La música vive porque avanza. Para poder prolongarse en el tiempo y no desaparecer, la música debe, como casi todas las actividades del hombre, desarrollarse, crecer y evolucionar de manera que se adapte a los nuevos tiempos. Solo así, logrará evaluar a las nuevas épocas, conseguir nuevos seguidores y seguir cumpliendo su misión.
Pero, ¿qué significa la evolución musical? Cuando se habla de evolución esta no se debe asociar únicamente a una adaptación de los músicos a los nuevos géneros musicales, ni a las nuevas tendencias de ropa, ni a los nuevas estrategias del marketing. Ya se sabe que eso es importante, pero que son necesidades, mas no avances reales.
Más allá de eso, cuando se habla de evolución musical se debe hablar es de motivar la curiosidad por conocer otros caminos, de incentivar la valentía por probar nuevos sonidos, de no quedarse anclado en una sola visión de mundo sino levantarse e intentar imponer nuevos paradigmas que expandan el arte y afinen las propuestas.
Evolucionar entonces sería, en pocas palabras, empaparse sin miedo de arte para poder experimentarlo mejor.
Algunos le temen al cambio y lo critican porque piensan que significa arrodillarse ante al mundo, pero se debe recordar que no es lo mismo sucumbir que evolucionar. El que sucumbe se adapta por el solo hecho de buscar reconocimiento, pero el que evoluciona lleva las propuestas artísticas a otros planos que brinden más pasión y más descubrimientos.
Un buen ejemplo de la evolución musical en nuestro país son los artistas de Tomates Fritos. Estos chicos, liderados por Boston Rex, han estado desarrollando la banda desde 1996 y desde entonces han sacado 5 discos de estudio. Sin embargo, no fue sino hasta el año pasado cuando los Tomates dieron un vuelco espectacular con la publicación de su último disco ‘Tomates Fritos’.
Basta con escucharlo una vez, así sea por encima, para darse cuenta de que es el álbum más innovador y con más personalidad de la banda y tal vez del país. Ya los Tomates Fritos no suenan al rock sureño con el que siempre se les asoció, sino que ahora, de una manera muy particular, han arropado su esencia rockera y vaquera con una cobija electrónica y espacial que suena a desarrollo musical y sabe a valentía artística.
Luego de 20 años de carrera, los Tomates han dado tal vez el paso más importante de su carrera y es ese paso que los sumerge dentro de la corriente experimental y caracterizada por la fusión, que reina en el siglo XXI. Ahora Rex y su combo se deben preparar para una nueva escalada artística que tenga como objetivo expandirse por Latinoamérica ya que Tomates Fritos ahora puede medirse intelectual, poética, y musicalmente con cualquier banda del continente y puede, de igual manera, ser apreciado y reconocido por cualquier público.
Tomates Fritos demostró su experiencia al transformar su sonido sin deteriorar su esencia. Hoy suenan diferente, pero siguen sonando a Tomates Fritos. Tal vez la diferencia es que ahora suenan menos a tomates y más a fritos.
Si hay algo bueno que nos ha dado estos últimos años la música nacional, ha sido una serie de discos impresionantes y de gran altura, dentro de los que el de Tomates Fritos es, sin duda, protagonista y líder.
Ahora a escucharlo.
¡Que viva la evoluciónǃ ¡Que viva el nuevo Tomates Fritosǃ