La noche que Viniloversus devoró Buenos Aires

Fotos de :@svwsam y @akabarbas

No hubo calma. Y cómo puede haberla cuando cada fibra, cada partícula de esa fiera insaciable – que es el público – busca más, pide más y obtiene lo que desea. El rock and roll se alimenta de la energía vital de la gente, de los gritos sordos, de la convulsión constante de los cuerpos que vibran y se deshacen con cada nota, cada acorde, cada estrofa, cada palabra. En algún punto de la noche porteña, atrincherados en la garganta oscura de Palermo Club, los corazones de cientos de venezolanos – y uno que otro argentino-  latieron acompasados por la batería de El Mangan. Viniloversus redefinió el rock and roll mientras repasaba sus más de diez años de trayectoria, empezando por lo más reciente – ‘Days Of Exile’ – y luego recreando la discografía que construyó su trayecto hasta aquí.

El primer plato lo sirvió Jauuar, la banda liderada por Fonso Hernández donde construye un nuevo formato de un proyecto musical que inició en Texas y que se llamó Conversa. Ahora, desde este lado del mundo, Jauuar nace como un experimento cuyo elemento principal es la ciudad misma que cobijó, bajo este cielo, a los integrantes de banda. Enrique Pérez Vivas (Mojo Pojo) en el bajo junto a los ex Del Pez Héctor Miranda en la guitarra líder y Pablo Mora en la batería, trazaron una línea discursiva distinta y potente. La fiera devoró con gusto cada tema, tomándose el tiempo para saborear su sonido y retribuir en aplausos, gritos y euforia, el placer de escuchar una banda con un concepto bien pensado y con una ejecución impecable.

Lo siguiente fue energía en aumento, un crecimiento del hambre del público que Viniloversus, enfocado en la imagen de su frontman Rodrigo Gonsalves, supo dominar y saciar. A partir de ‘Days of Exile’ la banda ha adoptado, un poco, la imagen de alien o de seres que se desarrollan en un contexto atípico y particular. Desde allí ha surgido una fuente creativa inagotable donde se reafirma que existe un sitio en donde no se sienten ajenos: el escenario. “Disintegrate Me” fue el tema que abrió el concierto y en adelante el público coreó otras canciones que componen este cuarto disco como “Broken Cities”, “So Many Stars” y “Only Hungry For You”. Luego surgió la pausa necesaria para poner a andar a la máquina del tiempo. La tarima, incendiada con luces rojas y azules, tembló y vibró con temas de ‘El Día Es Hoy’, ‘Si No Nos Mata’ y ‘Cambié de Nombre’. Desde ese lugar tanto el público como la banda experimentaron episodios de clímax musical que terminaron con Rodrigo rendido – literalmente – ante la insaciable fiera.

La noche que Viniloversus devoró Buenos Aires.

Un poco antes, un Rodrigo menos eufórico pero igual de comprometido y humano, reflexionó sobre el camino que Viniloversus ha transitado y cómo el contexto de la escena nacional ha acompañado el imparable crecimiento de la banda.

  • Vinilo ya tiene cuatro discos encima ¿cómo se sienten girando internacionalmente y cómo el contexto en el que se encuentra la banda ahora – después de tres años viviendo en los Estados Unidos – ha condicionado este proceso?

R: Nosotros todos ya tenemos 30 años cada uno, aproximadamente, y hay un sentimiento de volver a vivir lo que vivimos a los 20s hasta los 30s y plantearnos cómo queremos hacer de los 30s  a los 40s. Cuando nos mudamos a los Estados Unidos estábamos por cumplir 30 años y creo que teníamos esa visión de: bueno, nos toca la segunda ronda, ya pasamos por esta situación súper privilegiada de ser una banda de rock and roll en Venezuela, de tener la suerte de tener los medios para levantar un proyecto como ese, de tener la capacidad de hacerlo, de tener el apoyo de la gente – porque si no hubiéramos tenidos el apoyo de nuestros padres hubiese sido imposible para nosotros hacer ese primer disco . En un país como Venezuela no se prestaba mucho la situación para uno poder progresar y financiar proyectos. Entonces nuestra situación de partida fue muy privilegiada y cuando logramos tener un éxito en Venezuela sentimos que lo habíamos trabajado muchísimo pero que de alguna manera había un sentimiento de que no podíamos ponernos cómodos, no podíamos abusar de ese privilegio y sentir que ya habíamos hecho todo lo que habíamos hecho simplemente por girar toda Venezuela y crear nuestra fanaticada venezolana y punto.

 

  • ¿Cuál es el concepto o la intención de ‘Days of Exile’ a efectos de esta gira?

 

R: Yo creo que nuestra visión era hacer un disco que rompiese las fronteras y seguir los pasos de bandas que admiramos, de vernos influenciados por esas bandas y rendir tributo en un disco – además viviendo en otro país – donde, de alguna manera, también se justifica el idioma. La idea también era probarnos a nosotros mismos que podemos hacer un disco de la misma calidad que nuestras influencias y no limitarnos por el idioma.  Mucha gente nos plantea el tema de pasar del español al inglés como si empezar a hacer algo en inglés significa dejar todo lo que es el español. Y esa nunca fue nuestra intención, nuestra intención fue hacer un disco conceptual que le hablase al mundo y en este momento el idioma que más se habla en el planeta tierra es el inglés. Era como una especie de carta de Viniloversus hacia el mundo, como venezolanos y como latinoamericanos, pero hablando en el idioma más universal que tiene la tierra en este momento. Entonces, el disco se llama ‘Days of Exile’ también por eso porque estamos fuera de nuestra gente.

  • ¿En cuál medida la diáspora ha influenciado el proceso creativo de la banda?

R: De alguna manera si existe esa sensación de tener que reinventarse como lo tuvieron que hacer muchísimos venezolanos cada uno en su área, en el caso de nosotros, nos tocó reinventarnos como banda, como proyecto. Tenemos amigos que se fueron a México a perseguir esa meta, otros que se quedaron en Venezuela que se han expandido alrededor del mundo como Rawayana. Tenemos bandas que se han quedado en Venezuela como Los Tomates y tenemos bandas como Vinilo que se fueron más arriba todavía y decidieron hacer algo que nosotros pensábamos que ninguna banda de rock and roll latinoamericana realmente había hecho antes: hacer un disco, lograr un disco de alta calidad en inglés, que estuviese bien logrado, bien comunicado, con un sello de que hay una banda con una reputación de por medio y que hacerlo es una movida arriesgada porque tiene que quedar de alta calidad. Indiferentemente de que el disco guste o no,  o le guste a la gente o no, esa meta para nosotros se logró. Logramos un disco íntegro, redondo, conceptual que tiene buena calidad sonora, que las canciones sentimos que son bien buenas.

Esa sensación – donde sabes que diste lo más que podías de tu concepto en ese momento –  fue la misma que tuvimos al hacer Cambié de Nombre, nuestro tercer disco y nuestro más importante disco hasta esa fecha. Eso para nosotros es suficiente.

 

  • ¿Crees que la presencia de venezolanos en Argentina y en Chile condicionaron, de algún modo, esta gira?

R: Esta pregunta me la hicieron ayer y justamente me estaba cuestionando si es la razón por la que estamos aquí en Argentina por primera vez. La circunstancia creo yo sí. Ahorita estamos en Argentina porque hubo un éxodo importante de venezolanos, tanto aquí como en Chile, que nos permitieron hacer esta gira y pasar por estos lares, pero me cuestiono si la economía de Venezuela hubiese estado estable, si hubiésemos tenido la oportunidad de crecer – las personas que tenemos proyectos, desarrollar esos proyectos desde Venezuela en una economía distinta – quién quita que no hubiésemos venido a Argentina incluso antes. Sí, creo que es eso. Me cuestiono qué hubiese pasado si Venezuela no se hubiese incendiado. Tal vez hubiésemos llegado antes, incluso. Pero bueno, es muy hipotético como para perder tiempo pensando en eso.

  • A partir de la situación de ser aliens que exploró la banda en ‘Days of Exile’ ¿cuál es el próximo paso? ¿Qué es lo que viene a nivel conceptual?

R: Yo creo que hay un sentimiento de homesick. Ya expresamos lo que es estar fuera de casa y ser un alien. Yo creo que viene un regreso a las raíces para nosotros, de conectar otra vez con nuestras raíces latinoamericanas, tal vez algo de música en español, ya habiendo hecho lo que dijimos que íbamos  a hacer. Eso es el algo que a mi me parece muy importante para dormir con tranquilidad. No voy a comer más de lo que se supone que tenía que entrompar.