Pasticho es una banda venezolana conformada por Daniel Briceño (La Vida Boheme) en el bajo, Leonardo “Kmarón” Jaramillo (Okills) en la guitarra, y Orestes Gómez en la percusión. La agrupación está residenciada actualmente en Ciudad de México y ayer, 31 de julio, estrenaron su segunda producción discográfica, y para su lanzamiento planificaron un show vía streaming. En esta oportunidad, estuvimos hablando sobre el origen del proyecto, el proceso creativo del disco y nos hablaron de la preparación de este show.

Iniciamos esta entrevista hablando de la banda… Cuéntenme un poco sobre su origen.  ¿Se venía gestando desde hace tiempo o se originó en México?

Orestes: El proyecto surgió en la casa de un pana, en la que siempre hacíamos unos “jammings” donde iban casi todos los venezolanos músicos que están en México; músicos de Rawayana, de La Vida Boheme, de Okills,  de Los Mesoneros… en fin, todos íbamos a esos jammings, y por pura casualidad de la vida, el trío que siempre quedaba como armando el mejor momento de la noche éramos nosotros tres; no por el hecho de que tocábamos más o cualquier cosa, sino porque teníamos una buena conexión y nos encantaba el funk… trancado.

Nosotros tres hemos trabajado en nuestras tres bandas; es decir, ellos dos (el Mono y Kmarón) han trabajado en mi proyecto, y yo he trabajado en los de ellos, con Okills y con La Vida Boheme; o sea, nos hemos ido rotando, y por ello decidimos hacer un EP.  Una vez que surgió esta idea, el reto fue hacerlo en un día; ese es como el power de Pasticho.   Dijimos “vamos a irnos a una locación y en 24 horas tenemos que grabar seis temas, mezclarlo, masterizarlo, hacer el arte”, y de ahí nació Pasticho.

Kmarón: Ese día llegamos a la locación como a las 10:00 a.m. y terminamos  subiendo el disco en la madrugada, como a las 5:00 am. Nadie entendía ya nada, el Mono estaba dormido, me acuerdo.

Orestes: Es más, fue menos de un día, fueron como 20 horas.

¿Cómo fue el proceso creativo de este nuevo álbum?  ¿Se tomaron más tiempo para hacerlo, o lo realizaron en un período corto como con el primer EP?

Kmarón: Este disco sí fue más tranquilo, de hecho, la idea original que teníamos era hacer otro EP de seis temas más, como en el primer EP, y que se lanzaran los dos a través de BandCamp, para luego montarlos como un solo disco, que íbamos a lanzar a través de Spotify y de todas las plataformas digitales más convencionales de audio. Pero al final la idea fue mutando poco a poco y decidimos grabar todo el disco completo y terminamos haciéndolo de una manera más convencional, en el sentido de que fuimos grabando uno por uno con tiempo y chequeando la buena toma.  Lo que hicimos para este disco fue que compusimos seis temas nuevos en un período aproximado de dos semanas,  porque nosotros tenemos una dinámica, que se trata de que cada quien hace un número de temas; digamos que el disco tiene doce temas y cada uno hizo cuatro, de esta manera está repartido de manera equitativa.

Para este nuevo disco hicimos seis temas:   dos cada uno, nos juntamos, lo empezamos a grabar y luego tomamos la decisión de regrabar las canciones del primer EP, sin tanta prisa; nos tomamos más tiempo para el proceso de mezcla, grabación, etc. Empezamos más o menos como en febrero a componer las canciones, obviamente llegó todo lo de la pandemia y se puso un poquito lento, pero terminamos grabando en estos meses de la pandemia y básicamente ya el disco está listo.

¿Este disco será todo instrumental como el anterior?, ¿Han pensado en ponerle alguna voz a las canciones, o contar con la colaboración de algún cantante?

Mono: En este disco seguimos con la misma propuesta, somos nosotros tres y ya. De hecho hacemos todo nosotros, la mezcla igual, fue la misma dinámica pero con un poco más de tiempo.

Kamaron: Exacto, no con un día.

Mono: Fue más cool en ese aspecto porque tuvimos más tiempo para hacerlo, pero sí, el disco fue más que todo nosotros haciendo lo nuestro. No tenemos invitados, pero bueno, esperamos tenerlos algún día, pero en verdad para este disco quisimos dejarlo lo más simple posible.

La pregunta que más odia una banda: ¿Por qué se llaman Pasticho?

Kamaron: (se ríe) Esa fue como interesante. O sea, la idea nos gustó. Cuando grabamos el primer EP, hasta ese momento no teníamos nombre para el proyecto. Nosotros sabíamos que éramos un trío de funk y que íbamos a grabar el disco. Lo grabamos, y durante el proceso de mezcla y masterización, cuando se acercaba el momento de hacer el arte de la portada, nos preguntamos “¿qué nombre le ponemos?”, entonces empezamos a probar y a lanzar distintos nombres; esto ya era como a las 2:00 a.m., me acuerdo, y entre los que estaban propuestos se encontraba “Pasticho”,  y creo que ese resonó demasiado con todos. Nos pareció demasiado cool ese nombre porque además de ser muy venezolano,  la  lasaña es una mezcla de cosas. Y esto se identifica con el concepto de la banda, ya que hacemos funk, pero en nuestra música también hay una combinación de otras influencias y fusiones. Entonces esa combinación de cosas y estilos para mí es un Pasticho de ideas musicales, por lo que creo que resuena muy bien el título, además que es una palabra muy venezolana que, por ejemplo, aquí en México no la conocen; aquí por ejemplo dicen “ah, Pasticho” o sea, para ellos es una palabra mística y no entienden bien qué es eso.

¿Cómo ha sido la receptividad del público tanto en Venezuela como en México?

Orestes: Con Pasticho ha estado brutal. Es una realidad que estamos empezando desde cero un proyecto, y al ser instrumental, es como muy difícil  lograr números, pero lo brutal de Pasticho es que al final nosotros lo que queremos es hacer música y pasarla bien, y usamos Pasticho como para liberarnos de nuestros proyectos personales, que son proyectos que sí piensan en industria. Entonces, gracias a Dios tenemos muchos amigos que han vacilado.  Por ejemplo, en mi caso, toda o la mayoría de la música que hago es instrumental; en el caso de Pasticho, es mi único proyecto en el que es música instrumental,  pero que la gente la puede escuchar más fácil, es decir, es más digerible. La gente vaciló bastante, les ha encantado y están muy pendientes del álbum.

Kmarón: Sí, ha estado muy cool.  A mí me ha parecido muy buena la receptividad de la gente. He conocido a muchos que les ha gustado el concepto de la banda y una cosa muy interesante me parece a mí, es que la banda al ser instrumental, como dice Orestes, es difícil romper cierta barrera, porque la mayoría de la gente disfruta los proyectos con vocalistas.  Sin embargo, ser una banda instrumental ha sido fuerte, porque me han escrito personas, por ejemplo, de Alemania, o de otros países que no hablan español, que me han dicho que les gusta la música; entonces claro, como es una música que no tiene palabras, pues es bastante universal, por eso es un proyecto que tiene el potencial de funcionar en cualquier parte del mundo, aunque no rompa esa barrera que rompe la música vocal, tiene el potencial de poder ser interpretado en todo el mundo sin la barrera del lenguaje hablado.

¿En qué se diferencia este álbum con el anterior?

Mono: Bueno, yo creo que este disco tiene más cosas espaciales, así lo veo yo (se ríen); tiene más sonidos psicodélicos por decirlo así. Tiene un poco más de comida musical, como decimos nosotros, porque tiene como diferentes… ¿cómo se dice, time signatures?

Kmarón: Sí, como distintas cifras de compás, o sea, la mayoría de la música que uno escucha es como cuatro cuartos, es como un, dos, tres, cuatro; un, dos, tres, cuatro; entonces tenemos algunas canciones que no siguen ese ritmo de cuatro cuartos sino que varían, entre cinco cuartos, siete octavos, ritmos distintos que tampoco son tan tradicionales del funk.

Mono: Exacto, entonces ahí se ve más la parte fusión que dice Kma.

Kmarón: Este disco es más espacial y más melódico, o sea hay más melodías definidas porque en el primer EP, el enfoque para mí del 100% es en el ritmo.  Entonces la guitarra, por ejemplo, hacía melodías pero el enfoque era totalmente rítmico, lo más posible de hacer acordes y hacer ritmos, mientras que en éste hay varias canciones donde la guitarra toma un protagonismo totalmente melódico; nada de acordes, sino totalmente melódico.

Debido a las circunstancias de la pandemia, ¿Cómo se han estado adaptando al formato streaming?,  ¿Cómo se prepararon para ese show?

Orestes: Emocionados, pues es el primer show que hacemos online. Es el primer show que hicimos así con Pasticho y cobrando entrada, porque hemos tenido un solo show en nuestra vida, que fue en México y nos fue muy bien, pero era entrada gratis. Este show lo produjimos con Paperbox que es un amigo de nosotros que tiene una pequeña productora; prácticamente  todo lo hicimos nosotros. Nosotros tenemos los equipos, nosotros editamos, entre nosotros hicimos el streaming en vivo, entre nosotros hicimos la escenografía, entonces no hay un costo de producción tan alto como haciéndolo con otra gente que se encargue del streaming; eso también va de la mano con el concepto de Pasticho, y es que nosotros mismos tratamos de hacerlo todo y fue muy emocionados en verdad. Nunca habíamos tocado el disco completo.

 ¿Cómo ha sido ensayar?, digo, debido a la situación.

Orestes: Sí, lo bueno aquí es que vivimos cerca y por ejemplo, el estudio de La Vida Boheme y mi estudio quedan en el mismo sitio, entonces tenemos un punto de reunión fácil y seguro.

Después de este show, ¿Qué planes tienen a futuro? Cuando acabe la pandemia, ¿tienen deseos de seguir haciendo shows en vivo?.  Entre sus proyectos, ¿está venir  a Venezuela?

Mono: Eso es lo cool de este proyecto, no sabemos adónde nos va a llevar, pero por ahora lo que tenemos planeado, es sacar el disco como por singles, entonces cada mes vamos a ir sacando una canción y así poco a poco la gente se va enterando de lo que estamos haciendo; y una vez que acabe la pandemia —ojalá que acabe el año que viene a principios de año— ojalá podamos ir a tocar por ahí, sabes, adonde nos lleve la música (y ojalá hagan el Cúsica Fest otra vez y tengamos el chance de por lo menos tocar en la tarde).

Kmarón: Sí, estaría brutal. Creo que uno de los principales objetivos siempre, bueno, por lo menos mío, cada vez que hago un disco con algún proyecto, es la parte en vivo, es como que realmente te emociona porque pasas meses girando el disco que también estuviste meses grabando, entonces son como dos etapas distintas, y la parte en vivo creo que es algo súper importante para nosotros, y como dice el Mono, no tenemos como algo definido, así como que te podamos decir que tenemos planeado una gira europea, una gira en Venezuela, o lo que sea; pero lo bueno es que con este proyecto nos han ido saliendo oportunidades bien chéveres, y nadie quita que ese tipo de oportunidades aparezcan el año que viene y, sin esperarlo, podamos estar tocando en Venezuela o de repente en Europa o haciendo una gira por México. Entonces definitivamente lo que te digo es que creo que el año que viene podremos tocar el disco —dentro de lo que nos permita la pandemia.

¿Este es un proyecto que definitivamente ha servido para que ustedes lo disfruten, aparte de sus otros proyectos que tienen paralelamente?

Orestes: Sí, es más pensando en el arte, más que pensar en el negocio de la música como banda y que vamos a hacer dinero aquí, que ojalá que se pueda y llegue un momento que como que funcione en el bussiness, pero no es la función de la banda, sino divertirnos y desestresarnos de nuestros otros proyectos que sí tienen como otra mentalidad.

Disfruta el primer EP de Pasticho aquí.