El artista gaditano, Abraham Mateo estrena su séptimo álbum, su confirmación como una de las más grandes figuras del pop español.
A veces lo que más amas es lo que menos te deja dormir. Es uno de los lemas favoritos de Abraham Mateo, el que le da todo el sentido a Insomnio. La intensidad creativa y sentimental son los elementos que a él le impiden a menudo conciliar el sueño.
Insomnio es una colección de éxitos tan rotundos como Clavaíto con Chanel, Falsos recuerdos con Omar Montes, Quiero decirte con Ana Mena, o XQ sigues pasando:( con Sebastián Yatra.
También Maníaca, versión del clásico de los 80 Maniac, y La Idea, todos ellos ya estrenados y convertidos en algún caso en auténticos hits. Sus fans encontrarán además otros 10 temas y colaboraciones con Danny Ocean y Rorro. No solo revelan esa fuerza interpretativa incompatible con la almohada, sino todas las claves de un artista cada vez más cómodo como compositor y productor.
‘Todo esto nace de forma sana, de la pasión por el amor y por la música, a veces tan enérgica que me impiden dormir’, confiesa el cantante y compositor gaditano, que paga las consecuencias de tener en su propia casa ese estudio que recrea en la portada. ‘Es inevitable pasarme noches en vela, el ansia de crear cosas nuevas es más fuerte que el sueño’, relata.
Esa faceta de compositor y productor es una de las grandes revelaciones de Insomnio. La confirmación de un hitmaker que puede con todo lo que se le ponga por delante. Da igual que sea un álbum, una velada pugilística o un talent show.
Más próximo a la electrónica que nunca, Abraham Mateo experimenta con la bachata, crea baladas pegadizas. Además, rinde homenaje a The Weeknd, juguetea con ritmos de Semana Santa o se marca un sample de María de la O. ‘El pop es la esencia fundamental y con la electrónica me encuentro cada vez más cómodo, pero a partir de ahí me gusta probar con todo’, apunta.
El álbum se convierte así en un disco de sonido nocturno que invita a pasar la noche bailando. Con canciones que mezclan la inspiración latina, la electrónica y el espíritu de los ochenta. Son razones rotundas para saltar de la cama a la pista de baile.