El trabajo en general del cantante canadiense Abel Tesfaye, mejor conocido como The Weeknd, le ha dado un poco más de propiedad al R&B, como para lograr posicionarlo en los primeros puestos de las carteleras musicales, y alcanzar una nominación al Grammy por Mejor Disco Del Año con su álbum ‘The Beauty Behind The Madness’, estrenado en agosto del 2015.
Desde el sencillo “Can’t Feel My Face”, el artista se posicionó como uno de los intérpretes más aclamados en la actualidad, además de haber colaborado con artistas como Ariana Grande y Sia. Sin dejar su género musical a un lado, fue precisamente esta inclinación la que quizás le diera otra proyección a la forma de hacer R&B, siendo gracias a The Weeknd, y a Kendrick Lamar con su disco ‘To Pimp A Butterfly’, lanzado en marzo del 2015.
Pharrell venía desarrollando esta movida de un R&B más comercial, y uno de los resultados fueron sus exitosas colaboraciones con el dúo francés de electrónica, Daft Punk, quienes ahora tuvieron a The Weeknd en la mira, para participar en ‘Starboy’, tercer álbum del artista, que evidencia el ascenso musical de un cantante que podemos entender que se ha preocupado un poco más por su concepto artístico, llevándolo a crear este disco de 18 temas, entre los cuales se pueden disfrutar colaboraciones de Lana Del Rey, Daft Punk, Kendrick Lamar, Future, y la participación de productores frecuentes en los álbumes más vendidos, como Benny Blanco, Diplo, Max Martin, entre otros.
Los primeros 4 segundos del disco se escucha un sonido que genera la sensación de algo acercándose, para que posteriormente, escuchemos el primer sencillo promocional, “Starboy” junto a Daft Punk. El tema establece este “personaje” que lleva The Weeknd, y tras un hecho que narra en la canción, disfrutamos de este cambio que se aprecia en su forma de interpretar los siguientes temas.
Le sigue “Party Monster”, tema en el que sutilmente The Weeknd se deja llevar por el estilo de Eminem, por lo menos lo suficiente como para especificar una chica deseada con los labios de Angelina Jolie, y un trasero como el de Selena Gómez. Sin embargo la verdadera artista que sale a relucir es Lana Del Rey, quien participa cantando la palabra “Paranoid” en el tema junto a The Weeknd.
El drama narrado por The Weeknd continúa con un poco más de beat con “False Alarm”, tercer track del álbum, quien aporta un poco más de adrenalina al recorrer el disco. Por lo menos hasta los últimos 22 segundos de la canción, donde se escucha un canto de armonía egipcia, que da pie a “Reminder”, un tema que musicalmente se percibe como una confesión del artista, solo superada por su letra, que refiere a The Weeknd como alguien que ha dejado su larga cabellera negra y su marihuana a un lado.
La intensidad dramática disminuye con “Rockin”, que como buen cantante pop de la época actual, siempre deja espacio para un tema que hable de dejar el compromiso y las responsabilidades para disfrutar el momento.
El beat no deja de ser apreciable para la intención del tema anterior si hablamos de “Secrets”, tema que destaca por la inclinación del estilo de dance ochentero, que no ha dejado mal parado a The Weeknd, quien profesa guardar los secretos de quien los dice mientras duerme.
“True Colors” es parte de la onda R&B que muestra The Weeknd a los largo del disco, y no es la excepción para exigirle a su pareja que muestre sus verdaderos colores.
Un interludio fue lo utilizado para separar ciertas tendencias artísticas cuando llegamos aproximadamente a la mitad del disco, y en este caso la host del traspaso es Lana Del Rey, a quien The Weeknd se refiere como “Stargirl” en el tema que los dos interpretan.
La onda R&B es lo primero que apreciamos posterior al interludio, y de Lana Del Rey, contamos ahora con la colaboración del rapero Kendrick Lamar para el tema “Sidewalks”.
“Six Feet Under” se convierte en otra dramática narración amorosa del ablandado orgullo de una mujer que no le importa nada.
“Love To Lay” muestra otra ligera influencia con el pop ochentera, con la misma intención de referirse líricamente al orgullo preciado de las mujeres.
La respuesta ante los hechos anteriormente referidos tienen una respuesta en el tema “A Lonely Night” donde The Weeknd prefiere alejarse de esas situaciones, que siguen con mujeres que buscan atenciones, de las cuales habla en “Attention”.
Las usuales referencias sexuales en las canciones de The Weeknd aparecen en el disco en el tema “Ordinary Life”, y muestran un R&B más íntimo contrastado con la lírica de la canción.
Finalmente los problemas y tensiones son apartados para The Weeknd, quien se rinde emocionalmente en el tema “Nothing Without You”. Su consuelo con el Hip Hop aparece en su colaboración junto al rapero Future para “All I Know”.
“Die For You” sigue con la onda íntima del cantante canadiense quien revela a una expresión más pronunciada sus sentimientos, llevándolo a estar dispuesto a morir por alguien.
El break existencial de The Weekend termina cuando comienza “I Feel It Coming” junto a Daft Punk, quienes le dan un estilo funk muy similar al de “Lose Yourself To Dance” con Pharrell.
The Weeknd consagró una calidad musical y artística que expone su creatividad y fidelidad a la originalidad que ha ido en ascenso con cada nuevo material que publica. Sobre todo cuando se trata de una película oscura de Quantin Tarantino, si es esa la referencia que usó el cantante para hacer “Mania”, un cortometraje que cuenta la historia de este personaje que se ve envuelto en ciertas situaciones violentas, y que al escuchar el disco, son completamente justificadas.
El “empezar de cero” de The Weeknd, borrando todo lo que había en su Instagram, quizás fue una estrategia mediática que tuvo éxito, y más cuando aseguras un álbum musicalmente aprobado, que asciende a su anterior, ‘Beauty Behind The Madness’, y que compromete el reto del artista de realizar algo mucho más ambicioso para su próxima entrega.