En el 2012, Frank Ocean quedó tildado como uno de los artistas más fascinantes y admirados del año. Sus habilidades como cantante y compositor, que ya eran bastante evidentes, quedaron exponenciadas, y la paradójica humildad y reserva dentro de la grandeza que obtuvo a través de la exposición de sus más puras historias a través de sus propios personajes en ‘channel ORANGE’, lo convirtieron en una especie de artista de culto.

Más allá de ser un artista de culto, pasó a formar parte del paisaje cultural del mundo entero. Cuando dijo que ‘channel ORANGE’ podría ser su última producción discográfica, muchos quedaron petrificados por el miedo. Pero luego se dio a conocer que estaba trabajando en un nuevo disco.

Tras años y meses de suplicio, en agosto fue publicado finalmente ‘Blond’. Un álbum tan personal como auténtico, donde Ocean narra una vez más sus historias. Lo curioso y hermoso de las letras de Frank Ocean es que parece hablarle a toda una generación. Una que no está interesada en cosas rebuscadas y demasiado profundas. Estamos hablando de la generación instantánea, que lo quiere todo, lo quiere claro y lo quiere ya.

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Me arriesgo al decir que estas letras caen dentro de una posmodernidad, donde uno dice “yo pude haber escrito esto”. Claro que pude. Pero no lo hice. Es ahí donde entra en juego la gracia, la sutileza y la visión de Ocean. Nos está narrando muy personalmente situaciones que son reales, que nos han pasado a más de uno, tanto las que nos afectan superficialmente como las que nos puyan en el nervio más delicado de nuestro ser, y lo hace con el corazón en la mano.

En este disco, Frank habla de todo. Desde dinero hasta fama, cocaína, marihuana, homosexualidad, pasado, presente, futuro. Y tiene la peculiaridad de que cada canción que lo componen parece aislada la una de la otra, por lo menos en la superficie. En el fondo la historia de lujuria, desamor, etapas, este crecimiento personal que ha venido viviendo, como una especie de coming-of-age, se entrelazan la una con la otra.

Por ejemplo, “Nikes”, la canción que abre el disco, traza un panorama de Frank viviendo esta idea de fama despreocupada, de desapego y materialismo. Con el skit “Be Yourself” vemos esta especie de desfase en la linealidad, con una mujer, probablemente la mamá de Frank, dándole un sermón con la advertencia de que sea él mismo, y que sepa que “eso es suficientemente bueno”. También menciona que no debe fumar marihuana para encajar, contrastando con canciones como “Pink + White” o “Skyline To”, un par de odas a los efectos de los psicotrópicos.

Un aspecto relevante del álbum en sí, es la ejecución vocal de Ocean, más allá de la sobreexposición con autotune. La experimentación a este nivel durante las canciones parece interpretarse como una conversación entre Frank Ocean y él mismo, el Frank que vive en su cabeza, y que ha quedado expuesto.

Las percusiones también brillan, pero por su ausencia. 17 tracks componen el álbum, de los cuales apenas “Pink + White” tiene una batería que redondea el sonido (junto con Beyoncé y sus coros de fondo). Uno que otro beat se escucha en “Close To You”, “Nike” o en “Nights”, una de las canciones más interesantes del disco por las dos partes que la componen: la primera, un regaño, y la segunda, un arrepentimiento.

Lo que caracteriza al disco en su totalidad es lo etéreo que puede llegar a ser por su simplicidad, representado en temas como “Seigfried”, o el curiosamente hermoso relato del productor francés SebastiAn sobre las relaciones modernas en “Facebook Story”, contrapuesto con el nivel de experimentación que alcanza “Pretty Sweet”, un collage de ruidos, versos, coros de fondo, sin demasiada coherencia entre cada elemento, uno encima del otro. Ejemplo similar se ve entre “Solo” y “Solo (Reprise)”. La primera es una pieza que habla del tiempo con uno mismo, quizás pensando en otro mientras tanto, con una dulce melodía. La última es un acelerado descargue de versos de parte de André 3000 sobre una pista de piano que va evolucionando paralelamente a la letra.

Es un álbum difícil de describir. Transita entre lo etéreo y lo escandaloso. Interesante de punta a punta. Con un trabajo de composición que, si todo marcha bien, abrirá una nueva etapa en la música, donde encasillar algo como R&B o electrónica o pop es complicado, donde lo que atrapa es la honestidad y la apertura del artista, y donde el arte se trata de escucharte a ti mismo y no complacer a una audiencia, que al final del día apreciará y admirará tu trabajo por su pureza y sus riesgos.

Frank Ocean - 'Blond'
Un experimento sonoro de Frank Ocean, donde nos hechiza con su narrativa.
4.5Nota Final
Puntuación de los lectores 3 Votos