En los 1972, luego de ser criticada por haberse alejado demasiado de sus raíces de gospel, Aretha Franklin decidió volver a su raíces grabando en vivo en el “Nuevo Templo Misionar Baptista de Los Ángeles” para interpretar algunos de los temas clásicos del género.
Los dos días de interpretación fueron capturados por el director Sydney Pollack con Franklin básicamente tomando el puesto de solista del coro del templo. Sin embargo no era posible ver las grabaciones en video pues la intérprete pasó toda su vida evitando su lanzamiento.
Sin embargo luego de su muerte la familia de la artista tomó la decisión de permitir el lanzamiento del filme, que se proyectó durante una semana en dos salas de la ciudad de Nueva York.
Aunque quienes han visto el filme hablan de que es uno de los mejores retratos de la artista en vivo aún no ha tenido un lanzamiento abierto. Esto debido a que el documental aún no ha conseguido distribuidor.