Entre campos de caña, el inclemente sol aragüeño y mucho ron, se estuvo llevando a cabo el Tercer Tiempo de la Hacienda Santa Teresa, un evento que enmarcado en el deporte que se convierte en una tarde familiar pero al mejor estilo de un festival de música que nada tiene que envidiarle a los extranjeros. Además parte del objetivo de la hacienda es llevar el concepto del tercer tiempo del rugby al público en general, es decir, un momento para compartir con jugadores al igual que asistentes y así inculcar los valores de la igualdad al mismo tiempo que el respeto incluso hacia al contrario, algo que en nuestro país hace mucha falta por estos días.
Todo esto también fue amenizado por varios de los músicos que han sabido sobresalir en la escena nacional en nuestros días como es el caso de Laura Guevara y Tomates Fritos, y otros más veteranos como Desorden Público y Caramelos de Cianuro, además con el enérgico toque tropical de Oscarcito que puso a bailar hasta a los más rockeros.
Laura Guevara comenzó a golpe de las 10:15 am, cuando del sol más que calor emanaba cierta calidez, por lo que su música tan orgánica fue perfecta para la hora. El primer tema fue «Tiempo de escape» un recordatorio de todas las cosas que lamentablemente han llevado a muchos a salir del país. Con esa energía que la caracteriza Laura nos dio un recorrido de varios de los temas que componen su disco debut, homónimo, como “Alejarte de mi”, “Puñal”, “Yo sabía”, “Todas las cosas”, todo entre cambios de vestuario y bailes, mostrándonos los diferentes ritmos que explora dentro de sus composiciones.
El final de su presentación lo marcaron sus temas más conocidos “El constructor”, “Más feliz” y “Late” que pusieron a cantar a todos los presentes, culminando con “Fuego”, una canción con un hermoso interludio de tambores donde el baile de Laura fue el protagonista.
Luego de premiar a los equipos ganadores dentro del torneo de rugby y con la petición del público de un beso entre los presentadores Manuel Silva y José Rafael Guzmán, siguieron los orientales Tomates Fritos, que entraron luego de una breve lluvia, que a pesar de todo no calmó el calor que a su vez levantó más los ánimos, haciendo sentir a los originarios de Puerto La Cruz, como en casa.
Desde el lanzamiento de su más reciente álbum ya es costumbre que abran con el primer tema que conseguimos en este, “Multicolor”. Siguiendo con viejos y nuevos temas que para sorpresa de los liderados por Boston Rex, la mayoría de los asistentes cantó al unísono, dejando ver que estos 20 años de trabajo constante han rendido frutos.
“Calma”, “Me cuesta”, fueron algunas otras de esta producción en ser interpretadas, siguiendo con su ya clásica “Tripolar”, al igual que “Nadaré hasta llegar”, la que nos empezó a recordar sus días más rockabilly. Otros temas ya clásicos de los Tomates surgieron como “Aunque me falle tu querer”, un rock and roll con un algo de bolero, “Mi cura, mi enfermedad”, marcó el paso a su más reciente sencillo “Me veo sin ti”, cerrando con una de mis favoritas, “Granola”.
Al finalizar Tomates Fritos, las energías se habían elevado, el público ya trataba de abrirse paso para estar más cerca de la tarima, y el mar de gente era cada vez más abundante, marcando así la entrada perfecta para la locura de Desorden Público que comenzó con la visual del logo de RCTV acompañado por el tema que daba introducción al antiguo ‘El observador’. Así comenzaron con su políticamente cargada “Todo está muy normal”, que reza “si nos van a robar por lo menos cambiennos a los ladrones”.
Los veteranos del ska nacional dieron una muestra de su más reciente producción tocando temas como “Bailando sobre las ruinas”, “A mi me gusta el desorden” y su sencillo “Los que se quedan, los que se van”, para recordar a aquellos que han partido en busca de mejores oportunidades.
Entre gritos y Horacio Blanco pidiendo fuego y energía, la legendaria agrupación, al igual que en sus inicios puso a saltar a la multitud que también coreó los clásicos “Canto popular de la vida y muerte”, “Zapatos resbalosos”, “Gorilón”, que dedicaron a un reconocido personaje de la vida política de nuestro país. Por su puesto “Allá cayó” no pudo faltar, preguntando como es costumbre “¿Quién nos salva?” y el público estremeciendo la Hacienda con un potente “Michael Jordan” y cerrando con “Valle de balas”. Los años pasan pero no pasan sobre los miembros de la banda que aún muestran un enérgico y eufórico show.
Luego de Desorden Público, se hizo obvio que Caramelos de Cianuro sería los siguientes, por lo que un montón de hermosas mujeres de todas las edades me rodearon haciéndome pensar que Ricardo Arjona se asomaría a la tarima. Sin embargo fueron Asier Cazalis y su combo quienes se presentaron (con camisetas de mallas incluidas) comenzando con “Secreto”, el primer sencillo de su nuevo álbum ‘8’, seguido por “Baby Cohete”, debo admitir que por primera vez en mi vida veía que hombres y mujeres por igual estaban enardecidos cantando los temas de la banda caraqueña. “Las estrellas”, “Abismo”, “Verano”, “Las notas”, una a una fueron coreadas por los asistentes incluyendo también “No eres tu”, “2 caras, 2 corazones”, y poniéndose el asunto más serio con las chicas y las que no lo eran tanto gracias a un “Asunto sexual”.
Marcado por interludio de batería comenzó uno de los temas que los ayudó a darse a conocer en la escena del rock nacional y en todas las horas locas de las bodas en los 90’s y el 2000, “El Martillo”. Si faltó algun clásico debo habérmelo perdido entre la histeria colectiva que me rodeaba “El último polvo”, el despecho eterno de “La casa”, la inolvidable “Sanitarios”, “Verónica” y finalizaron con “Rubia Sol, Morena Luna”.
Con la amenaza de tener que quedarnos durmiendo en algún hueco de la Hacienda Santa Teresa ya que el transporte asignado para la prensa tuvo que partir, no pudimos estar presentes para bailar con el “Tumbayé”, “El hacha” y los “Besos de chocolate” de Oscarcito, pero estamos totalmente seguro de que no decepcionó así como no lo hizo este evento.
El Tercer Tiempo de Santa Teresa, nos hacer recordar que la música y el deporte pueden servir como elementos de unificación en un país, a pesar de las diferencias ideológicas, el hecho de que seas de otro equipo o que simplemente prefieras a Desorden Público antes que a Caramelos de Cianuro, todo ello además con un eslabón final, el buen ron de Santa Teresa y la belleza de los espacios de la Hacienda en el estado Aragua.