Reseñas

Caracas se convirtió en una estación espacial gracias a La Provisional

Publicado por
Santiago Martinez

El pasado jueves 18 de mayo la ciudad de Caracas se paralizó en caos una vez más por las fuertes manifestaciones que hemos estado viviendo en nuestro país los últimos meses. Como consecuencia la mente de, no solo los caraqueños, sino de todos los venezolanos se encuentra en una realidad alterna a lo que eran nuestras vidas al comienzo del 2017.

 

A raíz de esto, hemos visto como la movida musical del país, al igual que muchos otros negocios y ramas de la industria nacional se ha paralizado por completo. Conciertos pospuestos, eventos cancelados, estrenos atrasados y artistas en las calles luchando por nuestro futuro próximo; tomando en cuenta que muchas de estas decisiones tomadas por los artistas y productores de eventos culturales han sido para evitar el escarnio público y los comentarios patrioticamente agresivos que se han vuelto comunes en las redes sociales en este periodo de protestas. Pero, y si aqui esta el pero que estabas esperando, como muchos negocios, panaderías, quioscos o en ese caso revistas digitales no  pueden simplemente dejar de trabajar, algunos artistas y agrupaciones han continuado con sus planes y estrenos pautados para este año.

Ahora, si como banda o artista tomaste esta decisión me atrevo a decir que si no tienes nada bueno que decir en esta etapa de nuestra historia…es mejor que no digas nada. Por suerte la agrupación de de Nu Jazz-Electrónica-Latino-Funk La Provisional no solo tiene mucho que decir, sino que logró dejar con la boca abierta a todos los que tuvimos la dicha de presenciar el showcase de su primer disco “Estación Espacial Caracas” que al mismo tiempo fue la primera presentación en vivo de este conjunto de músicos extraordinarios.

Pautado para las siete de la noche, era de esperarse que la gran mayoría de las personas presentes venían de sus casas luego de un largo dia de protestar, marchar y tragar “gas del bueno”. Debo admitir que por esta razón el ambiente al llegar al Centro cultural BOD, lugar en donde se realizó el concierto, fue un tanto extraño, lleno de dudas y de personas preguntandose: “¿es correcto que esté aquí?”, “¿estoy siendo indiferente con lo que está pasando?”… Pero no fue sino hasta media hora después de la hora pautada cuando se dio sala y el teatro nos obligó a parar de cuestionar nuestro plan de jueves por la noche.

Una vez pasada la taquilla bajamos por las escaleras, todos en grupo, atravesamos una curiosa exhibición de arte y procedimos a ubicarnos en nuestros asientos correspondientes. La tarima tenía una distribución particular, en el medio un extraño espacio en el cual había distintos tipos de sintetizadores, micrófonos, guitarras y equipos con un aspecto futurista, atrás un set de percusión, una batería y un teclado, a la derecha la estación de un bajista y a la izquierda cuatro sillas destinadas para los músicos encargados de los instrumentos de viento, las cuales me hicieron recordar a las grandes orquestas de los años 50 llevadas por músicos como Sinatra y Tony Bennett.

Repentinamente las luces se atenuaron, el show comenzó más rápido de lo normal, incluso se sentía como si estuviesen listos desde horas y que el teatro necesitaba sacar a todo el mundo de la sala para ayer. Lentamente los nueve integrantes de la agrupación tomaron sus puestos en la oscuridad, una vez ubicados se tomaron el tiempo para prender unas pequeñas linternas dispuestas en cada estación las cuales les permitían observar sus partituras, finalmente un rayo de luz nos mostró de perfil a Humberto Scozzafava, frontman, guitarrista y compositor de La Provisional, el cual utilizando uno de los extraños micrófonos de su estación nos dio la bienvenida al show con una grave y metálica voz robotica. Es en este momento cuando me percato que estoy a punto de presenciar un espectáculo, no un mero concierto.

Arrancándonos de la realidad, Humberto explicó que La Provisional era un grupo de robots alienígenas que habían venido a la tierra a castigar a la humanidad como consecuencia del mal trato que le proveemos a nuestro único hogar en el universo y que la única manera de salvarnos de una dolorosa desintegración sería mediante una sesión de lavado de cerebro con una duración de 90 minutos y aplaudiendo siempre que se nos fuese exigido. Es en este momento que las luces de la sala cobraron vida, los visuales en la parte trasera de la tarima se encendieron y comenzó a sonar el Jazz más extraño e hipnotizante que he escuchado en mis 22 cortos años de vida.

Reminiscente a caricaturas como los supersónicos o sacado directamente de un bar extraterrestre de Star Wars, no solo la música, sino también la precisión y destreza que mostraban todos los músicos en escena y el juego de luces y visuales eran fuera de este mundo. Poco a poco nos fuimos adentrando en un espectáculo surreal en donde cada instrumento tenía la necesidad de un solo para destacar los niveles de destreza en los cuales se encontraban ubicados los integrantes de la banda. Sin duda los instrumentos de viento, conformados por dos trompetas, un saxofón y un trombón (incluyendo un clarinete y una flauta transversa que utilizaba el saxofonista) se llevaban en muchas ocasiones la atención de los espectadores, pero solo hasta que alguno de los otros músicos empezase a derrochar talento con una nueva canción o con los graciosos bailes y caras de alegría que mostraron todos en algún momento del espectáculo.

Luego de tres sesiones de “lavado de cerebro” intercaladas por divertidas intervenciones de nuestro frontman/robot/extraterrestre, el cual en ocasiones mediante sus equipo de ecualización jugaba con la voz de otro robot alienígena, este con un tono más agudo y con aspiraciones más amigables que el robot líder, culminaron los 90 minutos del espectáculo en el cual no solo nos hicieron bailar en nuestras butacas y reír, sino también lograron alejarnos por un segundo de la pesada realidad de nuestro país y descansar así fuese por una hora y media del acontecer social de la ciudad de Caracas.

Como era de esperarse el espectáculo culminó con un discurso apelando al país, al día en el que se realizó el concierto y agradeciendo el esfuerzo mental y físico por el cual tuvimos que pasar cada uno de los presentes en esa sala para asistir a un concierto en medio de tanto caos, todo esto con voz de robot. Luego de encendidas las luces, Humberto tomó los micrófonos una vez más, esta vez con su voz humana y agradeció nuevamente la presencia de todos en este el primer concierto de La Provisional, para finalmente abandonar la tarima ahogado en aplausos y gritos de alegría de todos los presentes.

“Estación Espacial Caracas” ya se encuentra disponible en Cusica.com y en la página web de la banda www.laprovisional.com. Para más información @laprovisional.

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Santiago Martinez

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