El 22 de septiembre, Abel Tesfaye, mejor conocido por todos como The Weeknd, lanzó el primer single de su tercer álbum de estudio. La pieza, llamada “Starboy”, pertenece al álbum del mismo nombre y se desprendió como el primer adelanto de lo que será la publicación del LP pautado para el 25 de noviembre del presente año.
El canadiense de 26 años no quiso esperar demasiado para la publicación de un segundo trabajo discográfico: sólo un año y medio después desde que el grandioso y multi-laureado ‘Beauty Behind The Madness’ fuese publicado, álbum que lo condecoró como el artista promesa del 2015 y uno de los proyectos a futuro mejor encaminados de la década. Con éxitos en carteleras como “The Hills” y “Can’t Feel My Face”, logó hacerse merecedor de 5 VMA’s, 8 Billboard’s, 2 Grammy’s y dos Récord Guiness (álbum más difundido en Spotify y más semanas consecutivas en el top 10 del Billboard’s Hot 100 para un artista masculino).
Con un corte de cabello nuevo, pero aún conservando su muy distintiva voz que nos hace recordar un poco al rey del Pop, llega con un nuevo trabajo audiovisual y musical con la colaboración de Daft Punk, cuya participación en la producción del single ha sido clave para dispararlo hasta el puesto número uno en Francia, país del que son oriundos Guilleame y Thomas.
Ya entrando en materia, el video musical comienza con un no muy lejano The Weeknd siendo asfixiado y aniquilado por otro The Weeknd, uno nuevo, en una especie de atmósfera tétrica y un poco cruda, cuya analogía no representa más que la declaración de una nueva era para el artista. Ya con un corte de cabello completamente nuevo, se le ve inspeccionando lo que, en teoría, es su propia casa… O al menos la casa de su antiguo “YO”. Entre premios, discos de oro, platino y mucho lujo, Tesfaye consigue una cruz de neón roja la cual empuña como un martillo para destruir cualquier rastro de lo que el antiguo The Weeknd dejó en la casa en la cual se desarrolla el video. Todo esto entre bailes no muy elaborados y pedazos de vidrio en el piso. Abel procede a quemar un armario, para luego, toparse con un gato negro (una alegoría al peligro del que se enfrenta como artista, o de aquellos que lo asedian por su reconocimiento) y huir con él en un McLaren P1 a toda velocidad. El gato negro, mientras conduce por una especie de camino que bordea alguna colina, se transforma en una pantera. Todo esto entre “flashes” de lo que es la cruz roja de neón y lo que fueron los bienes materiales del artista.
Musicalmente hablando, no podemos olvidar las dos corrientes que más han influido al artista: R&B y Rap.
En el backing de “Starboy” realmente se puede notar el trabajo de Daft Punk, en especial con esas voces distorsionadas que pueden hacer una alusión auditiva a robots que cantan, explicándolo en el sentido más simple y banal. Sin duda alguna, un punto positivo. Esas repeticiones es lo primero que se le puede venir a la mente a la persona que escucha la canción cuando quiera recordarla para tararearla en el trabajo. Es una canción que está hecha para mentar madre a unos cuantos, desentenderse de todo lo que en algún momento ató el presente del pasado y dejarlo ir.
Con una lírica bastante bien acoplada que hace que el registro notorio que Abel tiene no se pierda, es una canción que se puede aprender fácilmente si se le pone empeño. Aunque, realmente, no es una canción con un “inglés universal”.
Un punto ambiguo, que es positivo y negativo a la vez, es que es un tema extremadamente simple. Da la impresión de ser una pista que podría repetirse cientos de veces sólo para que alguien escribiera encima de ella. Positivo por el hecho de que es sumamente intuitiva y recordable, pero negativo por el hecho de que Abel ganó lo que ganó justamente por tener un registro notorio, un R&B arriesgado y que podía pasar desde declaración de amor a propuesta indecente.
“Starboy” es un tiro al piso. Muy fácil, simple, pegajosa… Es una buena canción en términos generales. Con algo de intriga, con más ritmo “nigga” de lo que en algún momento se podía pensar de él, pero con buenos destellos de lo que puede ser este disco. Es sólido y con un contenido interesante. Si el disco realmente es como el single, quizás no sea tan despampanante como ‘Beauty Behind The Madness’, pero sí podría ser la seguidilla perfecta de una obra bastante buena y condecorada.
Ya pueden, de hecho, echarle un vistazo al otro single del álbum: “False Alarm”, cuya atmósfera es diferente y muy cautivadora, con más de guitarras, batería, registro vocal y un backing track electrónico en el coro muy pegajoso, justa la ambición que se esperaba para este disco:
“Starboy” está pautado para lanzarse el 25 de noviembre, mientras tanto, podemos escuchar dos adelantos que no están nada mal.
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