Líneas Generales, el nuevo álbum de Isla de Caras, irradia una vivacidad que sorprende y fascina. Y es que, si bien se trata de su cuarto disco de larga duración, presume el ímpetu de una banda revelación.

Claro que Isla de Caras tiene su recorrido: se formó casi una década atrás, a partir de la iniciativa del cantante Lautaro Cura, y hace tiempo ya que se volvió un quinteto. Pero sus nuevas canciones contienen precisamente eso que muchos grupos suelen perder con los años: la frescura.

Co-producido por Matías Cella y grabado en tierras mexicanas, en el mágico estudio El Desierto, Líneas Generales significa un paso importante en la carrera de Isla de Caras. Es un disco que testimonia un crecimiento, en todo sentido. Pero también es un disco con el que consolidan una dinámica verdaderamente colectiva, una forma de operar que no hace más que reafirmar su identidad como banda, luego de compartir giras y aventuras, de interactuar y experimentar en la sala de ensayo, de sacarle provecho a los enviones creativos y de celebrar la química grupal.

‘Líneas Generales’ surgió de la necesidad crónica que tenemos de juntarnos a hacer música entre los cinco’, dice Lautaro.

‘A diferencia de los discos anteriores, algunas canciones nacieron en los ensayos y de la necesidad de volvernos una banda en vivo cada vez más potente’, comenta. ‘También, si se quiere, había una intención de acercarnos al gran cancionero nacional’.

Líneas Generales, de hecho, se inscribe en la gran tradición del rock argentino. Y tiene sentido: Isla de Caras, con este disco, no sólo se reconoce como una banda que funciona como tal, sino que sabe situarse, en un tiempo y un espacio, como parte de una cultura y heredera de una historia.

La presencia de Marcelo “Cuino” Scornik, letrista de himnos de Andrés Calamaro como El salmón y Estadio Azteca, no es una casualidad. Había un deseo expreso de colaborar con él. Lautaro acota: ‘Pedí conocerlo a la discográfica, quería escribir con él. Sentía que podía acortar el camino hacia algo más popular. Y el clic fue inmediato. Tuvimos y tenemos una conexión especial’.

Líneas Generales es entonces un disco de consolidación: apuntala el concepto de banda de rock. Experiencia insustituible, una banda es como una manada, yendo de acá para allá, haciéndole frente a todo.

Lautaro detecta ese brote en Gran Turismo (2023), el anterior disco del grupo, propulsado por el vértigo de haber compartido su primera gira latinoamericana. En ese momento, señala, dieron con ‘una dinámica escribiendo juntos’.

Después, lejos de quedarse quietos, se despacharon con un EP de covers, Flores Robadas (2024), alimentados por esa misma energía, aunque desde un lugar más lúdico. ‘Podría pensarse que esos discos tienen la misma materia de la que está hecha ‘Líneas Generales’, pero este proceso fue mucho más novedoso para nosotros, porque tuvo que ver con grabar un disco en un gran estudio, en México. Y eso lo tomamos como una superación importante de todo lo que hicimos hasta el momento a nivel profesional’.