Cuando hablamos de uno de los músicos más completo e importantes dentro de la música tradicional venezolana y un reinvención, Rafa Pino es un nombre importante de esta escena. Ahora, con su nuevo disco solista titulado Catálogo de Materias Pendientes Vol. 1, nos adentra a este mundo de la fusión sin perder la esencia de lo sonidos tradicionales.
En una grata conversa con Rafa, cuenta detalles sobre este reciente lanzamiento, sus influencias, sus inicios en la música, y cómo ha recorrido el mundo gracias a su trabajo.
Has tenido facetas musicales diferente en tu carrera como artistas, ya que has trabajado con músicos como McKlopedia, pero también como Alfredo Naranjo ¿Cómo logras no encasillarte en un sólo género musical?
Lo de McKlopedia no fue una casualidad, aunque sí una sorpresa, porque en ese momento yo me encontraba trabajando con Enrique Pérez y Simón Hernández en otros proyectos, y ellos me invitaron a mi a formar parte de un jamming que terminó siendo esa banda con la que se hicieron dos discos ¡Jajaja!
En el caso de Alfredo Naranjo, él me convocó a partir de una experiencia que tuvimos juntos en el homenaje a Simón Díaz que se hizo en el Centro Cultural Chacao. Mis trabajos han sido más tradicionales porque ha sido mi formación desde cero, y luego la inquietud y la curiosidad del hambre de entender más cosas, y también la necesidad de redondear arepas y de pagar los estudios, hace que uno comience a foguearse en el oficio; y creo que eso es lo que me ha permitido manejarme en tantos géneros, fluyendo tal cual como un pirata buscando tierras nuevas ¿no?, pero con mucha hambre de aprender y toda la disposición de servirle a la música y hacer lo posible por hacerla de mejor calidad en todos los espacios, sin menosprecios, sin subestimar y sin irrespetarla.
Tengo entendido que este disco tenía pensado salir en el último trimestre de 2016 ¿Qué pasó en estos cuatro años?
Sí, ciertamente este disco tenía pensado hacerse para 2016; ya yo tenía el tiempo dispuesto y nos activamos a hacer el disco El Tuyero, y ahí fue donde tuve esa parada técnica de lo que venía haciendo para hacer el disco, porque Eduardo iba a tener una gira de más o menos 2 meses con C4 Trío y dije: “Nada, el momento es este”.
Yo nunca he tenido apuros con el tema del disco, porque siempre he pensado que ese material lo quiero hacer como lo hice finalmente a fuego lento; sabía que había un rush a nivel de disposición, creatividad y posibilidad en términos de espacio… pero, te cuento, para marzo-abril de 2016 el disco estaba casi listo, de hecho había un tema más. Este disco originalmente eran 11 piezas, y el tema adicional decidí dejarlo para el segundo volumen, porque tiene más ese enfoque, que es algo que como en este caso tiene su proceso y enfoque. En ese interín, he ido dando enfoque a otras cosas, he ido surfeando la ola de El Tuyero, he ido adaptándome a un contexto nuevo, porque en 2018 me vine a Colombia, y migrar es todo un tema en este oficio, porque tienes que aprender y conocer un circuito nuevo, tienes que adaptarte a la manera en el que se consume el “en vivo” en estos espacios.
Ahora llegas solo con el nombre de Rafa Pino ¿Dónde quedó “Rafa Pino y el Macuare”?
Rafa Pino y el Macuare son sinónimos básicamente porque este trabajo en particular El Catálogo de Materias Pendientes, es un trabajo creativo super intimo, donde hay una colaboración de un montón de artistas y no hay un formato de bandas; En cambio con El Macuare, que es de alguna manera lo que había podido diseñar en Caracas, es lo que había logrado una uniformidad en el sonido, porque fueron en varias ocasiones los mismos músicos. Entonces sí, ese guiño a la banda que acompaño siempre será El Macuare, ahora entre tanto, un proyecto solista no cuenta muchas veces con la posibilidad de tener la misma alineación todo el tiempo, entonces por eso es que este Macuare es movible, pero son como las mismas caras siempre.
¿Cuáles han sido tus influencias musicales más importantes para este proyecto solista?
De lo tradicional, la mayoría de cultores de la música tradicional venezolana ha sido influencia, como: José Julián Villafranca, cultor de El Valle de Cumanacoa en el oriente del país; el maestro Mario Díaz, cultor del Joropo Tuyero; el maestro Francisco Pacheco; el maestro Simón Díaz; Henry Martínez, compositor de música tradicional.
De los modernos, diría que esos que hago mención en el álbum, con esos guiños de hacer temas de ellos: el guitarrista Raúl Arsueta; Pedro Marín, músico, arreglista y compositor; Bacalao Men; Vytas Brenner (+) en términos estéticos; Un, Dos, Tres y Fuera, que es un grupo de joropo medio psicodélico de los años 70’s en Venezuela. Gerry Weil, sobre todo con la posibilidad de no encasillarse, creo que Gerry es un maestro de la música en general, pero lo que yo siento que lo hace un tipo especial es que no se reduce al universo de ningún género, sino que más bien explora la posibilidad de crear música de cualquier estética. Jorge Drexler; Ruben Blades; Juan Luis Guerra.
¿Planeas trabajar con videoclips en este disco?
Sí, videoclips y videoartes. Ya el concepto de videoclips es un poco ambiguo ¿No? Ya hay material rodando, en esta nueva vuelta hay par de videos y por ahí vienen otros dos.
Antes de esto, ya había lanzado en 2014, porque este proyecto comenzó como un proyecto de videos.
Has llevado tu música a más de 30 ciudades en América y Europa ¿Podrías decir con cuál ciudad te has sentido más identificado musicalmente? ¿Hay alguna que tenga tradiciones musicales similares a las venezolanas?
En general, las plazas que son más lejanas o que son más ajenas a la música latinoamericana en general, son las que más vibran con estas propuestas por la novedad, creo yo. Te puedo mencionar Luxemburgo, Holanda, Bélgica, donde tuvimos una experiencia muy chévere porque compartimos con un grupo musical huasteco que tocan música tradicional mexicana, y tienen un heresis similar al de El Tuyero, de hecho, ellos son estudiantes de esa música, pero también trabajan en otro montón de proyectos, incluso el líder de esa banda, tiene un trabajo muy bonito de desarrollo de canción de autor y ha realizado algunos conceptos con Gustavo Guerrero en México. ¡Pero fue muy chévere! porque en solo un día logramos compartir muchísimo con ellos y aprender de su música y quedamos con ese link allí para hacer colaboraciones.
En Berlín con El Tuyero, tuvimos la oportunidad de movernos en una de las pocas edificaciones que quedan de pie de post-guerra que bombardearon, que fue el Vals House, una especie de salón de fiestas similar a lo que algún momento fue La Belle Epoque, pero guardando la distancia porque estos son espacios enormes comparados con La Belle.
En Hamburgo también pasó eso, la gente como que vibraba y sentía el flow de la música y comenzaban a bailar, y eso ha sido chévere porque nos ha permitido darnos cuenta de la posibilidad y dimensión que tiene esta música.
¿Cómo comenzó tu interés por la música tradicional? ¿Viene de casa?
No tanto directamente de casa, pero si por un asunto de contexto cotidiano. Yo soy muy cercano a la familia Rondón Sotillo, que es una familia de músicos que se han dedicado a investigar la música tradicional venezolana desde hace un montón de tiempo; uno de ellos es director de Vasallos de Venezuela desde hace 30 años, Jesús Rondón; otro de ellos Ingrid Rondón, la primera flautista mujer en Venezuela; Rosalba Rondón, cantante, y su hijo Jorge Villarrueca que es percusionista. A través de ellos conocí la música tradicional, a través de ellos acudí a talleres de cultura popular de la Fundación Bigott, que fue donde me formé, y a partir de allí viene ese interés por lo tradicional, es como el grueso de mi trabajo que se enfoca en ese asunto, en el uso responsable y consciente de la música tradicional como fuente posible para hacer música nueva.
¿Qué género musical te falta cubrir, que aún no lo hayas hecho?
La verdad, hasta ahora he trabajado en todos los géneros que me han llamado la atención.
He hecho Jazz, he trabajado con artistas rap y hip-hop; acá (Colombia) me ha tocado producir un par de cosas de trap que todavía no salen y que no sé si van a salir porque es uno de esos artistas construidos a partir de la onda urbana, que es como una estadística más que un artista. He hecho folclórico latinoamericano, creo que música tradicional europea. Me llama mucho la atención lo que pasa con el canto polifónico.
Rock, funk, salsa, merengue, bachata, bolero, rumba, música afroperuana, todo eso lo he trabajado. Sobre todo en el asunto folclórico me llama mucho la atención que es una música de muchos detalles, de mucho carácter tribal, y para mí eso tiene muchísimo valor a nivel de lo que me atrae y lo que me cautiva.
Tu música ha servido de alguna manera, para fusionar diferentes géneros que quizás los jóvenes no acostumbran a escuchar ¿Cómo ves posible que no se pierdan esas raíces en los jóvenes, de seguir escuchando música tradicional? Ya que en este momento la industria apuesta más por otros sonidos.
Con discos como este, en verdad ese es mi aporte. De hecho es algo que he discutido con otras personas que son de memoria un poco más larga y de inquietud investigativa, y que han hecho trabajo emparentados con lo que yo hago, y en ese sentido hemos hecho una llave bien bonita. Por ejemplo, Pablo de Bacalao Men que está en Miami ahora mismo, Raúl Monsalve de Monsalve y Los Forajidos que está en París, Los C4 Trío que también están en ese proceso de reinventarse y de replantear la estética sonora alrededor de lo tradicional, de tal forma que no solamente los jóvenes sean los que le entren más, sino quizás un género que entre en el circuito de música dinámica, y digo dinámica porque en este mismo momento la música se consume a través de plataformas digitales en su mayoría; ya el formato disco que se trataba de comprar el CD, leer el librito e involucrarse un poco más en lo que pasa detrás de un disco, ya no tiene la misma dinámica de consumo, pero esta es música con un valor estético profundo, por lo raro, por lo atípico, no es música cortada con el mismo cuchillo que con el que cortan ahora mismo el trap o el género urbano en general, que todo apunta más o menos a la misma estética, porque tiene que formar parte del mismo combo, porque sino se vuelve competitivo.
La competencia de esto es específicamente ser del montón que no es del montón, de las cosas diametralmente opuestas a lo común que no necesariamente ser mainstream indica que sea bueno, que esa es mi eterna lucha, y no por un tema intelectual sino por la necesidad de seguir manteniendo el arte como una fuente de estímulo mental de algo que no solamente nos invite a entretenernos, sino a reflexionar también. Creo que es este tipo de obras, que no es porque sea mía, porque te hablo también de obras como lo último que va a sacar Monsalve y Los Forajidos, o lo último que va a sacar Insólito Universo que he tenido las previas y es un trabajo super brutal, o incluso cosas como las que hace Betsayda Machado que termina de conectar un poco más con la gente, o el disco de Miguel Siso, que siento yo que no hay interés proactivo de investigar sobre esa música porque para comenzar, no es música que suene en radio comúnmente; ahora mismo sí, pero antes no era música de sonar en radio con la frecuencia que merece, por el nivelazo de música que es.
Y por otro lado, tenemos ese estigma de nosotros como venezolanos creemos que la música venezolana es arpa, cuatro y maraca y fuera de eso, no tenemos mucha pertenencia de qué ocurre alrededor ¿No?
Entonces sí, siento que nosotros tenemos… digamos no responsabilidad porque eso no es una responsabilidad nuestra, ya que cada quien debe hacer lo que siente que debe hacer más allá de responsabilidades, creo que por estímulos, por motivaciones por anhelos, por sueños. Nosotros tenemos esa “responsabilidad” histórica de seguir haciendo cosas de este tipo que apunten a la vanguardia, cosas bien hechas y de calidad, y hasta ahora creo yo que es, de todos los circuitos de música venezolana que ha sido más consecuente con eso, con generar contenido bueno consecuentemente sin responder necesariamente a lo que esté de moda, porque las modas pasan y ningún artista grande de lo que uno recuerda por grande, se pegó a una moda; todo lo contrario, impusieron movidas, modas, estéticas y prácticas. Saltaron y rompieron un poco el molde, y creo que es algo menos común, en todas áreas de quehacer humano, hay un temor de nada contra la corriente.
Pero bueno, es parte del mundo que nos ha tocado vivir y creo que yo que mientras todos los creadores sigan creando cosas honestas y de corazón, el trabajo está hecho. Hablo específicamente a la hora de los Venezolanos.
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