Black Lyon es un caso extraño. Formado en Los Ángeles el grupo pop tiene la particularidad de estar formado por personas de cuatro nacionalidades diferentes. Alex Morr de Venezuela en la guitarra y la voz, Barbara Shucko de Brasil en el Bajo, Ece Muniroglu de Turquía en los teclados y Janssen de Los Países Bajos en la batería.

A pesar de venir de culturas tan distintas la banda tiene un sonido conciso. La banda suena como una unidad poderosa y honesta, que sabe conseguir oscuridad en los sonidos pop. Su sencillo debut “Down Down” es una buena muestra de la combinación de trap, pop e indie que define su oscuro sonido.

La banda nos respondió algunas preguntas sobre la naturaleza del proyecto, como es trabajar juntos con sus diferentes trasfondos y la idea del primer sencillo.

Vienen de cuatro países y sociedades diferentes ¿Cómo afecta eso su proceso musical?

No es muy diferente al de cualquier otra banda. Como siempre dicen “La música es el lenguaje universal”. Si es verdad que todos traemos culturas y tradiciones completamente diferentes pero también estamos muy acostumbrados al sistema de los Estados Unidos y eso puede que sea en cierta forma el pegamento de nuestras cuatro culturas. Hay muchas veces que a la hora de tomar decisiones salgan a relucir las diferencias culturales, siendo algunos más impulsivos o emocionales a la hora de hablar y otros quizá más introvertidos, pero son cosas que le enseñan a uno a abrirse a otras maneras de pensar y actuar.

“Down Down” es sobre una relación que está terminando ¿Cómo fue el proceso de composición?

Aunque había intenciones de tocar temas un poco más controversiales, teníamos muchas ganas de arrancar con un tema que fuese muy universal y sentimos que hablar del final de una relación tóxica es algo que le ha tocado vivir a muchos. Tres de nosotros veníamos de culminar relaciones que ya no daban más y esto pudo haber sido una manera de drenar todo. Puede que hayamos agregado un poco de relaciones pasadas también por efectos dramáticos y que la historia no sea tan aburrida.

Empezamos con un loop de batería muy monótono y repetitivo para capturar esa sensación rutinaria de los últimos días de la relación. A eso le agregamos unas cuerdas extremadamente procesadas al punto que suenan como sintetizadores. Éstas repiten un patrón de crescendos y diminuendos, es decir, suben y bajan de volumen constantemente. Queríamos que se asemejara a la respiración de alguien, pero de una manera entrecortada y bastante lenta, casi como agónica. Esto simboliza los últimos respiros de la relación. De allí partimos con melodías, arreglos, etc.

Entre ustedes y el equipo de producción y grabación hay muchas culturas en el tema ¿Creen que se muestra en su sonido?

Puede que si, mas no de manera voluntaria. No estamos pensando constantemente “Hay que agregar esto de Turquía y esto de Brasil”. Siempre estamos apuntando a un sonido pop y Top 40. Algo simple y fácil de cantar. Eso sí, todo visto a través de nuestro filtro y nuestra temática. Seguramente hay aspectos de la música y cultura de nuestros países que salpicó en el tema de “Down Down” y no nos dimos cuenta, son cosas ya grabadas en nuestro ADN que a veces ni se puede evitar, pero no ha sido nada voluntario. Los próximos temas si van a llevar cosas culturales de nosotros de manera intencional, tanto en letras como música. Ya verán lo que estamos preparando.

A pesar de salir del pop su sonido parece alimentarse de la oscuridad ¿Es intencional o es simplemente como nacen las canciones?

Un poco de ambas. Toda nuestra temática gira en torno al temor que la gente tiene a su propia oscuridad y como sentimos que hay que aceptarla. Se habla tanto de dividir las emociones en “positivas y negativas” cuando la realidad es que todas cumplen funciones importantes en nuestro ser, simplemente algunas son extremadamente incómodas.

Las redes sociales, películas, libros y toda nuestra cultura globalizada ha intentado vendernos la felicidad como la cosa más importante de la vida, a causa de eso tenemos una generación extremadamente infeliz que se siente culpable de ello. Cada vez que sentimos una emoción incómoda buscamos ignorarla a través de gratificación instantánea. Lo que no nos damos cuenta es que todas esas emociones que ignoramos no desaparecen, se acumulan y algún día van explotar y hacernos más daño. La gente siempre va a luchar por nuestras virtudes y nuestra luz, ¿Quién va a ser abogado de nuestros demonios sino uno mismo? Necesitamos de ambos lados.  

Queremos usar Black Lyon para darle un espacio a la oscuridad como algo bueno. Todos nuestros demonios, miedos y debilidades están allí por una razón. Hay que aceptar nuestra oscuridad y aprender a vivir con ella.

Están trabajando en Los Ángeles, una ciudad famosa por su movimiento cultural ¿Cómo es hacer música en un sitio como ese?

Es muy emocionante, hay muchísimas oportunidades y demasiada gente con la cual uno puede colaborar. A veces sentimos que Los Ángeles hoy en día es lo que fue Viena en la época neoclásica y París hace cien años. Son centros culturales tan innovadores que no tienes ni tiempo de quedarte atrás.

¿Planean un disco o seguirán trabajando como sencillo?

Por los momentos sencillos, eso nos permite estar muy al tanto de lo que se está haciendo en la industria. Tenemos varias canciones en el refrigerador, ahora estamos produciéndolas poco a poco para ir sacandolas durante el año. El plan del disco es algo que siempre conversamos pero no es un plan inmediato. ¡Bad Bunny recién saca su primer álbum luego de trabajar con el formato del sencillo por años! Así que no tenemos apuro.