El universo está constituido -entre otras cosas- de orden y caos. El caos genera eventos que no pueden ser previstos y que producen causa y efecto, pero solo cinco minutos son suficientes para que ocurra un “Desencuentro” a la orilla izquierda del río Sena, dentro del Crémerie-Restaurant Polidor, entre quienes parecen ser almas gemelas.

Ernest Hemingway, Julio Cortázar, Henry Miller,  Antonin Artaud y otros artistas tuvieron la oportunidad de sentarse en las mesas de este antiguo restaurante. Sin embargo, ahora es el turno de René Pérez Joglar, mejor conocido como Residente y vocalista de Calle 13, quien llena la atmósfera del lugar con su música y crea una historia apegada a la disonancia de la vida.

Residente compone las coordenadas de un “Desencuentro” en París. Cusica plus.

Un solo de piano anuncia la entrada de Charlotte Le Bon, actriz franco-canadiense, e inmediatamente el destino comienza a conspirar para que tenga un encuentro fallido, casi mitológico, con Edgar Ramírez, actor venezolano. “Desencuentro” es el segundo sencillo como solista de René y forma parte de las 13 canciones que componen su primer álbum en solitario: ‘Residente’ (2017), el cual recopila ritmos de distintas zonas del planeta como Serbia, Rusia, Nigeria, China, Ghana, Burkina Faso, entre otros países que corren por las venas del cantante puertorriqueño.

Este choque estelar tiene un sonido francés que cuenta con la colaboración de la intérprete Soko (Stéphanie Sokolinski), quien le brinda el componente sensual: “Le monde conspire et danse / Il te cherche, tu penses”. Además, puede considerarse como la pieza menos compleja del disco, lo que quizá la hace tan sublime. Su base musical está marcada por un piano de principio a fin como una figura rítmica, lo cual le proporciona el toque romántico al mejor estilo parisino. La batería también prevalece, aunque no le quita protagonismo.

Residente compone las coordenadas de un “Desencuentro” en París. Cusica plus.

Un sintetizador acompaña la colisión de estas dos galaxias y le da paso a la trompeta para celebrarlo. Empieza así una fiesta dentro de la banda sonora, pero dura pocos segundos y concluye con un golpe seco, que probablemente sea parte de la intención del músico, pero que a su vez es lo menos satisfactorio de la canción.

Las voces de Residente y Soko, más el arreglo coral, proporcionan una organización melódica, que en conjunto con los acordes crean la armonía perfecta para que Charlotte y Edgar tengan una danza cósmica al compás del efecto mariposa bajo la peculiaridad de Residente, quien además de compositor del tema es el director del video musical.

El videoclip presenta una estética impresionista, que resalta las emociones de los protagonistas y su entorno, volviéndolo un tanto surreal, pero que plasma elegantemente la narración de la lírica y melodía. Esto hace notable la influencia visual de la película ‘Amélie’ (2001), cuyo soundtrack, musicalizado por el francés Yann Tiersen, también inspiró “La jirafa”, canción que pertenece al álbum debut de Calle 13 y  combina el acordeón del tema principal del filme con los tambores de Brasil.

Escuchar a Calle 13 siempre se ha sentido como si escupiera verdades que nos caen directo en la cara. En este trabajo como solista, René relata su travesía por cuatro continentes: habla de la diversidad y el origen de la humanidad, con esto mantiene el carácter subversivo y social al que nos tiene acostumbrados. Sin embargo, “Desencuentro” es la tonada del disco que más se aleja de este hecho, porque es inocente y melancólica, incluso nos cuenta mentiras románticas envueltas en un ambiente sideral: “Hasta las estrellas usan telescopios / pa’ buscarte”.

Entramos a Youtube, subimos el volumen y le damos play a ‘Residente’: es ahí cuando comenzamos a disfrutar de los ritmos tribales que se combinan en un mestizaje de estilos que incluye la influencia de la electrónica. El disco es un material muy fuerte que dibuja un mapa sonoro, pero disminuye la intensidad con su track idílico “Desencuentro”.

Luego de escuchar aproximadamente 15 minutos de sonidos autóctonos, africanos y asiáticos, entramos en un mundo paralelo: los otros 12 temas del disco hablan de las diferencias, los orígenes de la humanidad y que al final todos compartimos el mismo ADN, pero “Desencuentro” no explora el amor a través de la diversidad, sino que lo hace mediante el romance clásico, que puede compararse con el trabajo melódico de Carla Bruni, cantautora francesa, para el film ‘500 Days of Summer’ (2009): “Quelqu’un M’a Dit”.

“Desencuentro” es una pieza que podría estar fuera de órbita para sacrificar la integridad del álbum en función de una buena canción. Sin embargo, hay que aplaudirlo porque nos demuestra que con el arte es necesario tomar riesgos, un artista debe entregar su forma de ver el mundo y René nos enseña que puede ser versátil y adaptarse a cualquier cultura, incluso a la más sentimental y refinada como la gálica.

Residente nos deja como lección que a pesar de que el mundo gira en torno al caos y es lo que paradójicamente crea el orden, los astros no se alinean para nosotros y eso es lo que hace que consigamos el amor –tal vez el amor de nuestras vidas- en una serie de desencuentros.

Residente compone las coordenadas de un “Desencuentro” en París
4.0Nota Final
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