Un país más que una familia es como una banda de música en la que cada integrante tiene un papel fundamental que cumplir. Entre todos los miembros, que va desde el cantante que suele ser el líder, hasta los ingenieros que trabajan en el fondo, debe haber una sincronización perfecta para que la función se pueda desarrollar y pueda cumplir con su misión.
Cuando los egos, los caprichos y las individualidades se sobreponen al sentir de todo el conjunto es que empiezan los problemas. Como en toda organización social, tanto en las bandas como en los estados y gobiernos, existe jerarquía. No obstante, esta jerarquía debe ser entendida como una distribución adecuada del talento y de las capacidades y no como un mecanismo para abusar del poder.
En Venezuela hoy en día existe una severa desarticulación entre los principales miembros del aparato republicano y del aparato social. Es decir, la crisis venezolana es tan grave ya que no solo existe una división entre las instituciones del estado, sino que existe, además, una extrema polarización que no le permite a la sociedad encontrar una solución en conjunto.
Las bandas cuando llegan a un punto de quiebre, como en el que está Venezuela actualmente, se separan y cada integrante toma su camino. Sin embargo, esa no es una solución para Venezuela. Pero ¿Cuál es entonces una solución para Venezuela? Pues la solución está en que todos los sectores de la sociedad se organicen y hagan todo lo posible para que los que tienen encadenado el poder, se vean obligados a escuchar a esa gran mayoría que pide ser escuchada y tomada en cuenta.
El gremio musical, compuesto por cantantes, músicos, periodistas musicales, gestores culturales, empresarios musicales y artistas en general, se ha dado cuenta de ello y ha emprendido una cruzada, digna de ser admirada y de ser elogiada, por la reconstrucción del país. Dicho esfuerzo es una demostración de la valentía y el compromiso que tiene la movida musical nacional para con la delicada e histórica situación que atraviesa Venezuela.
Desde que la tensión empezó a aumentar en el país, hace ya algunos años, diferentes artistas de diversos géneros y ciudades han estado centrando sus letras y composiciones en la problemática del país. No obstante, ha sido durante estos últimos dos meses que el gremio se ha dado cuenta de su poder y ha decidido actuar contundentemente no solo a través de canciones, sino también a través de protestas creativas, a través de asambleas ciudadanas, a través de conciertos e incluso a través de la presencia activa en manifestaciones y protestas.
El gremio musical, como nunca antes en la historia, ha decidido unirse y ha decidido trabajar por un fin en común que es nada más y nada menos que la refundación de una nación sumamente herida y deteriorada como la nuestra. Los músicos y los artistas venezolanos han confirmado valientemente durante estas últimas semanas que el arte es una herramienta útil, certera y que no falla. De igual manera, la movida nacional ha dado una gran lección a la sociedad mostrándose como un grupo no solamente de creación abstracta y de pensadores, sino también como un grupo de acción que es capaz de organizarse, de fijarse metas y de cumplirlas.
Tal vez el evento más importante y representativo que ha llevado a cabo el gremio musical venezolano ha sido la reunión de artistas y allegados al mundo de la música que se realizó el día 13 de mayo en el Centro Cultural Chacao. Dicha reunión que se convocó con el fin de organizar «acciones para rescatar la democracia» fue preparada por Félix Allueva, presidente de la fundación Nuevas Bandas, y por Juan Carlos Ballesta, editor en jefe de la revista La Dosis. Ese día durante varias horas docenas de ciudadanos pertenecientes al mundo de la música discutieron sobre posibles acciones para alimentar la democracia y se dividieron en grupos con el fin de organizarse y agilizar el desarrollo de las actividades.
Dicha reunión tal vez pudo parecer un simple evento en el que los artistas fueron a discutir sus opiniones y puntos de vistas, pero más allá de eso, esa reunión es una muestra clara de la conciencia que ha tomado el gremio de su papel dentro de la sociedad que hoy es más importante y necesario que nunca.
Unos días antes, el domingo 7 de mayo, se llevó a cabo una movilización que se denominó como «La marcha de los músicos» y consistió en una marcha en la que cientos de músicos pertenecientes al Sistema Nacional de Orquestas y miembros de distintas bandas, agrupaciones y organizaciones de la música, se movilizaron desde la Plaza Francia en Altamira hasta la Plaza Alfredo Sadel en Las Mercedes en conmemoración al músico Armando Cañizales quien había sido asesinado día antes durante las manifestaciones.
Esa marcha ha sido otro importante paso en el esfuerzo del gremio por ayudar a recomponer la democracia en el país. Allí se demostró que son muchos los músicos comprometidos con el país y también se dejó en evidencia que el gremio tiene una gran capacidad de convocatoria y de brindar inspiración en momentos tan complicados.
Por otro lado, personajes como el violinista Wuilly Arteaga o Laura Guevara se han convertido en protagonistas dentro de estas manifestaciones ciudadanas. Arteaga con su violín ha estado presente en la mayoría de las protestas y ha jugado un rol de mucha importancia ya que ha inspirado a miles, ha sensibilizado a guardias y además actualmente se ha convertido en activista y está luchando en diferentes países por que se respeten los derechos humanos en Venezuela. Guevara, por su parte, no solo le ha dedicado varios temas al país y a su lucha por la democracia, sino que también ha estado inmersa de lleno en el conflicto apoyando y reportando.
Y como si fuese poco, docenas de artistas y de bandas tanto en el extranjero como el interior, tales como La Vida Bohéme, ViniloVersus, Tripland, Los Mesoneros, Los Amigos Invisibles, Desorden Público, Chyno y Nacho, Akapellah, Apache, Scrop, Mestiza, Luis Irán, Boston Rex y muchos más han publicado canciones a manera de protesta, han realizado conciertos a beneficio de las manifestaciones, han estado pidiendo apoyo, han estado inspirando con discursos y han estado proponiendo soluciones a través del arte.
Si de algo ha servido esta difícil situación ha sido para que el gremio se una y para que se de cuenta de la fuerza y el poder que tiene. La música y el arte forman parte del vivir del venezolano, por lo tanto ha sido justo y necesario el papel protagónico que ha decidido tomar el gremio musical en esta situación. La organización, la protesta y el apoyo a las comunidades deben seguir. Los músicos venezolanos están construyendo un nuevo capítulo dentro de su propia historia y dentro de toda la historia nacional que vale la pena seguir y registrar.
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