Los Mesoneros, banda formada, al igual que Americania y Rawayana, por estudiantes del San Ignacio, eran 5 adolescentes que en ocasiones debían entrar con cédula falsa para poder tomar una cerveza en los bares que tocaban. Luis Jiménez (guitarra y voz), Andrés Belloso (bajo), Andrés Sucre (batería), Juan Ignacio Sucre (guitarra) y Carlos Sardi (teclados) ya habían demostrado su talento al ganar un intercolegial Nuevas Bandas y lanzar un EP de 5 canciones que mostraba su capacidad de componer canciones accesibles y pegajosas, en particular gracias la rotación en radio de temas como No Puedes Ver o Ciclos.
2011 fue un año clave para el movimiento V-Rock. Bandas como VINILOVERSUS y La Vida Bohème estaban embarcados en grandes giras dentro del país, mientras que otros grupos como Rawayana, Americania o Buenaparte lanzaban sus discos debut. Entre ese océano de proyectos Los Mesoneros tenían mucho que demostrar. Tras pasar dos años antes por el Festival Nuevas Bandas, utilizando cédulas falsas –pues no tenían edad para unirse al cartel– y hacer un buen papel, Los Mesoneros entrarían al estudio con Héctor Castillo, ex miembro de Dermis Tatú y Sentimiento Muerto, que a esta altura ya había trabajado con leyendas como Gustavo Cerati y David Bowie. El resultado fue ‘Indeleble’, una obra que ayudó por años a definir el sonido del rock caraqueño para toda una generación.
Indeleble es una obra sobre el paso de la adolescencia a la adultez, sobre esa serie de decisiones que se deben tomar entre o 17 y los 18 años, sobre sentir por primera vez el paso del tiempo, pero que la melancolía de su temática no engañe a nadie: es también un trabajo de un grupo de músicos jóvenes, armados de energía, coros inescapables y unos riff de guitarra que parecen diseñados en un laboratorio para quedarse en tu cabeza.
Canciones como Un Segundo –que abre el disco con el mejor pie–, Cuando Llega el Momento, o Aquí Sigo, muestran con claridad ese contraste entre la energía del grupo y la nostalgia de sus letras. Por otro lado, temas como Sol Rojo consiguen al grupo hablando en metáforas de la crisis del país, y Máscara es el típico reclamo adolescente contra la hipocresía pero armado de quizás el mejor trabajo instrumental del disco.
Pero una mención aparte merece el tema que da título al disco: Indeleble es una power ballad en toda regla, en la que Jiménez habla de una relación que terminó, pero que deja una marca en ambos participantes. Es una gran forma de cerrar un disco que habla del paso del tiempo, un tema sobre las manchas indelebles que nos deja.
La idea de la nostalgia está marcada también en el lanzamiento físico del disco, con una portada que muestra una máquina de escribir desgastada por el uso, y con las letras de cada tema mostradas en diferentes impresiones que imitan antiguas polaroids. Es una edición en CD muy cuidada, quizás una de las mejores del rock venezolano de su época, y seguro también una de las últimas.
En perspectiva el disco ya marcaba algunas cosas claves en la carrera de la banda. Es cierto que sus siguientes dos discos dejarían más espacio a los sonidos electrónicos y los teclados, pero su forma de construir coros y su gusto por dejar la guitarra brillar como instrumento rítmico siguen muy marcadas.
Al mismo tiempo, el sonido del grupo en este disco termina siendo la mejor versión de un estilo que después tratarían de imitar un sin fin de bandas colegiales de Caracas. Aquel chiste de “Banda caraqueña suena igual a otra banda caraqueña” en realidad marcaba como todos querían hacer lo que hacían Los Mesoneros, pero pocas tenían las canciones para cumplir la meta.
Indeleble es clave para entender lo que estaba pasando en esa época en nuestro rock, y al mismo tiempo, para disparar a una de nuestras bandas más populares dentro y fuera del país. Una nominación al Latin Grammy, que llegaba después de que La Vida Bohéme ganara el primer premio en la categoría de rock, termina sirviendo para consagrar de todo a uno de los grupos más jóvenes de esa camada.
“No sé cuántas veces le di vueltas a ‘Indeleble’. Un álbum que brindó muchísimo al rock nacional y que marcó un antes y un después dentro de la escena alternativa venezolana, ya que mostró muchísima madurez; una banda totalmente distinta a la que ganó el Intercolegial Nuevas Bandas 2008. Recuerdo asistir al showcase y llevarme una de las copias que regalaron del álbum y que hasta hace poco tenía en el carro. Un clásico” ––Lorenzo Martínez (Circuito X – Nuevas Bandas – SnVcls)
“‘Indeleble’ fue el disco que, a mi parecer, le abrió paso a la internacionalización de Los Mesoneros, colocándolos en la palestra latinoamericana, dentro de las bandas más interesantes del momento y del género. Logrando 4 nominaciones en los Latin Grammys. Indeleble es un disco que entrará en la historia de la música venezolana como un clásico y referente del rock hecho en nuestro país”. ––Kike Márquez (PAARIS)
“En una época en la que comenzaron a emerger bandas apadrinadas por grandes músicos y productores que venían de agrupaciones “ya corridas” y con renombre dentro de la industria, la ciudad de Caracas nos regala un grupo que desde los salones y auditorios del Colegio San Ignacio y con un nombre que hace alusión a la escena nocturna citadina, ya hacía música con un sonido y estética sonora apalancados en el Indie Rock Británico de The Last Shadow Puppets o The Kooks.
Detrás de sus composiciones y melodías cercanas, unas letras con las cuales era fácil de dentificarse, una interpretación vocal impecable de quien se convertiría en uno de los mejores vocalistas y frontmen del país, y un súper equipo de producción compuesto por el production power dúo de Héctor Castillo y Carlos Imperatori: Los Mesoneros se dieron formalmente a conocer con un disco que así como se titula, ‘Indeleble’, por siempre <<Quedará en nuestra piel>>”. ––Pata Medina (KYS FM)
“La banda era muy joven, y aún así, me impresionaba cómo tenían tan buenas canciones y un orden tan claro con la composición. Luis Jiménez estaba demasiado claro en su forma de expresión y letra. La guinda fue haber trabajado con personas como Héctor Castilloi y Carlos Imperatori, quien los terminó de madurar para que ese disco fuera impecable. Yo todavía siento que Indeleble no ha sido superado a nivel de canciones llenas de alto sentimiento y contenido de sensaciones. Me llenó haber podido trabajar en este álbum, que fue cuando yo era el ingeniero base en ese entonces de Tumbador Studios” ––Fidel Goa (CCS MIX & MASTERING).