Hay un dilema que gira en torno a Kings of Leon que más de uno se ha planteado: no son precisamente una banda revolucionaria que han quebrado paradigmas y creado himnos de una generación (quizá lo que más se acerca a esto son temas como “Use Somebody” y “Sex on Fire”). Pero innegablemente han logrado adentrarse en las listas, en los festivales y en el subconsciente de todos.

Quizás la respuesta a este dilema es que a Kings of Leon no lo caracteriza lo peculiar de su sonido, sino el hecho de que han mantenido exactamente la misma fórmula desde que descubrieron lo que les funcionó con ‘Only by the Night’ (2008). Del rock sureño/garage (campuruso, si me permiten) pasaron a dedicarse al rock alternativo que estaba pegando en las carteleras. Resultó ser un trabajo que logró mover cabezas, corazones, y muchas entradas para conciertos. La cosa es que, a nivel sonoro, no han hecho nada demasiado diferente de lo que está sucediendo en su entorno, y han decidido quedarse en la misma ruta de manera perpetua.

Con ‘WALLS’ (We Are Like Love Songs), el clan Followill declaró que no trabajaría con su productor de toda la vida, Angelo Petraglia, porque sentían que lo que hacían se había vuelto “demasiado seguro”. En cambio, consiguieron trabajar con Markus Dravs (Arcade Fire, Coldplay, Brian Eno). Con este cambio, es coherente que nos hayamos esperado un nuevo sonido de Kings of Leon, o por lo menos una vuelta a sus raíces no-tan comerciales. Lamentablemente, nos equivocamos.

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Ahora, decir que es un disco terrible sería una insensatez. Puedo asegurar que no he parado de tararear “Waste a Moment” desde la primera vez que la escuché. Pero hay algo en esa melodía que no parece auténtico, sino hecho precisamente para que uno se enganche y ya, y lo mismo sucede con “Around The World” (que no es ni remotamente tan disfrutable como “Waste a Moment”). Y esta canción en particular me genera un desfase en la cabeza a nivel rítmico y melódico hasta que Caleb empieza a cantar. A partir de ahí, el desfase se extiende hasta lo lírico. Francamente, son unos tipos de unos 30 años, con 16 años de carrera, que estoy segura están cargados de experiencias y momentos memorables y definitorios, como para que estén produciendo ese tipo de indie rock del 2012.

Temas como “Muchacho” o “Wild” son mucho más rescatables. Mientras la primera es un mix entre el ritmo del sample de “Hotline Bling” y rock alternativo importado directamente desde Tennessee, la segunda es una melodía bastante nostálgica pero atesorable, y es lo suficientemente pop como para servir como sencillo. El mismo caso se da con “Over”.

El tema de cierre, que también da nombre al álbum, es de los más tranquilos que tiene el álbum, que puede incluso calificarse como su única balada. A nivel de historia, es la más memorable y emotiva que incluyeron en el disco. La más cercana a esto sería “Find Me”, por su carácter introspectivo, aunque musicalmente sean opuestos exactos.

‘WALLS’ pudo haber sido un álbum de reivindicación para Kings of Leon, luego de monotonías poco arriesgadas como ‘Come Around Sundown’ o ‘Mechanical Bull’. Pero con todo y desacuerdos que casi acaban con la banda, cambio de producción, y duras críticas a sus trabajos anteriores, el resultado final fue otro “irse por lo seguro”. Una vez más, no es un mal disco, es de hecho bastante pegajoso. Pero si lo pones en contexto, sí es algo decepcionante.

Kings of Leon - 'Walls'
2.5Nota Final
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