Çantamarta ha compartido su más reciente sencillo titulado Cuando Los Malandros Lloran, disponible en las plataformas musicales.

La canción es una carta de amor a la resiliencia de las urbes latinoamericanas y quienes habitan en ellas. Con una influencia sonora del Bolero y la Bachata suave, el tema se inspira en el significado que las generaciones más jóvenes le han dado al término ‘malandro’, concepto históricamente empleado para referirse a delincuentes en ciudades con altas tasas de violencia como Caracas pero que en usos más recientes celebra personalidades fuertes y perseverantes.

Çantamarta, agrupación compuesta por un colombovenezolano nacido en Caracas y dos españoles andaluces, hace de este tema un medio para seguir construyendo una identidad que aparte de musical, explora conceptos sociales y culturales de la cotidianidad latinoamericana.

Cuando Los Malandros Lloran está acompañada de una pieza audiovisual impecable, donde teniendo a Caracas como protagonista, se exponen elementos y características de la ‘estética malandra’ para transformarlas en símbolos de resiliencia, amor y fortaleza. 

Dirigida por Ali Morales y un equipo conformado por Santiago Méndez, Johan Giacalone y Mara Marrero, la obra rinde homenaje a importantes personajes del desarrollo de la escena ‘under’ y hip-hop venezolana, con participaciones especiales del crew de graffiti, Los CMS, los raperos Nasty Killah, NichessOne y Ray One, el poeta caraqueño Luis Alejandro Indriago, la artista y etnógrafa, Sofía Perdomo, el investigador cultural Gabriel Pinto, la estilista e investigadora Eylein Ugueto y las visionarias Nicole Crespo y Gabriela García, diseñadoras que juntas conforman Roca Tarpeya.

A este elenco, se suma King’ s Sound, un proyecto musical y sociocultural juvenil con base en el barrio Pinto Salinas.

La deconstrucción del término ‘malandro’ no deja de ser un foco de debate en diferentes esferas de la sociedad venezolana. Su vínculo a la violencia del país es innegable al igual que otras expresiones populares como “plomo” o “caer con los kilos”. Sin embargo, y debido a diferentes procesos de adaptación cultural dignos de estudio, estas frases han sido reinterpretadas en nuevas realidades sociales.