Andreazulado tiene más de 15 años de carrera. En esos 15 años, han publicado cinco álbumes. Pero ‘Dolby’, su más reciente producción, parece ser el disco en el que Andreazulado finalmente consigue lo que han anhelado incluso desde antes de que la banda existiese.
La banda anzoatiguense se ha caracterizado desde sus inicios por sus inclinaciones al pop rock, y lograron demarcar tanto su sonido que se volvió incluso el camino más seguro a seguir. Ahora, a los hermanos Pepo y Edgar Lamberti se les presentó la oportunidad de grabar el álbum de sus sueños: un álbum absolutamente ochentoso, que desafía todo lo que nos han venido mostrando hasta ahora.
En diferentes medios, han hablado de la importancia de agrupaciones como New Order y Depeche Mode durante su infancia y su adolescencia, pero no habían sido un referente directo de su música sino hasta este álbum. La sustitución de la batería acústica por una drum machine fue prácticamente lo que abrió las puertas a esta nueva propuesta, que complementaron y le terminaron de dar forma con un sintetizador ajustado para emular los característicos sonidos electrónicos de los 80.
Desde el primer momento, con “Dulce”, las nuevas intenciones de la banda quedan claras. El nuevo modo de proceder es ir a lo más pop electrónico y new wave posible, y el riff de esta canción, llevado por el sintetizador, es el epítome de esto, y sin dar la oportunidad de un respiro mantienen el mismo beat y la misma energía para “Seca”. “No te acerques más a mí”, repiten incesantes. Aquí me pongo a reflexionar en que no sólo el sonido que trabajan evocan su adolescencia, sino también sus ideas. A través de entrevistas también dejaron claro que las canciones que componen ‘Dolby’ son en su mayoría piezas que quedaron traspapeladas con el paso de los álbumes, por no ser muy acordes, y sí se siente en realidad cómo la mayoría quedó intacta con el tiempo, como si únicamente hubiesen estado esperando el momento correcto para ser ejecutadas.
“Eris” y “Vértice” van por una onda un poco más oscura y downtempo con respecto a los temas anteriores. Pero luego empieza a sona el tema “Caracas”. Escrita durante la tragedia de Vargas, en el 99, la revivieron durante esta oportunidad. Tiene un intro 100% ochentoso, reproduciendo sin ningún tipo de problema sonidos que recuerdan a Depeche Mode, o Soda Stereo en sus inicios, pero en medio de la canción se da un cambio abrupto e impredecible con unas distorsiones que apuntan a lo industrial. El momento es breve, y hace una transición de vuelta a lo electrónico tradicional, pero esta vez algo cambió en el ritmo y se percibe algo de salsa escondido en alguna parte. Sin duda alguna la canción más interesante del disco, y a la que no hay que dejar de prestar atención.
Después de ese boost de energía es lógico esperar del álbum un descenso. “STP” es esa especie de limbo sonoro que inicia ese viaje, aunque la letra es densa y tormentosa, y todo termina con “La parodia”, que tiene una musicalización bastante especial, como si fuese el camino natural que el disco debía seguir.
‘Dolby’ es sin discusión un trabajo interesante. Tiene la maldición del synth pop, que es que con el tiempo se torna repetitivo y tedioso, pero con sus peaks repentinos combate este efecto, y lo hace muy bien. El disco soñado de Andreazulado parece no ser una idea tan descabellada, después de todo, y resulta bastante nostálgico pero atemporal a su vez.