Trabajar en la industria musical no es tarea fácil, todas las personas involucradas en este negocio estamos expuestas no solo al escrutinio público, también nos enfrentamos a un ambiente laboral cargado de estrés, vicios y tentaciones que en la mayoría de los casos no se encuentran presentes en la vida de un abogado, contador o publicista. Con esto no quiero decir que estas profesiones no vienen acompañadas del siempre presente estrés y dificultades. Pero no podemos negar que laborar en la compañía de la noche saltando de bar en bar, de tarima en tarima, de show en show,  una cerveza por aquí, unos tragos por allá, sacarle dos a tu sustancia de preferencia y la inescapable after party para “cerrar la noche con broche de oro” pueden provocar que una mente desenfocada se pierda en los gustos culposos de la profesión, faltando a sus responsabilidades y posiblemente dañando su reputación.

En esta oportunidad quiero enfocarme en el rol del manager, personaje responsable por salvaguardar la integridad de su cliente, dar la cara al momento de hacer negocios y encargado de convertir el talento de un músico o banda en una ganancia contable, dinero. Al ser la mano derecha del talento los managers nos vemos expuestos a los mismos lujos que ofrece el negocio, pero a su vez cargamos con una gran responsabilidad, ya que, detrás de una buena banda casi siempre hay un buen manager.

En este artículo vamos a repasar 7 pecados o errores que comentemos los managers cuando perdemos nuestro norte y sucumbimos ante las tentaciones que nos ofrece este mundo laboral. Estos planteamientos nacen de experiencias personales que he tenido con otros managers y a raíz de errores cometidos por mi persona a lo largo de 5 años laborando en esta rama de la industria trabajando con artistas como Pakalolo y Seghabi. Si eres uno de nosotros y te sientes identificado con alguno de estos puntos no te asustes, el primer paso para mejorar como profesional es detectar tus fallas, aceptar los errores cometidos y utilizar estas experiencias para mejorar cada día un poco más.

Ira: Mantener la calma es esencial para mantener las buenas relaciones tanto con tu artista como con los clientes que busquen contratarlo. Siempre te encontraras con personas distraídas, maleducadas y poco profesionales. Pero es tu trabajo mantener la compostura y siempre ser el más maduro de la situación. Recuerda que una palabra de más en un momento de estrés puede ser la causa para perder a tu artista o una excelente oportunidad de negocios. Créeme, tarde o temprano te arrepentirás de haber dejado que la cólera controlara tus acciones.

Avaricia: Más dinero no siempre es el mejor negocio. Hay que pensar en los fans y en futuras contrataciones. Un disco muy caro o una entrada muy costosa pueden ser la diferencia entre un concierto lleno y un ensayo a puertas abiertas. Ciertamente el hecho de grabar una canción o producir un evento no son cosas económicas, pero todo tiene su precio justo. Es importante recordar que la música se ha convertido en un lujo para muchos venezolanos que se ven afectados por nuestra situación económica, por esto es importante encontrar un equilibrio entre precio y valor. La avaricia asusta clientes y fanáticos.

Gula: Ser manager requiere atención y criterio. Dejarse llevar por las siempre presentes drogas y el alcohol afecta tu imagen, tu trabajo y tu reputación. Con esto no pretendo que seas un puritano conservador; conoce tus límites, se responsable con tu cuerpo y con lo que consumes. Hay momentos para todo, pero cuando se trata de tu imagen siempre debes tenerla como  una prioridad.

Pereza: Una llamada puede hacer toda la diferencia. El trabajo de un manager nunca para, si pretendes ser exitoso en lo que haces y lograr conseguir las mejores ofertas para tu artista siempre debes estar dispuesto a trabajar. Más de una vez me topé con oportunidades con grandes beneficios por contestar una llamada a una hora inconveniente o por tomarme el tiempo de escribir un mensaje de texto, un correo o incluso hacer una llamada a una persona que puede o no ofrecer alguna oferta de trabajo; tocar la puerta no es entrar.

De igual forma, recuerda: a todo el mundo le gusta alguien que contesta rápido el celular. Es crucial que en esta época en donde todo es instantáneo gracias a la tecnología que los managers estemos atentos a nuestros canales de comunicación. Contesta los mensajes, atiende tus llamadas y no olvides los correos y redes sociales. Un manager fácil de ubicar y preciso al momento de dar respuestas e información es el sueño de cualquier productor.

Lujuria: Tu novia no es parte de la banda. Aunque parezca lógico a primera vista es muy común que los managers olvidemos este detalle tan importante ya que al trabajar con artistas nos vemos beneficiados en muchos aspectos. Viajamos con la banda, nos hospedamos con ella cuando hay shows, comemos juntos, bebemos y muchas otras cosas. Es por esto que involucrar  a nuestras parejas suena y es bastante tentador, pero ten presente que tu trabajo no es ir a hoteles, ni comer gratis ni beber hasta perder la razón solo porque es un regalo. Es atender las necesidades de la banda y llevar a cabo tus responsabilidades como su representante. Te prometo que si andas perdido con tu novia o buscando presas fáciles en la fanaticada de la banda solo serás un tema de conversación negativo para el resto del equipo.

Envidia: No pierdas tiempo soñando con los logros y recursos de los demás. Enfócate en lo que tienes disponible y busca la manera de exprimir tus recursos hasta la última gota. Tienes que ser ingenioso y pensar fuera de tu zona de confort. En ocasiones te sentirás agobiado y pensarás que la falta de dinero te hace imposible producir un nuevo video, imprimir copias físicas de un sencillo, etc. Sentirás que la única manera de solucionar esto es contratando a terceros que arreglen “profesionalmente” tus problemas.

Actúa de manera sensata, estos personajes suelen ser bastante costosos de contratar. No cometas el error de incorporar antes de tiempo a muchas personas a la labor de manejar a tu artista, puede que queden con un aspecto pretencioso y con los bolsillos adoloridos. De nuevo, conoce tus recursos y explotalos al máximo. No subestimes la ayuda de un amigo, contratar a una persona de confianza que no  recae necesariamente dentro de la categoría de un profesional puede ser muy beneficioso y económico. Siempre y cuando seas precavido y no contrates a alguien simplemente por amiguismos.

Soberbia: Conoce tu lugar en el mercado, no te creas más de lo que eres. Conoce tu producto, su alcance, popularidad y precio justo. Como en muchas ramas laborales, en la industria musical se aprecia y se busca la humildad. Trabajar con managers prepotentes que se creen más que los demás o que hablan y venden a sus artistas como si fueran ganadores del Grammy, cuando no lo son, no es algo poco común. No seas uno de ellos, mantén los pies sobre la tierra, pero por encima de todo, mantén los pies de tu artista sobre la tierra. El ego puede ser un enemigo delicado de manejar al momento de trabajar.

*fotografía por: Keyber Gonzalez