Fito Páez, uno de los íconos musicales de Argentina, regresó a Caracas, ciudad en la que ya se sentía más que familiarizado y esto se hizo evidente durante toda una noche al ver a un Páez de buen humor, compartiendo con una audiencia caraqueña que echaba de menos verlo en tarima. Después de décadas y de un historial de shows en varios de nuestros recintos, Fito volvía a pisar el Poliedro, lugar en el que ya se había presentado en oportunidades anteriores, tales como el recordado concierto ‘Hecho en América’ en el que compartió tarima con Charly García, Sentimiento Muerto y el grupo Fusión en el año 1990, así como también en la gira Circo Beat en 1995, junto a artistas locales al ex-Aditus Pedro Castillo y a la agrupación Los Gusanos. Otras de sus recordadas presentaciones anteriores en Venezuela tuvieron lugar en el Autocine El Cafetal, cuando formó parte del prestigioso line-up del Festival Iberoamericano, así como sus recitales individuales en locaciones como el Teatro Teresa Carreño, Terraza del CCCT, Aula Magna de la UCV y el Anfiteatro del Centro Sambil. Todos estos datos hacen ver a Fito Páez como una figura que ha tenido recurrencia con varias generaciones de nuestro país.

Precedido por el artista venezolano Jorge Luis Chacín, Fito Páez volvió a tocar en un Poliedro que, aunque en esta ocasión no estuvo una asistencia repleta, dio a sus asistentes un show enérgico, con simpáticas intervenciones entre tema y tema, recorriendo su obra El Amor Después del Amor, álbum centro y razón de esta gira, a razón de los treinta años de aniversario de este disco; no obstante, incluyó en su repertorio una canción respectiva de sus discos Rey SolGirosEuforiaCiudad de Pobres CorazonesAbre, y dos piezas de su LP Circo Beat.

Se hizo notar que sus piezas tenían un sabor diferente en directo ante la perspectiva de un público acostumbrado a que todo debe sonar tal y como lo escuchamos en sus grabaciones de estudio, y es que nuevamente nos topamos con la natural condición humana de un vocalista que, al igual que muchos otros frontbands, necesitan bajar el tono y la afinación de toda una banda para poder interpretar los temas a cabalidad. Destacó la espectacular ejecución de sus músicos de sesión, quienes durante esta gira le proporcionan un Fito un piso ideal en el que puede desenvolverse de manera absoluta, incluso con detalles de sonido –que se escapan de sus manos– y que fueron corregidos en el transcurso del repertorio. A su vez, después de tantos años, pudimos ver a un público venezolano ávido del rock n roll que volvía a las instalaciones de un Poliedro de Caracas, espacio que por mucho tiempo fue destinado para otros fines y que de hace rato se hacía extrañar; incluso, para algunos, se había perdido la esperanza de que este recinto volviese a ser utilizado para una velada de rock en español como la que se vivió en este concierto.

Son 35 años desde que Fito Páez pisó por primera vez Venezuela y desde ese momento ya estaba vinculado con la historia de la música de nuestro país, incluso antes de sus primeros shows; y es que fue justo hace 35 años cuando Fito Páez fue productor del primer álbum de Sentimiento Muerto, El Amor Ya No Existe, Hay Que Hacerlo, es decir, podría decirse que Fito Páez fue la persona que le dio el sello de calidad al primer título oficial de la banda que nos dio un sentido de verdadera existencia del rock venezolano; poco más se le podría pedir a este señor de aporte a nuestro patrimonio, pero esa ya es otra historia.