“Vinimos a hacerte pensar en la muerte, ponerte triste y esas cosas” – Scott Pilgrim

Es posible que recuerdes las canciones; hay una posibilidad de que aún tengas el tinte vencido para decolorar el mechón de pelo que caía en tu casa, e incluso quizás te pusiste delineador negro en los ojos. Es común haber pasado –así sea rozando– por una ligera, o pesada, etapa emo en la adolescencia y querer eliminar nuestras fotos en redes sociales… Pero en realidad, al menos musicalmente, no hace falta esconderse del todo.

Bien pongámonos de acuerdo: ¿Qué es emo?. Emo es un movimiento contracultural cuyas raíces se pueden rastrear desde los años 80, en la escena punk de Washington D.C. con grupos como Rites Of Spring y Embrace. La idea del emo incluye no solo la música, sino un modo de vestir y de sentirse –por tanto, actuar– de sus seguidores, como lo resume Pitchfork:

 

Este sonido, derivado del Hardcore Punk, tomó forma realmente en los noventa. El medio oeste norteamericano vio nacer varios grupos importantes, entre ellos Sunny Day Real Estate, Save The Day y Brand New la década también tuvo el segundo disco de Weezer: ‘Pinkerton’ (1996).

Sin embargo, no fue hasta los 2000 que el género se coló al público masivo. Podemos pasar horas discutiendo cuál fue el disco que hizo explotar al género en la radio. ‘Bleed American’ (2001) de Jimmy Eat World, en la espalda del sencillo pop ‘The Middle’ y el explosivo debut homónimo de The Used (2002), son quizás los que dan el pistoletazo de salida a esta generación, pero no son los que definen el sonido emo de esa década.

Dashboard Confessionals y su éxito en MTV, que los llevó a tener un disco un especial Unplugged a los pocos meses de su debut, fueron el empuje final que necesitaba el género para llegar al mainstream. Alejándose de los sonido más punk que el género aún mantenía en su ADN, dejándose  llevar por sonidos más pop y permitiéndose ser más accesibles. Siguiendo este sonido y limpiandolo aún más una larga fila de bandas, tomaría la batuta y crearía un fenómeno cultural llamativo, e incluso controversial.

De estas bandas, la que consigue trazar el puente entre el punk y este nuevo sonido es My Chemical Romance. Su segundo disco ‘Three Cheers For Sweet Revenge’ (2004) y la ópera “emoística” ‘The Black Parade’ (2006) fueron auténticos fenómenos, impulsados también por la calidad de sus videos musicales, el grupo se convirtió en todo un fenómeno MTV, sumado al magnetismo natural de su frontman Gerard Way la banda generó todo un fenómeno adolescente. Casi al mismo tiempo de la salida de ‘Revenge’ los ya para ese momento icónicos Green Day se montaron en la ola emo con su exitazo ‘American Idiot’ (2004) que toma los sonidos y la estética del Emo y la suma al repertorio de la banda.

Otra catapulta que posicionó aún más a esta moda musical llevándola a la cúspide, fue el segundo lanzamiento de 30 Seconds To Mars. Jared Leto decidió separarse de los sonidos industriales para entrar de lleno en el sonido y la estética emo. El resultado: ‘A Beautiful Lie’ (2005), que sirvió para dejar claro que el sonido emo era la cara pop del rock en ese momento, es aún hoy el trabajo más exitoso de la banda gracias a temas como ‘From Yesterday’ y ‘The Kill’. Si bien otros grupos como Green Day se habían montado en el tren del emo, la banda de Leto venía de un mundo mucho más lejano por lo que fue una señal clara que se unieran a esta ola, que ya estaba por empezar a caer.

Esta mezcla de pop punk y emo fue la que permitió a la disquera Fueled By Ramen despegar. Su trinidad de emo pop, tenía a la cabeza a Paramore, Panic! At The Disco y Fall Out Boy, que aunque se han alejado de este sonido en el tiempo empezaron claramente allí. Estas bandas no solo eran capaces de meterse en la cabeza de los adolescentes, sino de conquistar plazas importantes en la cartelera de Billboard.

Entonces ¿Qué pasó?. Pues es un tema de imagen, la etiqueta emo se convirtió rápidamente en una burla y fue rechazada por algunos de los rostros del género. Esto ayudó a que los artistas de la escena emo se fueran alejando, de su sonido conocido en rumbo hacia el pop u otros estilos de rock. El Indie, cuya nueva ola había empezado en Estados Unidos liderada por bandas como The Strokes y en Inglaterra por los Arctic Monkeys, también empezó a tomar terreno con una legitimidad apoyada en su origen como movimiento underground así como a una imagen más cerebral.

Las grandes bandas de emo se separaron, caso de My Chemical Romance, o se adaptaron a sonidos pop para mantener su relevancia como fue el caso del triplete de Fueled By Ramen. Poco a poco el sonido Emo fue desapareciendo, pero en perspectiva es difícil negar su importancia.

Ver hacia atrás y no quedarse en el estereotipo del “Emo” sino escuchar realmente las canciones puedes conseguir un sonido rico y variado. Hoy por hoy aún existen bandas emo, y la expresión ha sido adoptada por un grupo de músicos de hip hop, encabezado por el fallecido Lil Peep, que al parecer dejó suficientes versos grabados para cubrir dos discografias, pero no es precisamente una revolución juvenil. Es un estilo musical que vale la pena escuchar con oídos frescos, sin preocuparse por los prejuicios atados a usar sombra en los ojos.

Ah, y claro, a Jared Leto le duró poco.