“Rock music is meant to take on not only the powers that be, but on a good day, the universe and God himself — if he was listening” – Bruce Springsteen

Es posible que suene cursi pero; a veces, al escuchar un artista nuevo puedes escuchar las placas tectónicas del panorama músical moviéndose. Sin embargo, en ocasiones no es solo un movimiento inicial; hay veces que puedes sentir los temblores aún 10 años después, tal como es el caso de Nuestra, el álbum debut de La Vida Bohème. 

El disco fue lanzado en 2010, cuando la escena rockera del país tenía cuatro años transformándose en eso que llaman “V-Rock”. Ya Viniloversus había lanzado el potente El día es hoy en 2008, y mucho antes podía parecer visto desde afuera que no pasaba demasiado y que el rock venezolano era solo para melómanos empedernidos. Con la excepción de fenómenos puntuales como Caramelos de Cianuro o bandas de larga trayectoria como Desorden Público, el rock distaba de las grandes masas, pero algo nuevo se estaba dando.

Henry D’Arthenay Vocalista de la Vida Boheme: “10 años después sigue me gustando igual, sigo teniéndole el mismo cariño. Es verdad que ahora le veo las costuras, pero esas costuras también son bonitas. Se que es especial en el corazón de muchas personas y eso hace que siga vigente al tocarlo, las canciones crecen con nosotros. El disco se construyó con mucho ensayo y error, y mucha paciencia y camaradería entre Rafa, Daniel, Sebas y yo, son nuestros años mozos”. 

Y entonces llega La Vida Bohème. La banda tenía ya bastante tiempo construyendo una audiencia leal, tocando en cada espacio que conseguía en Caracas luego de haber ganado el Festival Nuevas Bandas 2008. Aunque su vocalista Henry D’Arthenay vivía en España, el grupo se creó una reputación por sus explosivos shows en vivo. Aún en la epoca de MySpace, empezaban a ser un rumor de patio de recreo y de pasillo universitario, así que el ambiente estaba listo para su debut de larga duración. 

El grupo no tardó tres años entre el Festival y su debut por gusto. El proceso de crear el disco fue bastante  complicado; de hecho, tuvieron dos productores previos antes de aterrizar en Rudy Pagliuca, quien para ese momento ya contaba con El Día es Hoy  en su currículo. Sin embargo, el resultado no solo fue bien recibido por la prensa especializada, sino que se convirtió en un verdadero evento de masas. 

Tiene sentido, después de todo el grupo no tenía miedo de dejar salir sus influencias. Es un disco que suena a lo que la banda tenía en su Ipod;  no es raro notar las influencias de los Arctic Monkeys, Ramones, Franz Ferdinand o The Clash en las canciones. Alguna vez el grupo ha dicho que la idea del disco era traer a Venezuela lo que estaban escuchando afuera, después de todo ya había iniciado nuestro agónico aislamiento, y lo consiguen despertando una de las pasiones venezolanas por excelencia: bailar.

Rodrigo Gonsalves – Vocalista de Viniloversus: “Cuando ellos estaban grabando el disco nosotros también estábamos trabajando en el estudio de Rudy, así que nos veíamos y pude escuchar el disco antes que saliera. Desde el principio supimos que era un trabajo que marcaría un antes y un después en el rock venezolano; era evidente que ‘Nuestra’ era algo especial”

Aunque en Venezuela pareciera en ocasiones que la fiesta y el rock no pueden juntarse, La Vida Bohème trata de construir ese puente. Temas como Radio Capital, Danz, El Sentimiento Ha Muerto parecen diseñadas para pistas de baile. Son canciones para saltar y moverse y gritar la letra a todo pulmón. En otros lugares el grupo sabe como mezclar esto con algunas de sus ideas más complicadas; destacan los momentos de rebeldía de Nicaragua, I.P.O.S.T.E.L. y El Zar cada una a su manera revelándose como una canción de protesta clave dentro de la tradición venezolana. 

Sin embargo, en el centro del disco lo que conseguimos es una balada; Flamingo es aún hoy una de las piedras fundacionales sobre las que está construida la banda hasta hoy. Una canción que camina entre el arrepentimiento y la nostalgia que además contiene el mejor trabajo vocal de Henry. Es una muestra de flexibilidad y calidad como compositores necesaria en un disco que pasa el resto de su duración impulsado por guitarras explosivas. 

Rafael Antolinez – vocalista de Le’Cinema y Pakalolo: “‘Nuestra’ es un disco que marcó un antes y un después en la música hecha aquí y en la industria del audio también. La producción de Rudy y Chapis Lasca marcó un antes y un después. ‘Será’ y ‘La Lucha’ me ha llegado de diferentes maneras, pero ‘Nuestra’ me cambió la vida”.

Pero es llamativo lo poderoso que sigue siendo el disco 10 años después. Quizás es por la propia Venezuela, que parece negarse permanentemente a crecer, o quizás es por la homogeneización del panorama del pop en la última década. Pero volver a este disco parece cada vez más importante en la escena del rock. La letra de de canciones como Nicaragua o El Zar se han convertido en gritos de auxilio, mientras las mezclas de electrónica e indie de El Sentimiento ha Muerto o Huxley son un remedio necesario al repasar la década y ver la lista de éxitos “rockeros” en medios como Billboard. 

Nadie suena como sonaba aquí La Vida Bohème, ni siquiera ellos mismos. Aún imitando a los músicos que escuchaban el grupo termina definiéndose, inyectando pintura a las venas del rock venezolano, termina también definiendo una generación de músicos. Los Mesoneros, Buenaparte, Americania, Le’Cinema, Colibrí son todas bandas con alguna deuda con este disco. La gira del grupo, que culminó en un épico concierto en la Plaza Alfredo Sadel, colapsó Las Mercedes tanto como cualquier protesta política de nuestra eterna crisis.

10 años después, el debut de la banda sigue sirviendo como una invitación a ser nosotros mismos, a escuchar lo que nos guste, bailar lo que queremos y sentirnos un poco más libres. “Esta es nuestra fiesta, candado y crestas” quizás no sea una frase particularmente profunda, pero es una invitación a construir nuestro propio espacio, a vivir y disfrutar de lo que nos hace diferentes. Vale la pena seguir haciendo lo mismo en una nueva década.