Después de experimentar con la comedia y el stand up, Santiago Vera, mejor conocido como Piña, lanza su segundo sencillo RIESGO, tras un abrumador e inesperado resultado con el estreno de su pasado tema 903 Macuto, en el que obtuvo mayor popularidad debido a su crecimiento en Spotify.
En esta oportunidad, Piña nos habla sobre el proceso de creación de RIESGO, y sobre cómo ha ido creciendo y descubriéndose a través de la música.
¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo de la música?
Desde chiquito siempre me gustó la música. En verdad, siento que empecé tarde. Empecé a aprender a tocar un instrumento a los dieciséis años, porque me operaron de la mandíbula y no podía hacer nada; y mi papá me compró un ukelele para que me distrajera, y bueno a partir de ahí empecé a darle vueltas al ukelele.
En mi familia no hay músicos. O sea, de mi generación hay uno; somos mi primo y yo los únicos músicos de toda la familia.
Con esa operación de mandíbula, como no podía hacer nada, lo que hice fue que me puse a tocar ukelele, y aprendí a tocar eso. Fue burda de fino. Empecé a dar vueltas con la música.
Me acuerdo que en diciembre me regalaron una guitarra clásica, que todavía la tengo por ahí y vi clases de guitarra como por seis meses y luego empecé a darle yo solo.
En verdad siempre fue como un hobby. Yo me había aprendido algo en la guitarra, algunas canciones y las tocaba de vez en cuando, pero no cantaba, no sabía que me gustaba cantar.
Me fui para afuera a vivir un año; ese año me empecé a soltar un pelín más con la voz, empecé a cantar acapella y empecé a tocar un pelín más. En ese año escribí una de mis primeras canciones y empecé a ver cómo era esa movida. Ahí todavía no cantaba, o sea no era algo por lo que era conocido, ni siquiera yo sabía que podía cantar.
Cuando regresé, me metí a hacer un diplomado de comedia con Jorge Parra (Domingo Mondongo); luego me llamó y me reclutó como con otros cinco comediantes a un show de stand up y empecé a hacer comedia a partir de ese diplomado.
Ese diplomado me enseñó cómo era todo el proceso creativo, y a partir de ahí empecé a hacer chistes, a hacer comedia, hacía stand up. Un tiempito después de que empecé a hacer comedia, como seis meses después o un año, empecé como a darle vueltas a este proceso creativo y adaptarlo a la música, y ahí dije: “bueno, si puedo hacer esto, puedo empezar a hacer canciones también”, empecé a darle la vuelta.
Siempre digo que a partir de ese momento, entendí que la música me sirve para decir lo que siento y la comedia para decir lo que pienso.
Cuando empecé a entender todo este proceso creativo, empecé a hacer canciones, y en verdad eran todas como para mí, no las sacaba, sino que simplemente eran canciones que hacía como para drenar.
Y después de haber descubierto que podías hacer música y comenzaste a tomártelo más en serio, ¿dejaste de lado el mundo del stand up para dedicarte por completo a la música? o ¿aún tienes planes de incluir el stand up dentro del arte y las cosas que estás haciendo?
Hice comedia por dos años, que en verdad es full poquito y me gusta mucho. De vez en cuando escribo, lo que pasa es que no me presento mucho y no estoy como muy activo en el humor, pero sí lo disfruto hacer. Siempre digo que ahorita no es que soy comediante, sino que a veces hago comedia.
Me gusta mucho más la música, sin duda alguna. La comedia no me gustaría que desapareciera. Reboto mucho con mis amigos que hacen comedia, reboto material, los ayudo a ver cómo puedo darle ángulos diferentes, pero sí, me gusta más la música, aunque no descartaría la comedia; la disfruto mucho y la aprecio muchísimo, la respeto muchísimo y consumo mucha comedia. Me gusta siempre estar presente y viendo lo que está pasando, viendo cuáles son las movidas dentro del mundo de la comedia, los nuevos shows y apoyar también.
La comedia, sin duda, fue mi punto de partida para saber cómo funciona el proceso creativo.
¿Cómo fue la receptividad de la gente con tu sencillo pasado 903 Macuto?
Inesperado (risas). Me acuerdo que mi meta era algo así como 1.500 reproducciones antes de que se acabara el año, y hubo un boom, no sé por qué, algo con spotify, algún playlist, y de repente empezó a subir como loco y cerró el año con 13.500 reproducciones, cuando yo estaba esperando era 1.500, entonces fue una locura. Macuto tuvo ese boom, como por una semana en la que se escuchó burda, y bueno en verdad se sintió bien, fue mejor de lo que esperaba.
Con respecto al nuevo sencillo Riesgo, ¿cómo fue el proceso de creación? ¿Cuál es la historia detrás de la canción? ¿Cómo fue la experiencia de tener un featuring con una artista como Ananá?
Riesgo es una canción súper importante. Fue la primera que escribí solo que de verdad me gustó, o sea que la hice y dije “aquí hay algo, o sea, puedo hacer esto”.
Cronológicamente viene antes de 903 Macuto, y Riesgo es asumir el miedo y tomar el paso, saltar al vacío. 903 Macuto es cuando ya existe todo eso, y bueno, funcionó y estás con esa persona (risas).
Además, Riesgo es una canción que no sé, en su momento, y bueno, todavía pero en su momento más, tuvo como un valor emocional muy grande porque fue la primera que escribí y creo que transmitía perfecto lo que sentía en ese momento, y en verdad es una canción que quiero mucho, tiene una buena historia.
Ananá tiene una banda que se llama Insinapis, la conozco desde ahí. Y yo seguí muy de cerca el proceso de su disco, el disco de Insinapis. Eso fue hace años, estábamos en el colegio. Entonces estaban grabando su disco y yo seguí muy de cerca toda esa producción. Los apoyé en un tema que se llama Margarita, y en ese momento siempre pensé que si en algún momento hacía algo, me gustaría que Ana estuviese presente, y a Riesgo le faltaba algo que no sabíamos qué era, hasta que a Santi, el productor, se le ocurrió hacer un featuring, y nada, lo primero que se me ocurrió fue llamar a Ana. Le dijimos a Ana, Ana grabó y en verdad era lo que necesitaba el tema.
Ella está en Argentina, pero gracias a Dios no fue tan caótico, creo. Podía grabar allá tranquila. O sea, tuvimos una reunión y todo eso.
Hablamos con ella, ella mandó unas propuestas, nosotros le respondimos esas propuestas. La verdad es que fue súper rápido, además que ella tiene muy buen gusto y nada, se grabó y me gustó muchísimo cómo quedó.
Hablando sobre el nuevo EP, ¿ya tienes la fecha de lanzamiento? ¿Habrá más colaboraciones interesantes que puedas mencionarnos?
Por ahora lo que puedo decir es que Días Lluviosos, así se llama, a mediados de este año ya debería estar rondando por ahí.
¿No habrá más colaboraciones?
No (risas), pero ya estoy trabajando en los nuevos temas.
¿Por qué Días Lluviosos? ¿Cómo nace el nombre?
Días Lluviosos es una canción que tiene una versión acústica en mi canal de YouTube, y así se llama este EP porque el concepto que me gusta trabajar es que hasta un día nublado o un día de lluvia puede ser bonito. Capaz no explícitamente un día de lluvia, pero a mi me encantan los días de lluvia, los días nublados; me parecen los días felices y siento que a veces se le da una connotación negativa, cuando en verdad me parecen lo mejor. Y bueno, ese es como todo el concepto: que un día nublado puede ser bonito, depende de cómo lo veas, y siento que a veces la música es una forma de darle color a los días.
Si tuvieras que definir el nuevo EP en cuanto a géneros, ¿dirías que es una fusión de varios géneros? Ya que 903 Macuto es un reggae y Riesgo es un bossa
Hay un reggae, hay un bossa, hay un bolero, una balada, y uno que no estoy seguro aún.
Me gusta hablar de mi música como música para un día de lluvia, volviendo a los días lluviosos. Aunque en verdad 903 Macuto es como el que más se aleja de esa percepción de las canciones. Las otras cada vez se van acercando más hacia todo ese mood de lluvia, de tranquilidad, cómo nostálgico.
Cuando decidiste sacar tu música, se nota que quisiste experimentar con varios géneros sin quedarte encasillado en uno solo, pero si tuvieras que decir el género con el que más te identificas o con el que más te gusta trabajar, ¿cuál sería?
A ver, estas primeras canciones fue mucho experimentar, mucho aprender qué está pasando, o sea dónde me estoy metiendo.
Empecé a dar vueltas, y Santi me ayudó mucho en todo esto, el productor de todo esto, Santiago De La Fuente (Anakena).
Fue mucho experimentar, darle vueltas a todo, ver los géneros, hacer las canciones y ver cómo terminaban siendo. Gracias a Dios este primer paso me ayudó muchísimo a entender cómo funciona todo, cómo encontrar un sonido, y los próximos temas creo que van a ser mucho más maduros, a pesar de que estos me encantan y son tal cual lo que estaba esperando que sean. Pero sí, el objetivo de estas canciones era experimentar, era ver qué es lo que podía hacer, a dónde podía llegar con estas canciones.
¿Desde hace cuanto vienes trabajando en este EP? ¿Ya tienes planes a futuro de nueva música?
Desde el 2018 empezó la pre producción de este EP, y sí, los nuevos temas ya se están preparando. Me gustaría que a finales de este año, si todo sale bien, pueda haber algo de esa música nueva, además de este EP que también va a salir este año.
¿Qué te inspira al momento de hacer música?
Lo que siento. Como te decía antes, con la comedia me ayuda a decir lo que pienso y la música decir lo que siento. Creo que la música es con lo que me he sentido más cómodo, porque además es una forma de drenar, es una forma de poder transmitir o por lo menos entender, así sea para mí, lo que estoy sintiendo.
Cuando lo pongo en una canción, lo puedo ver como un externo desde afuera y entender cómo lo que está pasando. Me ayuda como a entender todas mis emociones.
¿Quiénes han sido tus influencias musicales más importantes?
Siempre digo que la razón por la que soy músico es Natalia Lafourcade y la razón por la que escribo canciones es Jorge Drexler, pero mis tres principales influencias son Drexler, Jack Johnson y John Mayer. Pero también tengo muy presente a El Cuarteto de Nos, la verdad es que es una de mis bandas favoritas, por más que su sonido se aleja un poco de lo que yo hago. Caloncho, Josean Log, Monsieur Periné, Kevin Johansen… me gusta mucho la música en español.
Si tuvieras la oportunidad de hacer un featuring con cualquier artista, ¿cuál sería tu colaboración soñada?
Drexler o Natalia Lafourcade, sin duda alguna, alguno de ellos dos, sin pensarlo.
¿Qué le dices a todos esos músicos que no se arriesgan aún a sacar su música y mostrarla al mundo?
Que es difícil, que no están solos, pero hay que hacerlo. O sea, si de verdad lo quieren hacer, que lo hagan, y ya. No hay como mucho trasfondo pues, es simplemente hacerlo y ya, tomar el paso. Es echarle pichón y esperar lo mejor. Y que no están solos, hay mucha gente empezando, como yo.
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