Thom Porras es un artista multidisciplinario venezolano que actualmente reside en España, conocido con el nombre de Neblinae, y hace unos meses estrenó su disco conceptual llamado El Multiverso, trabajo que fusiona ritmos modernos y de estilo indie con el género folclórico, haciendo una conexión con su país natal, Venezuela. Se trata de un compendio de 12 canciones con ritmos electrónicos que se mezclan con el folklore de la región andina, las culturas indígenas latinoamericanas y, por supuesto, la percusión propia del Caribe, que el artista describe como aquella que puedes escuchar tanto en una noche de copas de tequila, como para ir a trabajar. 

Nacido de una familia de artistas, Porras, desde muy pequeño, desarrolló un gran gusto por la ilustración y, más adelante, el mundo del Cine. De adolescente formó parte de la banda caraqueña Los Parafónicos como vocalista, guitarrista y productor, y al mismo tiempo fue ampliando su camino hacia lo audiovisual, realizando -para ese entonces- animaciones, efectos especiales para programas de televisión y más. 

Fue en 2015 cuando Porras emigró para estudiar en Inglaterra la carrera de animación digital, donde hizo una pausa a su música por un total de 4 años, hasta que llegó el 2019 y decidió darle paso a su proyecto musical con el nombre de Neblinae, que vino de sus intereses por lo místico, las historias de amor y el cosmos.

En conversaciones con Thom, pudimos profundizar un poco más acerca de sus inspiraciones y mensajes detrás de las canciones y trabajos pertenecientes a su nuevo disco, historias de la infancia, sobre su pasado dentro la movida musical venezolana y próximos proyectos. 

Para este proyecto hiciste tres trailers estilo cortometraje, ¿era algo que querías hacer desde hace tiempo? ¿Cómo nació esa idea?

La idea de que lo audiovisual estuviera trabajado en conjunto con la música estuvo desde el principio, porque yo me dedico profesionalmente a hacer audiovisuales, y tengo aspiraciones de dirigir proyectos cada vez más grandes, por lo que mi cajita de arena o espacio para jugar ha sido este proyecto. Yo he dirigido los videoclips, diseño los artes y yo mismo he creado el concepto de arriba a abajo, y al momento de terminar el disco y la música como tal –que fue como en Diciembre– luego surgió la idea de hacer un lanzamiento interesante en el que pudiese contar una historia, y la idea de los trailers vino posteriormente, de febrero para acá. Quería crear algo más narrativo, como una serie para crear intriga, y que presentara también el cómo yo veo el mundo de este disco, que es el El Multiverso. Al final el concepto es una especie de combinación entre ciencia ficción con fantasía, el mundo mágico, y una aventura de un personaje que va atravesando distintas etapas. De ahí me inspiré en todo, desde los artes, los trailers, hasta lo que vendrá más adelante que es una expansión de  esa narrativa en formato de videoclip. 

Entonces para ti, ¿qué es El Multiverso? ¿es un viaje de un personaje? o ¿cuál es el mensaje-que se quiere contar con todo el disco?

Exactamente, es un viaje de un personaje, que de cierta forma es autobiográfico sobre cosas que me describen o me interesan personalmente, o sobre conceptos abstractos que me llaman mucho la atención. Es un personaje ficticio, pero con mi persona como figura  a interpretar en la narrativa y figuras que estoy creando. Lo que hace este personaje es atravesar una transformación, en la que se vuelve más sabio al final. Para mí, las canciones van describiendo las etapas de esa transformación, en las que el personaje crece y cambia. 

La idea de que fuera El Multiverso tiene varias capas. La primera es que, en las letras, yo me puse la idea de estar viajando a distintos sitios, ya sea a otro planeta o en otro universo, y a raíz del último sencillo que saqué, que fue Rey de la Selva,  le escribí un  verso que dice: “habitar el El Multiverso es la gran oportunidad que hay que tomar”, y también después de re-escuchar todas las canciones, me fijé en ese verso y dije “el El Multiverso está interesante”. En ese momento, cuando lo creé , ni siquiera pensaba en que el disco se llamara así, simplemente creía que era un verso que me fluyó en ese momento y ya.

Otra capa de esto es el interés que tengo sobre los estados alterados de la conciencia, y la medicación o experimentación con sustancias psicodélicas, la conexión con la naturaleza –que va muy ligada a eso– con la espiritualidad… son ideas que tengo en la cabeza cuando estoy inspirado, y por encima, hay otra capa, en la que siento que estoy mezclando muchas influencias y géneros a lo largo del del disco, es decir, en una cancion puedo estar rapeando y en otra hay como un reggaetón o una melodía más rockera, o una canción puede ser feliz y la otra triste, entonces hay como una variedad en la que yo ni siquiera estaba seguro de que pudieran formar parte de un mismo álbum, y fue orgánicamente que me di cuenta que tal vez el concepto era esa variedad. 

Al mismo tiempo, y esto me lo podrá luego decir la audiencia, siento que hay algo reconocible y con estilo propio ahí, pero en el proceso creativo sentía que era como una antología de distintos cuentos bastante diferentes entre sí. Por esta combinación de cosas yo le presto mucha atención al momento, porque siento que hay una coincidencia, y cuando me doy cuenta de eso, me pongo todo místico y me digo “hay que hacer algo con esto”.

¿Cuáles fueron tus principales influencias musicales para el álbum El Multiverso? ¿Entran aquí artistas como Polo & Pan, Lido Pimienta y Moderat, que los tienes en una de tu playlist de Spotify como ‘sonidos que inspiran’?

La verdad es que hay tantas que tengo como dudas al respecto. Está toda la corriente de musical que ha ido saliendo de Latinoamérica y que lleva una mezcla entre los sonidos folklóricos con la electrónica, con personajes como Chancha Vía Circuito, El Búho, Lido Pimienta… gente que hace cosas modernas con el sonido folklórico, y eso es algo que me llama mucho la atención y es la música que escucho con más frecuencia. No es la totalidad pero le doy mucho peso a esa corriente. 

También están las influencias más pop como Rosalía y C. Tangana, con ideas de inspirar su trabajo en cosas más clásicas y darles la vuelta. Es algo que poco a poco he  intentado hacer con influencias venezolanas como con Tio Simón, incluso, que una que otra vez me han dicho que una de mis canciones suena como llanera, y eso me encanta, haber podido destilar esa esencia dentro de un contenedor más alternativo. Tiene mucho pop, otras canciones tiene elementos como del hip-hop y por ahí va. Son muchas las influencias. 

¿Y en qué te inspiraste para realizar todo el concepto visual de El Multiverso? Desde las portadas de las canciones hasta los trailers?

En la parte de los videoclips tomo mucha inspiración del Cine, porque soy muy amante del Cine, muy cinema junkie, e incluso aspiro a ser cineasta. Mis dos pasiones han sido la Música y el Cine, y por eso busco trabajar de forma bastante cinematográfica con los videoclips, que además me sirve para explorar este mundo y narrativa. Ya en la parte gráfica y las ilustraciones para el arte del disco, en particular, yo lo que quería era contrastar un poquito con la escena cinematográfica y hacer algo un poco más animado y metafórico. Agarré esta idea de que cada canción tuviera un circulito de cada color, y eso lo puedes ver como si fueran distintos planetas, o distintos universos que están representados en una  misma esfera. A la hora de hacer cosas más geométricas y sencillas se vuelve todo como más simbólico y menos figurativos, y la idea de usar el círculo, que es un símbolo muy puro porque es, además, la figura más simétrica que existe, fue algo que me llamó la atención porque combinaba con ese interés mío respecto a todo lo simbólico. 

En términos de inspiración hay muchas cosas, pero te puedo decir también, a nivel audiovisual, cuál era mi película favorita, y esa se llamó The Fountain o El Árbol de la Vida con Hugh Jackman.

¿Cuáles son algunos de tus directores favoritos?

Aronofsky, Stanley Kubric, siempre fui muy fan de Tarantino, Christopher Nolan… 

¿Y qué nos puedes adelantar con respecto a los videos musicales? ¿O sería mucho spoiler?

La verdad es que no tengo uno listo todavía, pero ya estoy pre-produciendo el primero. Todo depende de cómo fluya este año, pero quiero hacer unos cuantos para seguir promocionando el disco, pero lo importante es que el primero ya está en proceso de preproducción.

Todas tus canciones tienen que ver con la naturaleza y en parte todo lo místico y espacial, ¿desde hace cuánto nació el interés por esa área y por qué integrarlo tu música?

La naturaleza es algo que siempre me ha llamado la atención, pero el explorarlo como un elemento en el arte fue algo que surgió con este proyecto como tal, porque ya he tenido otros proyectos musicales antes pero sin integrarlo como tal, ya que no estaba presente. Para mí es, en parte, una nostalgia por la naturaleza que he tenido desde que me fui de Venezuela y desde que me tocó vivir encerrado en la ciudad, porque es lo que toca ¿no? Yo me vine a Europa y, por más que uno puede viajar y salir de su país, uno debe trabajar, por lo que ese contacto con la naturaleza ya no lo tenía tanto, entonces este proyecto fue como una añoranza de conectar de nuevo con la naturaleza y, a la hora de conceptualizar todo, también significó un proceso de  investigar sobre todo aquello que me interesaba y pudiera profundizar, y una de las cosas que me saltó así fue el tema de la naturaleza. 

No sé en qué punto tome esa decisión, pero fue en la exploración musical inicial que me di cuenta que quería hacer música que evoca y te transformara, inspirado en música que hace eso mismo, como Nicola Cruz por ejemplo, que hace música electrónica, pero te mete en un trance tribal, que te hace sentir como en el medio del Amazonas o de Los Andes, básicamente en otra realidad que no es la urbana, que es aquella en donde me siento un poco atrapado. Ahí surgió también el nombre de Neblinae 

Justo te iba a preguntar, tu nombre viene de la planta carnívora que sólo existe en Cerro Avispa de Venezuela, Heliamphora Neblinae, ¿qué relación le encontraste a la planta contigo mismo para que fuese tu alias? ¿Es una planta que habías visto en la vida real?

Yo últimamente me he dejado ir mucho por la intuición y las coincidencias que, como la idea del psicólogo y ensayista Carl Gustav Jung, esas no son simplemente coincidencias, sino que tienen un sentido y hay un mensaje donde tu inconsciente está  intentando comunicarse con tu parte consciente. Todavía no entiendo completamente esas ideas, pero me dejé llevar por esa sensación de lo que está más allá de lo que uno puede ver, y dije “esta coincidencia me está diciendo algo”. 

Con el tema del nombre artístico, mi familia tenía un terreno en una finca en Venezuela, era una casa en la montaña que, cuando éramos pequeños, apenas la estábamos construyendo y pasábamos las vacaciones ahí, sin internet y solo comida a la parrilla, sonido de los sapitos y de la naturaleza en sí. La casa se llama “La Neblina” (hoy en día está abandonada y me da una tristeza horrible), y por alguna razón, cuando empecé a conectar con esta idea, quería usar un nombre que tuviera que ver con la neblina, pero como es un nombre tan común, sabía que no iba a funcionar, porque era una cosa demasiado trillada. Hubo un momento en donde se me ocurrió escribirlo diferente, como “Neblinae”, y me pregunte “¿esto existirá?”, entonces lo busque en Google, me salió la foto de la planta que describes al principio, y leí lo de que “sólo sale en Venezuela”, y me quedé en shock, fue increíble, porque además, de toda la exploración musical que estaba haciendo, yo estaba intentando conectar con algo que fuera como latino, venezolano, porque yo soy un venzolano en Europa y que no podía salir de ello porque son mis raíces; entonces, entre todo eso de que era mi casa, la neblina, la naturaleza y Venezuela, fue cuando me di cuenta que esto algo que me mandaron.

¿Cómo fue el proceso de producción de todo el disco? Entiendo que llevas en esto aproximadamente dos años; ¿tu idea inicial siempre se mantuvo o fue cambiando?

Mi proceso de producción fue también mi proceso de aprender a producir. Yo tenía un poquito de conocimiento en el área porque tuve una banda antes de irme de Venezuela, con la que hicimos un disco y todo, pero para ese entonces nos ayudó mucho un amigo llamado Sebastian López, productor musical, pero en ese momento él también estaba aprendiendo y ese prácticamente fue nuestro primer acercamiento a la producción musical. 

A la hora de hacer mi proyecto, y después de pasar como cuatro años sin hacer música porque estaba estudiando, el proceso de formar una banda no me cabía en la mente, porque además yo quería una independiente con el arte, por lo que tuve que aprender a hacer todo yo solo. Comencé a componer, hacer las maquetas –que las primeras eran horribles–, y mi amigo Sebastian me ayudó con las primeras mezclas que hicimos; me dio muchos consejos sobre cómo buscar mi identidad sonora, de cómo era el diseño y de cómo podía plasmar las canciones… todo tiene muchas capas.

La producción es todo un arte, porque típico que el compositor y el productor son figuras separadas, pero en este caso, y es algo que pasa mucho hoy en día, es que los artistas hacen cada vez más cosas por su cuenta gracias a la tecnología y los niveles altos de  conocimiento, y eso sucedió así en este caso y comencé a asumir cada vez un poco de todo y grabé todos los instrumentos, hice todas las canciones, eventualmente las mezclé y finalmente, las últimas las mastericé yo mismo. Todo surgió en ese tiempo de dos años, comenzando con las maquetas, agarrando luego las que más me gustaban y todo el tiempo de producción que vino ya posteriormente. Fue un proceso arduo y bastante extenso, pero he disfrutado mucho de esa libertad creativa y del poder meterle tanto a un proyecto que es bastante personal.

Entonces, ¿dirías que esa libertad creativa es lo que más disfrutas de tu proyecto?

Eso y también disfruto mucho esa conexión con lo trascendente; puede sonar algo fumado (risas), pero para mi ese “trascendental” es como algo que no he logrado definir, ni de manera espiritual o religiosamente, solo sé que hay algo mágico en el mundo con lo que conectó a través del arte y todas las actividades que hago alrededor de este mundo, que involucra toda la parte de imaginar o, por ejemplo, del estar haciendo un trabajo creativo por varias horas porque te sientes como perdido en ello… para mí todo eso es una clase meditación y a su vez es como liberarme de esa parte de la mente que siempre está auto-criticando y haciendo ese diálogo interno que frustra muchas veces. Hay algo trascendental con lo que uno conecta, y cuando te dejas llevar por ello, créeme, disfrutas mucho. Todo esto es como una acumulación de actividades que me ayuda a quitar barreras entre esa fuente de inspiración, como la musa-mundo de las ideas-espíritu –no se cómo ponerle palabras– y el resultado de todo. En conclusión, la inspiración y el trabajo creativo, que incluye las habilidades creativas, son cosas que cierran la brecha entre la inspiración divina y el resultado final. Siento que hay cosas que necesitan expresarse y que somos el vehículo para ello. 

Ahorita que también me surgió la pregunta, ¿qué nombres tenían pensados antes de El Multiverso?

Mira, la segunda canción del disco se llama Caos & Orden, incluso, fue la primera canción que existió, y esa idea del caos y el orden es como arquetípico y esotérico, que además tiene que ver con esa dualidad de opuestos, lo que va relacionado con demasiadas cosas simbólicas antiguas, como el yin y el yan, que no era visto como el bien el mal, porque darles estas dos descripciones era como darle una opinión, y el caos y el orden es como decir día y noche, dos caras de una misma moneda en eterna unión. Yo empecé a leer este      tema y me voló el coco, y cuando comencé a escribir esta canción, sentí que era un concepto que estaba reflejado todo lo que hacía y en cómo vivía la vida. 

Esa canción iba a ser el título del disco, pero luego pensé “esto es demasiado intenso” (risas). Yo amo hablar de estos temas, pero al final del día esto es música y la gente no quiere una clase de estas locuras que me encanta pensar, pero no puedo evitar que mis ideas estén influenciadas en todo eso. De hecho, creo que será la primera canción a la que le haga un videoclip, porque fue el concepto que amarró todo.

De los paisajes naturales que has visitado a lo largo de tu vida ¿cuál ha sido inolvidable y te gustaría volver? Y además, ¿qué lugares te gustaría visitar?

Sabes que no he ido a Canaima y es un plan que tengo entre ceja y ceja desde hace mucho tiempo. Esta también será una respuesta un poco mística, pero yo tengo como una intención de que, a través de todo este proyecto, yo podré volver a Venezuela y poder visitar, no solo a Canaima, sino también todos esos lugares que nunca pude visitar. Canaima y la Gran Sabana en general son mis primeras en la lista. 

El tema es que, de verdad, quiero conocer la naturaleza de mis país, y siento que El Multiverso y todo el proyecto de Neblinae, en el futuro, me llevará hasta Venezuela; es parte de lo que sé que va a pasar si sigo por este camino, sé que sucederá y al final es lo que quiero lograr. A parte de querer visitar todo el mundo, todo es como una de las letras de mi canción que dice: “no es una carrera, sino un proceso que me lleva a nuevas primavera en parajes de ayer”, tengo fe en que voy a volver a Venezuela en el futuro con este proyecto y siento que será algo con mucho sentido, y todo gracias al destino.

¿Sientes alguna diferencia entre tu público venezolano y el público español?

Sin duda. A ver, tengo mucha nostalgia entre la movida musical que hubo desde el 2008 hasta el 2014, que fue el momento en el que muchas cosas pasaron en Venezuela. En esa época hubo una acumulación de energía musical tan increíble, entre los artistas y la gente que quería hacer arte, y de ahí salieron muchos músicos venezolanos que hoy en día están triunfando muchísimo y entre otros grandes de la industria. Esa energía no existe así en España, o por lo menos no sé si existe y sea yo el que no esté conectado con eso. En ese momento, cuando tenía mi banda, los espacios eran increíbles y había mucha actividad, lo que también incentivó a muchas cosas lindas posteriormente. 

Ahora que todos los venezolanos están conectando en el exterior, siento que está ocurriendo como un renacer de toda esa época, y también siento que ese mismo público que disfrutaba de esos espectáculos y vivió esa movida de la época, está ahí con un sentimiento de querer seguir creando cultura. 

No sé cómo compararlo con el público español porque todavía no llego, es más que todo a gente venezolana, pero los pocos españoles que escuchan mi música y son allegados míos les ha gustado mi trabajo, pero siento que todavía queda un largo camino por recorrer por este mundo, lleno de mucho trabajo para ganar más público, ya sea montandome en tarimas de aquí, el español, o el europeo también. Obviamente también quiero llegar a más público latino, pero bueno, ahí vamos en ese proceso. 

Neblinae en concierto / Vía https://neblinae.com/galeria

¿Cómo describirías la música de Neblinae?

Diría que Neblinae es como un viaje hacia adentro, porque es música que quiero que lleve al escucha como a otro lado, pero también es un proceso muy interno. Y con respecto al sonido, lo describiría con estas tres palabras: bosque, místico e indie.

De lo último que estás escuchando a nivel musical ¿qué le recomendarías al público de Cúsica?

  • Ed Maverick – Nadie Va a Pensar En Tí Mejor Que Yo (En Vivo) 
  • C.Tangana y Jorge Drexler – Nominao
  • ((( o ))) – Nature’s Joint
  • Gustavo Santaolalla – De Ushuaia a La Quiaca
  • Rels B – Una Cumbia Triste