Venezuela está llena de talentos y Gustavo Casas es sin duda uno de los mejores ejemplos de ello. El compositor y músico caraqueño tiene una de las trayectorias más largas y respetables dentro de la movida alternativa venezolana y este año, 2018, se prepara para terminar de posicionar su carrera como solista.

El líder e integrante de proyectos como Wahala y Zaperoco Sound System visitó hace pocos días las oficinas de Cusica y estuvo contando sobre sus proyectos, sus planes a futuro y todo lo que tiene preparado para el nuevo año.

Si quieres escuchar la entrevista, dale play a continuación. Si prefieres leer el resumen, ve un poco más abajo.

 

 

1 – Cuéntanos un poco de tus inicios en la música. ¿Cómo empezó todo?

Mis primeros recuerdos musicales son en la casa. Escuchando gaitas en diciembre, escuchando a mis hermanos mayores que cada uno tocaba un instrumento… Entonces crecí con su influencia y cada uno tocaba música muy distinta. Desde niño tuve esa suerte y esa influencia de todo tipo de música. Mi casa siempre fue muy musical.

Luego como a la edad de 10, 11 años… Mi hermano tenía una banda que se llamaba Mujeres y Niños Primero y ellos compartían mucha tarima en Mata de Coco y otras con Desorden Público, con Los Gusanos y todas esas bandas… Entonces había una movida ahí y yo me la pasaba coleándome a todos los backstage, entonces por ahí vinieron los primeros recuerdos…

Luego en un colegio aquí en Los Chorros tuve la oportunidad de tocar cuatro por unos 4 años de mi vida y estuve en la coral, y fue muy fino porque, a ver, a esa edad ya yo había cantado en el Teresa Carreño y dábamos conciertos… Era bien fino. Me gustaba de todo, sí sabía que la percusión no era lo mío, pero me gustaba mucho el piano…

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Cuando me cambian de colegio me meto en clases de piano y ahí me empiezo a adentrar muchísimo en la teoría y el solfeo y entonces luego como a los 14, 15, mi hermano se casa y se lleva el piano de la casa y yo me quedo con la guitarra. Entonces yo agarro la guitarra y me empiezo a auto enseñar.

Luego me mudo con mis padres a Londres por 4 años y ahí es que comienza todo seriamente y en la escuela en la que estuve empecé a formar una banda con amigos del colegio que eran de todas partes del mundo y esa banda se llamaba Wahala porque el bajista, uno de mis mejores amigos del colegio, es de Nigeria y Wahala significa «Problema» en el idioma de los Igbo, la tribu mayoritaria en Nigeria. Fueron uno de los mejores 4 años de mi vida… Allí empecé a descubrir que las artes eran lo mío.

 

2 – Y ¿Por qué te decidiste por la música más que por las artes plásticas?

Yo creo que por cosas del destino, sinceramente. Creo que la música pasó a formar parte de mi vida y empezó a ocupar un lugar más fuerte. Se convirtió ya no en un hobby sino en una responsabilidad y luego de eso se convirtió en mi modo de vida, ya que son ya más de 15 años viviendo de la música…

 

3 – Y para ti, ¿qué significó Wahala y qué significó Zaperoco Sound System?

Wahala es algo muy, muy importante en mi vida. La llamaría una familia, la llamaría una escuela, la llamaría mi primera empresa. Fue la primera vez que tuve algo en mis manos de la que me di cuenta que tenía que lidiar con ella como si fuera una empresa y a la misma vez era una familia porque tenía que lidiar con egos, con ups and downs, con familias, con vainas… con un montón de cosas pues… y eso es lo difícil de tener una banda.

Digamos Wahala ha sido todo eso para mí y sigue siendo mi familia. Adolfo y Ricardo siguen estando involucrados en el día a día de mis proyectos. Ellos son como mis hermanos. Son los que más me conocen como artista.

 

Zaperoco fue un experimento hermosísimo, el cual recuerdo con mucho amor porque surgió de mi amistad con Blanquito Man en un verano, en el 99, que tuvimos la suerte de irnos de gira con Wahala a México y a California… Compartimos en Los Angeles con King Changó y yo después de esa gira, esto va a sonar muy loco, me fui a trabajar dos meses a Chase Manhattan Bank, el banco más grande de Estados Unidos, a hacer mi pasantía porque yo soy administrador de empresa…

Y ese verano en Nueva York me uní mucho a Andrés, entonces me llevaba a unas rumbas que eran muy cool porque estaba de moda el drum and bass y el jungle, pero siempre había un Mc… También me introdujo a muchas bandas nuevas… De esa manera cuando regresé a Venezuela, regresé con las ganas de hacer un proyecto que fuera un poco más fresh, más electrónico…

Los dos proyectos fueron muy importantes…

 

4 – Ahora que estás de solista, ¿qué ventajas y qué desventajas le ves al hecho de tener un proyecto solista en comparación a una banda?

En ambos casos, tú debes saber rodearte de gente que crea en ti, que te admire y que te ayude a impulsar el proyecto, sobre todo en las facetas en que tú estés un poco cojo y ahí es donde te tienes que quitar tu ego y tu orgullo. De repente yo soy muy bueno con las redes sociales y eso se me da, entonces eso lo llevo yo, pero si soy muy malo en finanzas y cobrándole a la gente, tengo que tener a alguien que me ayude ahí. Lo mismo con la comunicación y el mercadeo…

Toda mi vida he escrito notas de prensa, entonces se me da bien. Lo que hacemos es que yo escribo un draft, se lo paso a mi jefa de prensa y ella pule eso. Pero no con todo uno es así, entonces eso es lo que uno tiene que identificar: Las debilidades y las fortalezas… y saber rodearte en ambos de casos de un buen equipo.

En Gustavo Casas, como solista, se me ha hecho mucho más fácil todo ya que casi todas las decisiones las tomo yo. Igual las comento con mi círculo de confianza, pero yo tengo la última palabra sobre la música, sobre la estética que quiero, sobre el look que quiero. La puesta en escena que quiero que para mí a estas alturas del juego es lo más importante… Mantener esa independencia artística que tanto busqué con Wahala y que tanto luché por ella… Y en este momento es que me siento realmente feliz porque ser un artista en Venezuela netamente independiente y lograr tener un feedback positivo como el que he logrado tener… Y no me refiero a un millón de views en internet, sino a la relación tú a tú… para mí ese es el éxito…

Ahorita viene una faceta de Gustavo Casas y Los que Buscan en donde está viendo un importante feedback fuera del país. El año pasado tuvimos la suerte de estar nominados al grammy latino por el videoclip de «Verte Ya», eso obviamente abrió varias puertas en Estados Unidos y Europa en donde voy a estar ahora trabajando con un sello discográfico que se llama Music For All. Ellos están en Lisboa pero también operan en España… Entonces bueno voy a estar trabajando en la promoción y el booking con ellos, desde Barcelona que es donde voy a estar viviendo los próximos meses y bueno voy a volver a trabajar con Adolfo Bueno, el director del videoclip de «Verte Ya»…

Todo esto te lo digo porque voy a estar lanzando una campaña de crowdfunding en indiegogo para financiar un aproximado de 15 mil dólares que estarán destinados principalmente a dos cosas: La producción y grabación del nuevo videoclip del sencillo «El arte invade»… Este tema lo va a estar mezclando nada más y nada menos que, y esto no es fácil de decir,  Geoff Emerick… El ingeniero de grabación y mezcla de los Beatles… Tengo la suerte de ser el primer venezolano que trabajará con él…

 

5 – Cuéntanos un poco del concepto y de la estética del EP que viene.

Yo decidí dividir lo que sería el primer disco como solista en 3 partes. En 3 discos cortos o Ep´s y un poco con esas ganas de volver a las influencias de las artes plásticas, de la pintura y de lo que es el color para mí… pues decidí que cada uno de los EP estuviera inspirado en un color primario, para que luego todo eso junto desprendiera todas esas mil millones de posibilidades que se vuelven realidad cuando tu mezclas esos tres colores…

Entonces las 4 primeras canciones que saqué con el EP «Amarillo» son canciones muy de renacer, de un nuevo comienzo para Gustavo Casas como artista… Muy influenciadas por esa energía del sol, por esa energía de un nuevo día… Por eso el color amarillo y por eso hay canciones de amor, de desamor y de esa nostalgia de poder volver a comenzar.

A medida que fui haciendo el EP «Amarillo», fue saliendo el EP «Azul», además 10 días después de que me fui a lanzar el EP «Amarillo» en España y el lanzamiento del videoclip, fallece mi madre y a partir de ese momento es que empiezan a nacer las canciones del EP «Azul» que por naturaleza propia es más melancólico, es más triste, más introspectivo… Allí volví al piano, que tanto me recuerda a mi madre y compuse «Ensayo y Errores» dedicada a ella…

 

6 – Del tercer EP, ¿nos puedes adelantar algo?

Te pudiese decir que están comenzando a nacer ideas. Ya hay una canción que tiene cierta forma, la tenía guardada cuando Wahala y la estoy retomando ahorita porque me gusta mucho y bueno estoy escribiendo letras, grabando melodías… Estoy en ese proceso de vivir el EP «Azul» para que eso de vida al EP «Rojo».

 

7 – Tal vez es una pregunta que te han hecho muchas veces, pero quisiéramos saber, ¿cómo ves la movida musical venezolana en estos días?

Es difícil porque es como un agridulce raro… Porque yo soy un arduo defensor y siempre he sido muy positivo con todo lo que se está haciendo en este país culturalmente y con eso me refiero que no quiero quitarle mérito a quien se lo merece porque sé que hay muchos artistas en este país que se están quedando a hacer música y produciendo discos y haciendo todo lo que se puede y lo que está a su alcance para seguir cosechando cultura y sobre todo para reconstruir el país a punta de cultura…

Sin embargo, cuando volteas a ver los espacios, cuando prendes la radio, cuando ves lo que está sonando, las carteleras… A mí me pone triste porque yo tuve la suerte de vivir una muy buena época desde los 90 hasta acá…  Inclusive de ser uno de los progenitores de toda esta movida de chamos nuevos que nació con bandas como ViniloVersus, La Vida Boheme, Rawayana, Los Mesoneros…

Y por eso es el sinsabor que te digo, porque ahora es que ellos están dejando a Venezuela en alto afuera, están llenando bares y eso es muy bonito porque nosotros no tuvimos la oportunidad de hacer eso… Ahora ellos sí pueden llegarle a gente mucho más rápido. ¿Es buen momento para el músico venezolano? Para Gustavo Casas, sí lo es definitivamente porque esa diáspora venezolana tiene una doble lectura y tiene una consecuencia positiva que es que nos están prestando más atención fuera de Venezuela, se están abriendo más oportunidades y esos artistas que de verdad quieren a Venezuela y han hecho su música aquí van eventualmente a volver…