La Concha Acústica de Bello Monte ha sido conocida a lo largo de los años por recibir a grandes artistas, capaces de reunir a miles de personas para celebrar el arte en diferentes formas, con conciertos masivos que hasta el día de hoy no se olvidan. Por recordar algunos, lo que ocurrió con Dio, Stratovarius, Angra, o el Festival Nuevas Bandas 2006. Desde ese entonces, el público joven alternativo de Caracas no recordaba experiencias como esas, hasta hace un mes, cuando la banda que comenzó en este país con tan solo 16 años de edad en Intercolegiales de Zona Escolar, volvió después de dos años, y en solitario, con la diferencia que ahora cuentan con nominaciones al Latin Grammy, presentaciones en varias partes del mundo y canciones que la gente canta a todo pulmón. Estamos en enero aún y seguimos pegados con lo que pasó hace casi un mes en el concierto de Los Mesoneros: El Regreso a Casa.
Era aquel 1° de Noviembre cuando las entradas de salieron a la venta. En minutos se hicieron largas colas en los locales, los portales de venta de ticket se cayeron varias veces, y sin haber pasado 12 horas completas, ya aproximadamente 4000 entradas estaban vendidas, un sold out que demostró que el regreso de esos chicos, que se fueron de Venezuela para hacer camino fuera de su tierra, era lo que muchos esperaban desde el Cúsica Fest. “Para esto trabajo”, “El dinero se recupera, pero no sabemos cuándo regresarán” dijeron sus seguidores a través de redes sociales.
“EL CAMINO LARGO, PASO CORTO”: UNA LARGA ESPERA HACIA UNA EXPERIENCIA SURREAL
Ese jueves 16 de Diciembre, para muchos, en pleno último día de clases, comenzó la locura. La hora de ingreso para las personas que habían obtenido su entrada Meet & Greet comenzaba a las 2:00 pm; y para el resto a las 4:00 PM, pero ya a las 6:00 AM personas se paraban con sus mantas, bolsos y paraguas frente a la puerta, decididos a agarrar buenos puestos y a vivir el concierto al máximo. Otras personas hasta se escaparon de sus casas para ir al concierto, como le pasó a @xikibelk (cuenta de Twitter), quien contó su cómica y desesperante anécdota de cómo se escapó de su casa en Maracay hasta Caracas para ver a tan esperada banda y de regreso casi se va para Maracaibo (link de la historia más abajo, risas garantizadas).
Una vez se abrieron las puertas, el ambiente se tornó familiar, personas que no se conocían se hicieron amigos por su amor a la banda; muchos otros aguantaron horas kilométricas de fila para entrar, “pero vale la pena por Los Mesoneros” decían. Fanáticos se compraban merch de los Mesoneros o que llevaban franelas personalizadas hechas por ellos mismos, compraban las latas con la cara de Luis, Calín y Juanchi, se tatuaban letras de canciones de la banda, levantaban sus carteles con frases como “TEMAZO” y “Mi mamá piensa que estoy con Los Misioneros”… Los asistentes estaban decididos a nunca olvidar este evento, en el que 4.000 personas estaban reunidas y listas para cantar junto a estos tres grandes profesionales.
Primero salieron los presentadores, Lorenzo Martínez y Pata Medina, locutores que han vivido el crecimiento y el auge de la banda, y ni ellos mismo se podían creer la cantidad de personas que había en la Concha Acústica.
“Me sentí increíble al estar ahí, acompañando no solo a ese regreso de Los Mesoneros, sino también a toda la gente para ese regreso de los shows, y al que para muchos fue su primer concierto, es simplemente increíble” expresó Lorenzo Martínez. “Ver a ese gentío impresionó mucho, incluso no quería salir del backstage previo a eso para llevarme esa sorpresa al momento de salir a presentar, y que quede sin palabras, y tanto fue así que me equivoqué en el guion un par de veces (risas), y creo que es parte de los nervios, ¿no? Lo que lo hace interesante es eso, los nervios que te hace sentir esa adrenalina y esa emoción, con el ímpetu, alegría y el vitoreo de la gente que estaba ahí afuera lo hicieron super interesante”.
Aparecieron los chicos de Gran Radio Riviera, banda que llegó a formarse viendo los pasos de Los Mesoneros en su país para continuar con la buena música. Al montarse, le dieron un switch -de ON- a la energía de la gente con una banda mucho más amplia e invitados especiales como Carlos Linares (Colibrí), Drope, Razzer, Daniela Barranco y Anakena, experimentando con diferentes géneros musicales, y demostrando que estaban listos para dar lo mejor de ellos y a su vez darle una buena bienvenida a tan esperada banda que venía de México.
¿Cómo fue esta experiencia desde los ojos del Opening Act? Sebastián Crespo, vocalista de Gran Radio Riviera nos cuenta: “Es el toque más importante que hemos tenido en nuestra trayectoria, porque nunca habíamos tocado frente a tantas personas y nunca habíamos tenido un público tan de pinga y tan receptivo con lo que hicimos y que genuinamente vacilara nuestra música, de verdad fue muy bello. Me gusta llamar esta experiencia como “surreal” porque no me lo creía, desde el primer momento que pisé la tarima y canté todo me pareció surreal, como si estuviera en un sueño, y después seguía un poco despechado, porque uno quiere que esos momentos duren para siempre. Y además, después de tocar, el concierto de Los Mesoneros fue impresionante, muy inspirador y motivador, y verlos ahí nos inspiró muchísimo a seguir haciendo música. Después tuve la oportunidad de conocer a todos estos artistas que me inspiraron muchísimo a hacer música desde mis inicios, entonces fue todo un honor, de verdad que me sentí muy honrado y muy contento, porque además estuve acompañado de grandes amigos en la tarima y que saliera todo bien. Esperamos que se repita y que en unos años seamos nosotros el main show, fue una noche muy especial y muy mágica”.
1° ACTO: Viaje en el tiempo hacia el 2006
7:50 PM – “¿Están listos Caracas?” Dijo Lorenzo Martínez antes de que la producción apagara las luces, prendiera las pantallas de fondo y dejara salir a Los Mesoneros, quienes sorprendieron con sus trajes clásicos de la era de Indeleble, de cuando apenas tenían 16 años, para comenzar esta gran aventura.
Con los primeros acordes de fondo, todavía habían personas subiendo las escaleras para entrar, y que cuando llegaban se perdían de sus amigos por la cantidad de gente que había, como le pasó a Erica (@piscesbabyspam en Twitter), quien contó cómo subía las escaleras con Los Mesoneros ya en el escenario, una mano sosteniendo su teléfono para grabar, la otra sosteniendo una hamburguesa y su mente buscando a su amiga por todos lados. Fue ahí cuando la primera canción del concierto sonó, Un Segundo, tema que habla sobre descubrir tu verdadero camino de vida, y en ese momento Erika finalmente encontró a sus amigos. “Fue medio poético… pero igual medio desesperante” dijo en sus redes.
Se llevó a cabo este primer acto, en donde la gente gritó a todo pulmón Cuando Llega el Momento, y siguió quedándose sin pulmones enseguida porque la segunda sorpresa de la noche apareció: Beto Montenegro, de Rawayana, cantando Aquí Sigo con Luis Jiménez, celebrando los 10 años de Indeleble que los chicos lanzaron a mediados de este año.
¿Por qué segunda sorpresa? Porque la primera fue la presencia de Juan Victor Belisario, integrante de una de las bandas de rock más queridas de Venezuela, VINILOVERSUS, quien participó todo el show como bajista de Los Mesoneros. Ver a Juan Víctor, a Beto y a Los Meso, era ver a una reunión de una generación que creció junta y llena de apoyo entre ellos en Caracas y siguieron su camino a nuevas fronteras, sin olvidar sus raíces venezolanas.
Sobre esto habló Félix Allueva, uno de los asistentes de la noche, creador de la Fundación y Festival Nuevas Bandas, festival en el que Los Mesoneros, VINILOVERSUS, y muchas más bandas de la época pasaron por ahí por ser parte esencial de su crecimiento. En sus comentarios dijo “Gran noche para Los Mesoneros y sus seguidores. Comienza la recuperación de VRock”, entendiéndose VRock como “el nuevo pop rock venezolano que abarca un poco más y un poco menos los años 2006-2014, en el que nacionales como internacionales coinciden en que Venezuela atraviesa uno de sus mejores momentos en cuanto a producción musical”. (Félix Allueva- Libro ROCK VZLA 1959 – 2019).
Antes de pasar al Segundo Acto, otra sorpresa apareció para conmemorar esta primera etapa de Los Mesoneros, comenzando con las palabras de Juanchi decían: “Estoy feliz… normalmente nunca hablo en tarima, pero bueno, lo hago porque esta canción que viene es muy especial para Los Mesoneros, pero es mucho más especial para mí, porque el invitado que está aquí, no solo es un miembro fundador de Los Mesoneros ….” y de un segundo a otro el público, gritando y con lágrimas en los ojos, vio doble por un segundo tras apreciar la llegada de Andrés Sucre, “el morocho”, quien se acercó a la batería para recordar cuando apenas era un niño de colegio para tocar con su hermano y mejores amigos, y dar una interpretación llena de cariño y recuerdos para todos aquellos que extrañaban ver a Los Mesoneros con los que crecieron.
2° ACTO: Los fanáticos son los nuevos protagonistas
En cuestión de segundos, un cambio de ropa se vio para darle la bienvenida al segundo acto basado en en el disco Caiga La Noche, que inició con el tema que lleva el mismo nombre e hizo que la gente saltara en sus asientos hasta que sus pies no pudieran más debido a la energía con la que comenzaron esta recreación de dicha época, caracterizada no solo por el cambio que significó al ver que unos niños rockeros se convertían en adultos, sino también porque recibieron más nominaciones al Latin Grammy, conciertos por Europa.
Llegó el turno de El Paraíso, en donde los fans le dijeron a Luis: “esta vez la palabra la tomamos nosotros” y comenzaron a cantar a una sola voz, y a todo volúmen, la primera estrofa y el coro de la canción. Los chicos de la banda no se lo podían creer, y solo se quedaban escuchando a ese mar de personas disfrutar una de las canciones que, además, en vivo suena mejor que la canción original.
La energía rockera y de felicidad bajó un poco al momento de Riesgo, canción que volvió a generar lágrimas al público por su significado: si no tomamos riesgos, y no aprendemos a fallar, ¿cómo lograremos vivir? Y quién sabe, a veces de los riesgos que tomamos, salen las mejores experiencias, tal como le pasó a Catalina Arcila, jóven colombiana, parte del Club de Fans de Los Mesoneros, que se fue de Colombia a Caracas sólo para ver sus ídolos, y no solo eso, terminó viéndose con amigos que sólo había conocido por internet por el amor que le tenían a la banda.
“Habían dos razones por el viaje que hice: la primera fue por el concierto, que además eran solo ellos en Caracas, lugar en donde crecieron y surgió toda su historia, y la segunda era porque yo ya tenía amigos allá en Venezuela, que nos habíamos conocido en cuarentena y a distancia entorno a Los Mesoneros y las experiencias que hemos vivido relacionado a ellos. Entonces fue ver en persona a esos grandes amigos que había hecho” nos contó Catalina en conversaciones posteriores al evento.
“Y también todo fue una preparación que daba miedo, porque yo tenía una carta de invitación para quedarme en casa de una amiga, y esa carta nunca llegó, ni siquiera el día que me tocaba abordar el avión, y ni siquiera sabía que iba a poder entrar al país. Fue tensionante, pero al final todo salió bien, con la foto que tenía sirvió para pasar inmigración. Y cuando llegué a Caracas mi amiga me recibió con mucha calidez y amor en su casa, donde nos alistamos para el esperado concierto”
“El día fue muy emocionante y lleno de felicidad, porque conocía a todos mis amigos, vi como mucha gente adoraba a Los Mesoneros, cosa que no se ve tanto así en Colombia y ha sido difícil para mí, porque uno lo que quiere es compartir con ese tipo fandom, y en Caracas lo encontré”.
“Poder compartir la música de ellos con mis amigos, que durante dos años estuvimos ahí al pulmón de ellos, escuchándolos y viendo que novedad iban a sacar, como el podcast y tal. Y al final mi parte favorita fue cuando cantaron Riesgo, porque agarré a todos esos amigos, Tere, Migue, Luz, y los abracé porque fue el momento perfecto tras todo esos riesgos que había tomado para llegar ahí”.
3° ACTO: “Repitamos nuestros planes siendo nuevos personajes…”
Llegaba la hora del último cambio de ropa -que duró aproximadamente 30 segundos y la gente no se lo podía creer- con el acto que representaba a Pangea, el último álbum lanzado por Los Mesoneros, y con el que, semanas previas al concierto, lo celebraron en Las Vegas-Nevada por su nominación de Mejor Disco de Rock en los Latin Grammy.
Aquí, vemos a los chicos con un sonido más maduro y letras personales, que definitivamente en vivo tocaron el corazón de varias personas, por los diferentes momentos vividos en los últimos años, llenos de rabia, nostalgia, tristeza y esperanza. A pesar de ello, los fanáticos nunca dejaron de gritar y de llorar de emoción.
Hablando de profesionales y de industria musical, en la que cada vez que vemos a un colega venezolano ser reconocido por grandes instituciones nos emocionamos como si fueran nuestros hermanos de sangre, la última invitada de la noche apareció: Elena Rose, compositora venezolana radicada en Miami, con credenciales en grandes temas DOLLAR de Becky G y Myke Towers, Mami de Paloma Mami, y el álbum de Selena Gómez, Revelación. Su interpretación fue hecha a la perfección, demostrando el talento y delicadeza que tiene con su voz, y combinada con la armonías de Luis Jiménez como voz principal, recordándonos que hay mucho talento venezolano jugando en las grandes ligas.
Cuando las primeras notas de Pangea comenzaron sonar, toda la Concha Acústica se vio iluminada por las linternas de los fans y el coro se escuchaba más fuerte que nunca. “¿Qué tanto ha significado esta canción para esta generación de venezolanos para que reaccionen así?” podrían preguntar algunos, pero pongámoslo así: debido a la situación socioeconómica de Venezuela, la palabra más escuchada en los últimos años ha sido “migración”, con la que muchos han tenido que decirle adiós a sus familias y a seres queridos, con la incertidumbre de en qué tiempo podrán volverse a ver. Ante esto aparece Pangea, canción que nos hace recordar esa distancia que tenemos con esos seres queridos que tanto extrañamos, añorando momentos en los que éramos felices y no lo sabíamos. “Ya no sé cuánto más puedo yo aguantar; mientras yo esté aquí, mi corazón está allá”. Ahí está la respuesta a la pregunta.
Pero después de haber pasado por mucho despecho y duelo, llegó el turno de traer un poco de optimismo a la mesa con Últimas Palabras, tema que también estuvo nominado al Latin Grammy como mejor canción de rock. Aquí, la gente se secó las lágrimas del tema anterior y volvieron gritar y a saltar como si no hubiera mañana, pronunciando un: “Estoy hablándote a ti, a ti, a ti” tan fuerte, que de seguro ahora los vecinos de Bello Monte no pudieron sacarse esa frase de la cabeza en unos cuantos días (normal que hayan leído esto cantando la canción).
Y para despedir lo que fue el día más feliz del año para muchos que asistieron al evento, Luis, Calín, Juanchi, Pepino y Juan Víctor interpretaron Te Lo Advertí, con todas las energías que les sobraban y lágrimas de felicidad en sus rostros porque no podrían creerlo: habían logrado uno de los conciertos más emotivos de Caracas de este año, con una fanaticada que dio el 1000%, un equipo de iluminación que le dio vida a ese escenario, fuegos artificiales con un timing perfecto, un sonido que se escuchó “al pelo” hasta largas distancias (los vecinos tuvieron sus entradas gratis), y un equipo que estuvo semanas preparando esta gran sorpresa para los venezolanos que tanto añoraban la llegada de una de las bandas de rock caraqueñas con más relevancia en las últimas décadas.
Para combinar este concierto con otro evento grande que ocurría en el mundo: el estreno de Spiderman: No Way Home, Los Mesoneros -al igual que Marvel- jugaron con el público al esperar unos segundos, ya acabado el concierto, para mostrar su propia escena post-créditos, con un preview de lo que parece ser un próximo tema y video musical con fecha de publicación para el 2022. Ahora, solo queda seguir pendiente de los muchachos para ver con qué otro movimiento sorprenderán en las próximas fechas.
Terminó el día, los músicos celebraban, tomaban, la gente se iba a la puerta lentamente deseando que no se acabara, porque no podían creer lo que había ocurrido, un evento masivo tras estar tanto tiempo confinados en sus hogares añorando momentos cómo este. Hasta el día de hoy, todos siguen recordando esa fecha con mucho éxtasis, nostalgia y felicidad, publicando videos y memes por las redes sociales, tal como nos comentó Pata Medina, quien no sólo estuvo ahí como presentadora, sino como amiga, madre y espectadora:
“Creo que fue el regreso a casa, no solo de Los Mesoneros, sino también el regreso a la casa interna de muchos de nosotros, esa vuelta al show en vivo de esas magnitudes, esa vuelta de una banda que ha sido parte reciente de nuestra historia musical. Indeleble ya tiene 10 años, entonces tampoco es que es antigua, pero tampoco es que tiene 3 años, entonces WOW, ver ese pedacito de historia reciente nuevamente ante un lugar tan imponente como lo es La Concha Acústica de Bello Monte, y ver tantas luces encendidas de los celulares y un mar de gente que los fue a ver, que como decía Lorenzo, probablemente nunca los habían podido ver en vivo, no se lo imaginaban o no lo veían posible. Para mí fue una vuelta a casa, al backstage, el reconectar con un poco de amigos que vivimos de la música, de la crónica; fue ver a otra generación, incluida mi hija, que fue a tomarse una foto con Los Mesoneros y que para ella son lo más grande que hay ahora… Fue ver cómo en verdad la música te da vida y como es un lenguaje que se comparte más allá de las fronteras, del idioma, más allá de las generaciones, más allá del tiempo que pase. También sentí que es absurdamente increíble la manera en que nuestras raíces nos jalan, porque estoy segura de que cada uno de ellos desea volver estar ahí tocando siempre. Admiro que se hayan ido y han buscado nuevos horizontes para crecer, y se ve que quieren volver porque esto es lo suyo, estas son sus roots”.
Lo que Luis, Calín y Juanchi dejaron para sus fans y próximas generaciones, no solo fue buena música y de calidad, sino también momentos y experiencias graciosas, de reencuentro, amor, ternura, riesgos y optimismo para todos los que nos quedamos en Venezuela y buscamos cumplir nuestros sueños cada día que pasa.