Reinventarse se ha convertido en un verbo empleado de forma muy delicada por las artistas internacionales. Madonna, conocida como “La Reina del Pop”, también posee la corona de la reinvención de la imagen, concepto y musicalidad, ya que a pesar de lograr cambios drásticos por más de 30 años, sigue teniendo un éxito rotundo. Desde entonces, se ha convertido en un compromiso para los cantantes no vivir siempre del mismo estilo artístico, aunque este cambio pueda significar su fracaso.
No es el caso de Lady Gaga, quien nos demostró que no todo en su carrera se trata de vestidos de carne, pelucas exageradamente llamativas, ni de sencillos musicales pegajosos.
Desde que cambió de manager a finales del 2013, y decidió trabajar con Bobby Campbell de Artist Nation, la cantante había convertido su amplitud artística en su primer plano: desde protagonizar series como American Horror Story: Hotel, hasta grabar un disco de jazz junto a Tony Bennett. Se puede ver que las metas de Stefani Germanotta habían cambiado, y como resultado final, Joanne, su cuarta placa discográfica, que se puede apreciar como una distinguida autobiografía de la artista.
Ante este compromiso de plasmar sus sentimientos más profundos, la cantante decidió contar con grandes colaboradores para este nuevo disco. Mark Ronson, que ha agregado otro álbum exitoso para su lista de artistas pop con los que ha trabajado, se ha convertido en el principal solicitado, además de encontrarse en el proceso con Kevin Parker, vocalista de Tame Impala, y conocido productor musical del género indie. Entre otros nombres, destacan Giorgio Moroder, BloodPop y Nile Rodgers en la producción, así como Josh Homme, fundador de Queen Of A Stone Age, y a Beck para la composición de algunos temas del disco.
“Joven, salvaje y americana”, es el primer verso de “Diamond Heart”, tema que abre el álbum, y se caracteriza como una canción de fortaleza para una diversa comunidad cultural que sigue a la artista. El tema fue coescrito por Josh Homme, y particularmente muestra la faceta principal de lo que podríamos esperar de una autobiografía de Lady Gaga, una mujer luchadora en contra de las adversidades de la industria, ambiciosa por conseguir la independencia y el éxito. Una intensidad que se aparta de “A-YO”, tema que le sigue en el disco, pero que continúa mostrando a una Gaga rebelde, mientras se deja llevar por el up beat.
La canción “Joanne” le sigue en el disco, una revelación que pudiese interpretarse como Gaga en tercera persona para continuar con su rebeldía, además que el nombre sugiere una fuerte referencia de feminismo, como Juana de Arco, por ejemplo. El tema muestra una influencia resaltante de David Bowie y Lou Reed por la narrativa que muestra en las letras para referirse a las características de Joanne. Pero quizás el lado masculino de este alter ego sea “John Wayne”, que tiene una musicalidad similar a “Mary Jane Holland”, track de su disco anterior ARTPOP, y que puede interpretarse como un personaje más ambicioso.
Beck, cantante ganador del Grammy, fue reclutado para colaborar en este disco, y coescribió “Dancin’ In Circles”, que no es precisamente un tema que definiría el aporte del cantautor, aunque el resultado pudiese llevar este track a ser un próximo sencillo promocional. Que fue el caso de “Perfect Illusion”, lo primero que escuchamos de este trabajo discográfico, y que cuenta una historia de amor basada en una ilusión, algo que podemos relacionar directamente como una experiencia personal que haya tenido Gaga con un pretendiente.
“Million Reasons” también figuró como uno de los temas que salió a la luz antes de la publicación del álbum, pero no como promocional. Un desamor por acontecimientos externos es quizás el epicentro que desarrolla la cantante durante el tema que versa “A cada corazón roto se le hace difícil mantener la fe”. Después de la nostalgia, vuelve la narrativa musical country con “Sinner’s Prayer”, tema que sigue sobrepasando las barreras multifacéticas de la artista con cada género que desafía a lo largo del LP.
Una canción con un mensaje de amarse en común no ha sido una excepción para Gaga en cada disco, en este caso es “Come To Mama” que profesa la idea del pacifismo, con la referencia de abstenerse de lanzar piedras a individuos, algo que ubicamos directamente en la biblia con respecto a María Magdalena, que suele ser un atrevimiento de Madonna, aunque también hemos podido apreciar este tipo de particularidades por parte de Gaga, en hits como “Judas” o “Alejandro”.
La única colaboración del disco es en “Hey Girl”, un tema que cuenta la fortaleza de la relación amistosa entre dos mujeres, y para este disco, fueron personificadas por Gaga y por Florence Welch, del proyecto Florence + The Machine. Se pudo haber tenido la expectativa de que el tema sería algo más intenso musicalmente, pero las cantantes, junto a Ronson, decidieron dejarlo en este soul-funk que debate entre las destacadas capacidades vocales de cada una.
“Angel Down” pudiese ser un curioso cierre para el disco, pero no aparta la intensidad con la que corre este LP, ya que incluye un personaje que cuestiona su propia creencia por el caos en el mundo. Una denuncia existencial que podríamos esperar de bandas como Muse, pero que en esta oportunidad, es parte del último track de Joanne.
Lady Gaga podrá haber tenido altos y bajos durante los últimos 3 años, pero su talento musical nunca ha sido motivo de decepción. Un ascenso dentro de la escena alternativa es quizás lo que haya logrado con este material, que quizás sea parte de la presentación que hará en el Super Bowl en febrero del 2017, donde no solo veremos lo que dejó Joanne, sino un popurrí de éxitos que han destacado en la industria durante la última década, y que le ha otorgado a Gaga el título de una de las artistas más importantes en la actualidad, que confiesa su tortuosa vida llena de amores, desamores, debilidades y fortalezas en este álbum que no decepcionará ni al que haya seguido a la neoyorquina desde el principio, ni al que pretenda comenzar a escucharla desde hoy.