, siempre hemos tenido la relación de amigos y nos hemos visto hace un par de años o hace un año estuvimos en matrimonios de nuestros mejores amigos. Hemos coincidido y la relación está ahí, intacta, pues, que es lo más importante. Entonces, sí. Siempre compartiendo música, siempre juntos y siempre tripeando entre los tres.

Cuando se separaron, ¿sintieron ese cariño abrumador del público por el proyecto o sienten que poco a poco se fue creando la mística alrededor de la banda?

Ava: 100%, y más con el tiempo. De hecho, una de las cosas que sentíamos, es que cuando el disco salió ahí como en el momento no tuvo ni cerca el impacto que tiene hoy en día y eso es un poco por porque fue creciendo con el tiempo. Eso es una de las cosas especiales que tiene el disco, que a pesar de estar separados y sin nosotros hacer ningún trabajo de mencionarlo, ni de hacerle promoción, es un disco que ha crecido como que por su cuenta y solo y siento que es por eso, por lo especial de cuando hicimos las canciones, de lo que se dice, de la sinceridad que hay detrás de todo. Entonces la gente poco a poco fue conectando y además siento que es un disco atemporal porque es un disco que lo hicimos cuando teníamos 20 años. Pero hay gente que ahorita lo escucha a sus tantos años y le causa ese impacto y las cosas que nosotros sentíamos. En el momento en que nos separamos no había ni cerca ese seguimiento y la euforia que hay detrás de ese disco.

¿Qué diferencia al Álvaro, Armando e Italo del 2011, del 2013 y del 2023?

Ava: Pues coño, full, ya son diez años de diferencia, diez años que el tiempo te afecta en todo sentido, en madurez, en vivencia, en experiencia. Son muchas cosas y creo que también es bonito de este proceso que estamos ahorita viviendo, de reencontrarnos y que obviamente somos los mismos, pero distintos. Entonces ha sido muy cool y muy bonito empezar a revisar las canciones, siempre manteniendo ese espíritu de juego, de divertirnos porque me acuerdo que las primeras conversaciones que tuvimos fue como que: «Si esto no nos llama o no nos divierte y en partes iguales, no lo hagamos». Entonces, sí, somos otras personas, pero manteniendo el mismo espíritu del principio.

Sé que se ha hablado mucho de su regreso desde hace años. Pero, ¿pensaban hacerlo antes del décimo aniversario?

Ava: Siempre ha existido las posibilidades, pero yo creo que era más una cuestión de que se diera el momento preciso y que todos estuviésemos alineados pues. Obviamente han habido conversaciones y posibilidades, pero siempre fue como no lo hagamos, recuerdo que esto lo dijo Ar, dijo «No lo hagamos porque la gente quiere, sino que hagámoslo porque nosotros queremos y porque es el momento de divertirnos y hacerlo». Y un poco también cómo sacamos el disco y nos separamos tan abruptamente y tan rápido, siento que esto es una oportunidad de nosotros de también celebrar esas canciones y de vivir probablemente cómo el disco ha crecido y no lo pudimos hacer en ese momento, ¿sabes? Entonces, sí es disfrutarnos eso también, no porque la gente lo pedía, obviamente eso te ayuda y dices: «Miércoles, hay ganas, hay expectativas, pero hagámoslo porque nosotros queremos y va a ser un momento bonito para nosotros».

¿Qué esperan del CUSICA FEST 2023?

Ava: Estamos un poco nerviosos porque son muchos años sin tocar, de hecho. El primer paso fue reunirnos y juntarnos a estar juntos y hacer banda de nuevo. Tocar,  agarrar los instrumentos, jugar. Pero sí, esperamos también un poco como matar esa nostalgia que hay detrás del disco, como también lo hemos hablado y es como que “acabemos con esto”, un poco, como “ya”. Es un poco la idea, tanto para nosotros que lo queremos un poco, como también para el público, que creo que como esa expectativa llega hasta ahí. Por eso, un poco la frase de “La nostalgia muere aquí” como «bueno, vamos a celebrar esto y seguir adelante».

¿Cuál sienten que es la diferencia entre la versión de Americania de aquel momento y la versión de Americania del 2023? 

Ava: La diferencia está en que tenemos más experiencia también un poco. Armando con su proyecto y yo con el mío. Creo que la ganancia es en experiencia en la música y en tocar. Pero siento que somos los mismos. Van a ver a los mismos tres amigos que hicieron esa música en una tarima, conectados y disfrutándola, tal cual.

¿Cuáles son los siguientes pasos después del CUSICA FEST? ¿Nueva música?

Ava: Ahorita estamos enfocados en esto, porque además son muchos años de pausa. Estamos enfocados en dar un show increíble, en que todo salga lo mejor, en prepararnos en todo sentido, prepararnos musicalmente, nosotros tres mentalmente, juntarnos. No es solo la música, sino volver a ser banda y ser banda implican muchas cosas. Entonces tenemos la cabeza y pues lo que suceda después, no nos hemos adelantado hasta hasta ahí, claro. Pero bueno, quién sabe.

¿Dirían que son reyes drama?

Ava: Esta pregunta está buena. 

Yo hablo por mí, y sí. 100%. Y creo que en verdad, los tres. Nos encanta. Tal vez con el tiempo un poco menos, pero a los tres nos encanta la melancolía, y como todo lo que envuelve a estar triste. Siempre nos gustó un poco más la música triste, no sé. Y también hablo por mí: mi banda favorita puede ser Bon Iver y The National y no es una música muy happy que digamos.

Entonces, en ese sentido, sí, pues, y creo que también nos encanta. Sobre todo en ese disco, las canciones surgieron de desamores y de sentimientos de más de tristeza y melancolía que de otra cosa. Pero sí, un poco más. Hay canciones un poco más geniales y le pongo ese adjetivo “genial” porque me encanta. Por lo menos, Guerra es una canción que es de acordes mayores, pero habla de como de una molestia, ¿no? De ver a alguien como que te gustaba y estaba contigo, como que por ahí con alguien más o solo y es como más una nota “reclamo”. Pero viene más desde un feeling de que no estás con la persona. Entonces sí, yo creo que sí somos reyes drama.

Armando, no sé si no me está escuchando, pero bueno.

Adriana: Creo que está comiendo las hamburguesas.

Ava: Buen provecho.