Yorka, el dúo de hermanas chilenas, y la cantautora puertorriqueña Andrea Cruz vuelven a encontrarse en La Procesión. Esta es una pieza donde el Caribe y el indie chileno se rozan para dar vida a un pop emocional de espíritu latinoamericano.

Tras haber colaborado en Desde Acá, ambas artistas coinciden nuevamente en un momento de tránsito creativo que profundiza el puente musical entre Chile, México y Puerto Rico.

Nacida en Buenos Aires durante una pausa de sus giras por Sudamérica, La Procesión se escribió en una sesión lúdica entre Yorka, Andrea, y los productores Nico Agesta (ARG), Roberto Valadez (MX) y Rafa Rivera (PR). Desde ahí, la canción empezó a tomar forma como un gesto compartido: reconocer lo que pesa, ponerlo en movimiento y dejar que la música acompañe ese trayecto. En su sonido conviven la cadencia caribeña, la sensibilidad del indie chileno y un pulso latinoamericano que dialoga con la tradición de diciembre sin perder su carácter contemporáneo.

En lo interpretativo, se sostiene sobre la sintonía natural entre Yorka y Andrea Cruz: voces que se escuchan, se encuentran y se acompañan con una familiaridad sorprendente. Esa armonía, que parece venir de mucho antes, es la que termina de sellar el carácter emocional de la canción, donde cada frase se siente como una caminata a dúo.

‘Fue la primera vez que entramos juntas al estudio, y todo ocurrió de manera muy natural. Queríamos componer algo que hablara de seguir adelante: ese acto de caminar con propósito y en compañía. Trabajar con ritmos puertorriqueños nos abrió un mundo nuevo y coincidió con lo que viene marcando a Latinoamérica este año. Que la canción salga ahora, entre las festividades de Puerto Rico y el verano del sur, se siente como cerrar un ciclo hermoso de conexión con la isla’, comparte Yorka.

Con La Procesión, Yorka y Andrea Cruz continúan expandiendo una colaboración que ha crecido entre escenarios, giras y canciones, consolidando un diálogo artístico que cruza territorios, estéticas y maneras de nombrar lo que atraviesa a todas: lo que duele, lo que cambia y lo que se entrega para seguir andando.