Los avances de la tecnología en la industria de la música se han convertido en una herramienta que no solo se vuelve parte del movimiento artístico actual, sino que hasta puede llegar a dirigirlo, ya que al salir nuevas formas de grabación, edición, mezcla y masterización, los artistas y productores se convierten en los primeros en adquirirlas y utilizarlas para crear nuevos discos con innovaciones.
‘Oh My My’ no escapa de esta característica, donde apreciamos un trabajo de montaje bien elaborado, pero contrario a las palabras del líder y vocalista de OneRepublic, Ryan Tedder, quisieron apartarse del mero concepto de hacer un álbum en una laptop, y mostrar un lado más humano.
Quizás sea contradictorio con lo que podemos disfrutar en un disco que no le faltan efectos ni ornamentos que lo conviertan en el propio álbum de la década del 2010, pero que quizás en lo musical sí se puede apreciar la intención de manifestar un poco de “humanidad”, influenciada por una gira que los llevó a múltiples ciudades del mundo, y que fue de importante referencia para esta nueva producción.
El lugar de donde proviene OneRepublic, se responde en los primeros acordes de guitarra de “Let’s Hurt Tonight”, primer track del disco, que muestra las influencias de country con pop/rock inspiracional, característica que se retoma múltiples veces en el álbum. Sigue “Future Looks Goods”, que continúa con esta línea musical, pero quizás sea la primera muestra del “lado humano” al que Tedder tanto se refería.
“Oh My My” es el primer punto y aparte de lo que muestran al principio, para convertirse en dueños de un buen tema dance junto al dúo francés de electrónica, Cassius, quien colabora en este tema. Llegamos al cuarto track, y más reciente sencillo de la banda, “Kids”, que define muy bien esa “humanidad” contrastada con efectos de percusión bastante adentrados al pop rock.
Le sigue “Dreams”, que divaga en un pop más desafiante con indicios de dance y electrónica, por tener largos espacios instrumentales y letras sencillas, pero que son dignas de ser un buen track para caracterizar esta nueva onda de OneRepublic que se aparta un poco del usual pop melancólico. Por lo menos hasta el siguiente tema, “Choke”, que incluye los usuales coros de iglesia para caracterizarlo con una majestuosidad motivacional que suele coincidir con los temas que ha escrito Ryan Tedder para artistas como Adele, Beyonce, U2, Demi Lovato, entre otros.
Peter Gabriel, conocido como vocalista de la banda Genesis, entra en este disco, no solo como influencia, sino como colaborador en “A. I.”, quizás por ello exista una inclinación al estilo musical del pop ochentero en el tema, que deja en duda con su lento final de cierto dramatismo.
“Better” se deja dominar más por los efectos y el synth-pop, con un coro que puede ser bastante capcioso. “Born” a diferencia de su anterior, muestra musicalmente un lado más humano, con órganos y ecos en la voz que convierten la idea en sí a un usual power-pop en la actualidad.
Ciertamente la balada del disco es “Fingertips”, un tema que revive un recuerdo bastante simbólico para el intérprete. La intensidad continúa en “Human”, tema que habla de un hombre que tiene una conversación con Dios, narrado musicalmente por un atractivo beat que puede contrastar con el tema, pero que no crea una desagradable sensación. La línea dramática cierra con la sencillez de “Lift Me Up”, donde la primera frase “Si te dijera que estoy abajo” descifra un poco la trama de la canción.
La colaboración de Santigold, cantante estadounidense, quizás sea la muestra mediana de Indie que pueda tener OneRepublic en este disco con el tema “NbHD”, pero que no ha de quedar muy mal con respecto al resto del disco
“Wherever I Go” tiene las mismas características de “Kids”. Al escucharla distingues la intención de escribirse como un sencillo, y ser una buena carta de presentación que describa a OneRepublic en el mercado. Efectivamente, este tema fue el primer promocional del disco lanzado en mayo de este año.
“All These Things” no es precisamente un tema que se aparta de altos y bajos en la línea dramática de ‘Oh My My’, ya que no sale de las características usuales del álbum.
“Heaven” nos lleva nuevamente a las guitarras del principio, como en los primeros tracks, con un ritmo en ascenso que nos indica cómo nos podemos sentir en los próximos minutos del tema. Artísticamente se puede percibir el final del disco de forma positiva, ya que a través de las letras entendemos a un humano que divaga en el existencialismo de la vida misma, para terminar en el cielo, justo como finaliza este álbum.
La producción de ‘Oh My My’ estuvo a cargo de Benny Blanco, con un notable aporte de comercialización musical en el disco, sobre todo viniendo de quien ha trabajado en los últimos discos de Maroon 5, y en los más recientes temas de Justin Bieber.
A pesar de la reflexión de Tedder sobre la tecnología y el “humanismo”, la contradicción de la idea con lo que se escucha es una divagante que se puede disfrutar pero que no es en concreto una forma de describir el álbum, que tampoco es el mejor de la banda.
Altas expectativas se tuvo de lo nuevo de la agrupación, que en carteleras reflejó ocupar el tercer puesto de la lista Billboard 200, pero que no logró superar las esperanzas de los fans con respecto a la banda que lideró los festivales de música del 2014 tras el éxito del sencillo “Love Runs Out”, de su disco anterior ‘Native’.
Ya hay fuertes rumores de una próxima placa discográfica para mediados del 2018, que quizás le haga justicia a esta banda que tiene todas las herramientas para una digna internacionalización como la de Maroon 5 o la de Imagine Dragons, y esperemos que sea un original e innovador sonido que logre darles su puesto en la industria de la música.