La experimentación musical y visual es una de las cosas que el dúo canadiense
siempre ha perseguido desde que presentaron su primer álbum, “Music as
Weaponery”, por allá por el 2008. La banda se involucraba en dar voz al rock
progresivo y experimetal, con tintes de doom e industrial, a la escena musical
canadiense.
Los nuevos senderos musicales de Kenneth Buck y Steve Moore han ido detrás de los
pasos de otros grandes del género como Ministry. Con la adhesión de Jon Ireson, el
lineup consiguó una especie de psicodelia que ahora figura como un elemento que sin
él, Post Death Soundtrack no se reconocería.
La nueva entra de la banda oriunda de Calgary ahora preparó, con férreo trabajo, su
nuevo disco llamado “It Will Come Out of Nowhere”, y con él, presentan el primer single
del esperado álbum que lleva por nombre “Chosen Sons”, el cual a su vez, viene en
forma de video musical que pareciera haber sido sacado del gavetero de David Lynch.
Por su carácterístico montaje, y la imprefección del CGI y la animación, el video se
convierte en una especie de epilética y extraña pesadilla que se cuela solo a través de
la abertura del ojo para dejarnos ver solo un poco de lo que existe en el mundo de Post
Death Soundtrack.
De allí, de esta especie de pesadilla, llegamos a los ingenuosos temas que acompañan
a “Chosen Sons” en el álbum. “Crumbs” es el segundo tema, el cual le sigue al single, y
es quzás uno de los más podeorosos en el disco. En el cual domina la magistral voz
recuerda a un joven Trent Reznor en los años de “Pretty Hate Machine”.
“Dark Matter” inicia con susurros desde un sendero oscuro. La creación musical no solo
deviene desde los instintos y decisiones de ello, de la música, sino de las ideas que
involucran al espectador y las sensaciones que traen a flote. En este tema, y en el
siguiente, “Expect no Sympathy”, la idea del horror a través de las frecuencias bajas es
aún más latente.
El cierre del álbum es uno de los más heavies que la banda haya presentado hasta la
fecha. “Bridge Burner” es el adiós de un disco que seguirá resonando en la cabeza

después de que el último segundo de los 10 minutos que componen al tema se
esfumen en el tiempo. “It Will Come Out of Nowhere” es una de las mejores entregas
de una de las bandas más interesantes de la movida independiente canadiense en la
actualidad.