El flamenco es una de las piezas clave de la cultura y el folklore español. Es fácil ubicar la bandera rojiamarilla en lo que se escucha el cajón o las castañas y la voz de una gitana cantaora, es el sonido de andalucía adoptado por toda España y por buena parte del planeta como lo demuestra la existencia de tablaos flamencos en el Hatillo o las guitarras rasgadas al estilo español en “Innuendo” de Queen.

Por tanto no debería ser una sorpresa que una voz como la de Rosalía parezca volverse poco a poco la nueva voz de flamenco, y el nuevo orgullo musical de España. Su segundo disco, ‘El mal querer’, es desde ya uno de los más aplaudidos del año y cada vez que aparece en televisión es todo un evento para la prensa especializada. No es casual, el disco sirve como una sorpresiva continuación al más tradicional ‘Los angeles’ (2017) su poderoso debut que sin embargo no dejaba claras todas sus ambiciones.

El nuevo lanzamiento la convierte en la principal voz del nuevo flamenco, pero además sirve como una figura interesante en como llevar los sonidos tradicionales del mundo a nuevas culturas.  Compuesto por Rosalía con el apoyo del artista de trap C Tangana y el productor Pablo Reixa, conocido como El Guincho, el disco ha sido criticado y aplaudido por combinar el sonido tradicional del flamenco con el sonido urbano, el soul y el Rn’B y su éxito puede servir de mapa para otros proyectos que apuestan por cuidar el sonido folklórico de su tierra, o de la que los inspire.

Luego de escuchar, varias veces, el disco decidimos recalcar las lecciones más claras que deja el disco para artistas con la idea de colocar este tipo de sonidos en la carteleras de éxitos.

1.- Estudia tu género musical seriamente

Si algo tiene ‘El mal querer’ de Rosalía en común con trabajos como el ciclo ‘Musas’ de Natalia Lafourcade o con los cultores históricos de Folklore es el estudio profundo del género que decidió trabajar. No hay que meterse los 5 años de carrera de estudios del flamenco como la catalana, pero sí saber las bases y las referencias importantes del sonido que se busca. El mejor ejemplo de esto son las letras de ‘El mal querer’ que usan las palabras típicas del flamenco en su espacio correcto, incluso adapta su pronunciación a la tradicional de una cantaora.

2.- No le tengas, demasiado, miedo a la apropiación cultural

El tema de la apropiación cultural se ha vuelto un tema delicado recientemente, y es normal que se tenga esta conversación, no todo el mundo se siente cómodo con la idea de artistas de otras latitudes usen su cultura para crear canciones pop y Rosalía ha sido criticada por eso. Sin embargo la calidad y el evidente cariño que le tiene la catalana al sonido andaluz han servido para acallar estas críticas, el truco es enamorarte de la cultura que quieres adaptar.

3.- Modernizar no es un crimen

Además del flamenco Rosalía no tiene miedo de tomar cosas de otros lugares más modernos. Samples de Justin Timberlake, referencias a Rn’b y el Soul sumados a una actitud y beats de la música urbana sirven para crear su estilo propio y separarla del flamenco e incluso del nuevo flamenco.  Bien rodeada y sin demasiada preocupación por “dañar” la tradición la reinvención de la catalana es mucho más interesante que, por ejemplo, la mayoría del neofolklore que suena en nuestra radio.

4.- Aprende del Pop: Los coros son clave

Parece innecesario repetirlo, pero si vas a trabajar buscando éxito pop debes pensar bien en tus coros y quizás plantearte repetirlos lo suficiente en la canción. Quizás el mejor ejemplo en el disco de un buen cálculo en los coros es  “Pienso en tu mirá” cuyo coro es simple pero absolutamente inescapable y pegajoso.

5.- Colaborar es bueno

Para muchos la primera introducción a Rosalía no fue ni con este lanzamiento ni con su primer disco ‘Los Angeles’ (2016) sino por sus colaboraciones con J Balvin y C Tangana, este último su pareja amorosa y co-compositor en varios temas del disco. Esto no ha restado ni un poco su éxito comercial o crítico y sirvió para que muchos en la prensa internacional volteáramos a verla y escucharla.